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Alejandra Alloza, periodista y escritora: “Las redes sociales nos han convertido en yonquis de atención, notoriedad y fama” Alejandra Alloza, periodista y escritora: “Las redes sociales nos han convertido en yonquis de atención, notoriedad y fama”
La periodista de televisión nació en Barcelona y reside en Madrid, aunque desciende de abuelos turolenses

Alejandra Alloza, periodista y escritora: “Las redes sociales nos han convertido en yonquis de atención, notoriedad y fama”

Ania Iglesias y Jordi Pons se interpretan a sí mismos en la obra de Alloza ‘Reciclando a un famoso’ este sábado en el Teatro Marín
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El Teatro Marín acogerá este sábado (20.30 horas) Reciclando a un famoso, una comedia en la que la concursante de la primera edición de Gran Hermano, Ania Iglesias, y el periodista Jordi Pons se interpretan a sí mismos en una divertida historia sobre la fama, sus ventajas y sus inconvenientes. Alejandra Alloza, periodista y escritora cuyo apellido delata sus raíces turolenses, es la autora  la función. 

-Además de dramaturga usted dirige la obra...

-Sí, me he metido en un embolado tremendo. Escribí la obra, la dirijo, e incluso en ocasiones aparezco como actriz, porque aunque los protagonistas son Ania Iglesias y Jordi Pons, cuyas reflexiones y cuya evolución sostiene toda la historia, hay un tercer personaje que es un contrapunto. Normalmente la interpreta una joven actriz zaragozana, Esther Gotor, pero cuando ella no puede venir con nosotros, como es el caso de este sábado en Teruel, yo misma interpreto ese papel. 

-¿Qué cuenta su montaje?

-El objetivo de la obra es que la gente se ría, pero también que reflexione. Una de las cosas que abordamos es el shock que sufren muchas personas que han sido famosas y dejan de serlo. Sienten un vacío tremendo y en algunos casos dejan de saber quiénes son. Pero también reflexionamos sobre el hecho de que, aunque no lo reconozcamos y a veces ni siquiera lo sepamos, todos queremos ser famosos.

-¿Todos?

-Sí. Con la llegada de las redes sociales de repente todo el mundo tiene público y todo el mundo está tentado a comportarse como una celebrity para aumentar ese público. Queremos cada vez más atención y más notoriedad y nos hemos vuelto un poco yonquis.

-La obra también reflexiona sobre los reality show...

- Este formato surgió para imitar la vida real y la sociedad ha sufrido un vuelco y ahora ocurre justo lo contrario. Tendemos a que nuestra vida se parezca a un  reality. Hasta discutimos como si tuviéramos cámaras delante.

-¿Esto significa que hay un crítica implícita a los reality shows en su comedia?

-Creo en cualquier fórmula que resulte entretenida y admiro la creatividad de quienes idean los realitys y el trabajo de quienes lo sacan adelante. Yo propongo que nos planteemos hasta qué punto está cambiando nuestra sociedad y nuestra forma de relacionarnos, pero yo adoro la tele y no lo critico. Me niego a ir de falsa intelectual para hacer la típica crítica.

-A veces de la impresión de que los famosos quieren nadar y guardar la ropa. Ser populares cuando necesitan promoción, y anónimos cuando quieren tranquilidad. Pero hay que elegir, ¿no?

-Creo que en general ser famoso reporta ventajas para quien es famoso de primera generación, es decir, quien se la ha ganado. Otra cosa es que la fama te llegue de golpe o sea heredada. Si eres famoso desde que naciste porque eres hijo de tal o de cual, sí que puedes acabar muy harto porque no la has buscado, no la has elegido y puede que no la desees.  

-Ania Iglesias y Jordi Pons hacen de sí mismos en su obra. ¿Esto no complica su trabajo como escritora y directora?

-Como escritora no. Ha sido una gozada porque he hablado mucho con ellos para hacer su retrato psicológico, aunque no es de un realismo extremo, sino que en ocasiones se caricaturizan algunos rasgos para llevarlos por donde quiero. De cara a la interpretación sí que es más complejo. Ania y Jordi se abren en canal en la obra y el espectador termina conociéndolos muy bien, pero a pesar de ello algunas reacciones no pueden manifestarlas como realmente lo harían ellos, sino de una forma más universal, más comprensible para el público. Porque por muy natural que quieras ser, tu interpretación la tiene que entender mucha gente que no te conoce. Ellos tienen mucho sentido del humor, pero de forma natural seguramente no se reirían tanto de sí mismos como lo hacen en la obra. 

-Nació en Barcelona pero sus orígenes son turolenses, ¿no es así?

-Desde luego. Mi abuela Amparo Verdejo, actriz, y mi abuelo, Ramiro José Alloza, nacieron en Teruel. Ella fue a Madrid a estudiar arte dramático, porque su hermano Luis, mi tío, estudiaba allí Bellas Artes. Al mismo tiempo mi abuelo fue a estudiar químicas y en Madrid se reencontraron. Luego mi familia dio muchas más vueltas... Pasamos por Barcelona, donde nací, por Mallorca y ahora estoy en Madrid desde hace muchos años. Pero pasa una cosa muy curiosa. Al final casi todo el mundo tiene abuelos aragoneses. De hecho la madre de Jordi Pons era de Teruel, y tengo muchos conocidos que, a lo que preguntas, sus abuelos acaban siendo aragoneses.