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Martes de la Vaquilla Martes de la Vaquilla

Martes de la Vaquilla

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Quería contar en esta columna que después de 47 años he descubierto que los de la Soga y la Baga se juntan minutos antes de sacar al primer toro para darse ánimos e instrucciones. Se les nota nerviosos, hablan atropellados y se interrumpen los unos a los otros. Los más veteranos, incluso, recomiendan tener cuidado cuando el toro pase “por el Pedralva”, un mítico bar que lleva décadas cerrado.

Quería contar, también, que 47 años después he descubierto que en la Nevera, donde se guardan los toros, hay un pequeño patio interior con una modesta estructura de hierro desde la que se dispara el cohete que anuncia que van a soltar a los animales.

Y quería escribir que, con 47 años, todavía me sorprende (o no) la gente hecha y derecha que llora a moco tendido porque le han quitado el pañuelo al Torico y se ha acabado la Vaquilla.  

Quería contar en esta columna que, 47 años después, todavía no entiendo como hay personas a las que les gusta el regañao de sardinas y que un lunes por la tarde sin gambas congeladas no es ni lunes de la Vaquilla ni nada.

Quería aprovechar esta ventana para contar que, a mis 47 años, tengo muy claro que  durante los ensogados la esquina del Isavis’s es el mejor sitio del mundo. Allí, los que tenemos más miedo que alma, vemos a los corredores ir y venir y debatir sobre el toro que más juego está dando. 

También quería explicar en esta columna que me pareció emocionante el mensaje que mosotraron los dos peñistas de El Ajo cuando le quitaron el pañuelo al Torico: ser menos no resta derechos. #Teruel Existe. Y lo leyeron en muchos sitios, porque esta vez se dio en directo en la tele aragonesa.

Y quería contar que, a mis 47 años, todavía me pongo nervioso el sábado por la mañana y que el lunes por la noche me voy pensando que no podría aguantar una hora más en la calle.

Quería contar muchas cosas sobre la Vaquilla, pero no puedo porque ayer se confirmó que, si alguien no lo remedia, vamos de punta cabeza a otras elecciones generales, y veremos lo que pasa en Aragón. Y entonces se me ha puesto de golpe cara de martes de la Vaquilla.