Síguenos
Vaquilla viejuna Vaquilla viejuna

Vaquilla viejuna

banner click 244 banner 244
Elena Gómez

Soy muy afortunada. Tengo la suerte de escribir la columna del viernes, lo que me permite cada año hablar de mi fiesta favorita. Cómo no… la Vaquilla.

Son muchas las que he vivido intensamente, aunque  estoy en esa edad en que comienza la cuesta abajo de forma paulatina. Ya no me retiro al amanecer, procuro no salir en las horas de mucho calor, bebo y como lo justo para poder dormir cuando llego a casa y valoro mucho que una peña tenga mesas (la silla la pongo yo) a la hora de compartir viandas.

Pero no por ello disfruto con menos ilusión. Porque estos días dan para mucho y para todos. Sin embargo, estoy experimentando algo que me preocupa un poco. Empiezo utilizar frases hechas que odiaba escuchar cuando era más joven. Sin querer, se me escapan expresiones como: "antes la Vaquilla en otra cosa", "se están cargando las tradiciones" o "la juventud de ahora no sabe divertirse". Intento evitarlo, pero en ocasiones me resulta difícil. Lo reconozco, empiezo a sentirme viejuna…

Admito que la sociedad evoluciona y sus costumbres también. Se me antoja imposible ir por la calle con una falda blanca de tablas y una bota de vino en la mano. Es evidente que cada generación tiene una forma de divertirse, y quién soy yo para llevar la contraria.

Pero hay cosas en la Vaquilla de hoy en día que me cuesta digerir. Una de ellas es la aglomeración de peñas fuera del casco histórico. Me resulta infernal pasear por el "extrarradio vaquillero". Las músicas se solapan, el macro-botellón se expande y se rivaliza mucho para ver quién trae la actuación más espectacular. En contrapunto, las peñas que se mantienen en el centro parecen ser las más tranquilas.

Una de las cosas que más me gustaban de la Vaquilla "de antes" era la mezcla de generaciones y clases sociales. Parece que alguien está empeñado en crear una barrera entre una forma y otra de vivir esta fiesta, sin pensar que lo más bonito que nos hemos llevado algunos es aprender de las tradiciones de aquellos que la vivieron antes.