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Jacobo Roger, director del festival Matarranya Íntim: “En los pueblos se disfruta del teatro de vanguardia tanto o más que en la ciudad” Jacobo Roger, director del festival Matarranya Íntim: “En los pueblos se disfruta del teatro de vanguardia tanto o más que en la ciudad”
Jacobo Roger es el director del Matarranya Íntim

Jacobo Roger, director del festival Matarranya Íntim: “En los pueblos se disfruta del teatro de vanguardia tanto o más que en la ciudad”

Arens de Lledó acogió este fin de semana una edición del Matarranya Íntim que se cerró con éxito de público
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Arens de Lledó ha vivido durante el pasado fin de semana el VII Festival Matarranya Íntim, que lleva hasta las localidades de esta comarca algunas de las mejores propuestas escénicas del teatro de vanguardia del panorama nacional. Su director, un valenciano afincado en Ráfales y fundador a su vez del Cabanyal Íntim, hace un balance muy positivo de la experiencia. 

-¿Qué respuesta recibió el VII Matarranya Íntim en Arens?

-Muy, muy buena. En algunas actuaciones se dobló el aforo, y en general hemos estado casi al 100%. La gente se ha volcado y ha respondido muy bien, y hemos visto muchas personas de Ráfales, Monroyo, y de todos los pueblos donde anteriormente se ha celebrado el Festival. 

-¿Qué diferencias han percibido en Arens de Lledó con respecto a otras poblaciones por las que ha pasado el festival?

- La más importante es que estábamos a una hora de Ráfales, que es donde tenemos un poco la base de la producción, y las idas y venidas han sido continuas. Y también que no conocíamos a nadie allí. Pero la gente en Arens tiene una fuerza brutal. Muchos habían estado en los anteriores festivales y sabían perfectamente de qué les hablabas. Y nos abrieron las puestas de 17 casas para unas 50 personas entre producción, actores y organización. 

- Una de las características de Matarranya Íntim es que los escenarios son casas particulares y espacios públicos...

- Espacios públicos hemos utilizado pocos, no porque no hayamos querido, sino porque la gente se ha volcado ofreciéndonos sus casas, sus bodegas y sus cocheras. Había una pieza teatral sobre la memoria histórica que se hacía en el comedor de una casa de la época que se narraba, o una pieza sobre las fosas en el antiguo bar del pueblo, que estaba como en aquellos años. Otro espacio singular era el antiguo molino, que estaba abandonado y las mujeres de Arens dejaron niquelado como si fuera una excavación arqueológica, y las escaleras que suben a la plaza de la iglesia fueron donde tocó Daniel Higiénico, y sonó como no había sonado nunca. Cuando los espacios encajan tanto con la pieza que se representa se produce algo especial, inigualable. 

-El programa sigue apostando por el teatro de vanguardia, a pesar de que no es el más fácil de digerir...

-Pero la respuesta es muy buena, y la gente se está forjando un criterio muy bueno. A veces te sorprenden donde menos te lo esperan y te dan opiniones perfectamente fundamentadas, y eso es bueno. Se trata de traer nuevas dramaturgias, pero sin radicalidades, como un punto intermedio entre teatro de vanguardia y elementos que gusten a la gente. Por ejemplo Segarem Ortigues amb els tacons es nueva dramaturgia y alta poesía, pero con la imagen reconocible de la prostitución de carretera que resulta un choque potentísimo. O la obra mexicana ¿Duermen los peces? de Teatro Reno trata todos los tabús infantiles, pero con un gran sentido del humor. Se trata de arriesgar, pero con sentido e intención. 

-¿El público de los núcleos rurales está igual de preparado que el de las ciudades?

-Este público está preparadísimo. Y esto no es solo ocio sino educación. Hay que estudiar a Lope de Vega, pero también las nuevas dramaturgias, lo que se escribe hoy en día. Y la gente de los pueblos lo disfruta igual o más. Porque al Matarranya Íntim también viene gente de Zaragoza o Barcelona que a lo mejor en sus ciudades no van al teatro, porque aquí te lo están contando a ti, formas parte del espacio. No eres un espectador pasivo en un gran teatro, a un kilómetro del escenario. Por ahí van precisamente las nuevas dramaturgias. 

-Este año ha habido más programación infantil, ¿no es así?

-Sí, los papis y las mamis se lo curran mucho trayéndose a sus hijos, y queríamos dar más importancia o obras para todas las edades, bebés, peques, adolescentes y adultos. Además el teatro para niños de hoy en día no trata a los críos como si fueran idiotas, sino que les cuenta las cosas de forma que vale para todo el mundo. 

-¿Saben ya en qué localidad del Matarranya se celebrará la próxima edición del festival?

-No... ahora mismo estamos agotadicos y de momento no pienso todavía en el próximo festival. Lo único que puedo decirte es que ya tenemos alguna propuesta de algún pueblo. 

-¡Esa es una gran noticia!

-Sí, ya veremos como van los apoyos y la financiación. 

-Esa es otra. ¿Cómo andan ustedes en ese aspecto?

-El apoyo a la cultura es siempre escaso, pero no únicamente a nosotros, sino a los ayuntamientos y a todo el mundo. Pero han de ver que cada euro que se invierte en cultura se multiplica en forma de comercio, de bares, de placer y de cultura. Nosotros pretendemos demostrar que la cultura sí que mueve a la gente y a la economía. Aquí se han llenado los hostales y los bares de Arens, de Horta, de Calaceite... La tiendita del pueblo ha estado a tope estos tres días, sabemos que es un pequeño granito y que no es la solución definitiva, pero sí que aporta, claro que lo hace. Gastar dinero en cultura siempre merecerá la pena, porque se da trabajo a la gente y vida a los pueblos.