Anna Feu, cantante soprano y profesora: “Quien aprende a cantar de joven adquiere buenos hábitos que le duran siempre”

Desde hace siete años la soprano catalana Anna Feu dirige el curso de canto Elvira de Hidalgo de Valderrobres,  una cita que durante siete días supone una inmersión en las técnicas vocales para alumnos de todo tipo, desde estudiantes a veteranos pasando por simples aficionados.

- ¿Cómo han ido las clases?

- Estupendamente bien. Los alumnos son fantásticos y estoy viendo que cada año mejoran. Hay alumnos que repiten pero como el boca a boca funciona muy bien aparece siempre gente de sitios nuevos, y eso es magnífico. Y una cosa que me llama la atención es que cada año hay más gente joven, pero muy joven. La mitad de los alumnos tienen entre 14, algunas chicas, y 25 años.

- ¿Eso dificulta las clases o cambia el planteamiento pedagógico?

- No, en principio es lo mismo. Es verdad que cuando empezamos a hacer el curso el alumno objetivo era mayor, casi de 30 para arriba, que es cuando el cantante tiene ya la voz hecha, pero hemos bajado muchísimo esa edad y me parece fantástico. Lo que más cambia esto es el ambiente, porque la juventud da mucha alegría. Pero lo demás es lo mismo, porque un chico de 16 años puede tener más resistencia que uno de 30 para jugar a tenis, pero las reglas y la técnica es la misma. 

- Pero alguien con 15 o 16 puede tener la voz en formación, no sé si es precisamente buen momento para aprender a cantar...

- Los chicos los cogemos a partir de 16, que es cuando han cambiado la voz. Y las chicas ahora tú las ves con 14 años y parece que tengan 22 años. Tienen perfectamente hecho el cuerpo y también la voz, porque es algo fisiológico. Pero empezar a cantar, y empezar a educar la técnica con esa edad es perfecto, porque cogen desde el principio buenos hábitos que les duran para siempre. Pero también tenemos a gente como Joaquín, un señor de Valderrobres de 82 años que siempre ha cantado jotas. Tiene una voz fantástica y es un placer lo que surge de esta mezcla tan grande. 

- ¿Se trabaja algún género de la canción en particular?

- La técnica de voz es clásica, pero a base de una serie de ejercicios con el cuerpo, que es una técnica que aprendí en Suiza y que he desarrollado, trabajo de forma que una persona que tiene buena voz, puede aprovecharla al máximo a través de movimientos y ejercicios con el cuerpo que es capaz de hacer que esa voz suene y funcione. A partir de ahí la aplicamos a la canción que trabaja cada alumno, pero que no tiene porque ser de género lírico o de ningún género en particular. 

- ¿Cantar es cuestión de pulmones y garganta, de puro instrumento? Porque saber modular e ir de una nota a otra será más bien una cuestión cerebral, ¿no?

- Así es. La melodía o el ritmo tiene que ver con el cerebro. La intuición musical es una facultad que tiene mucha gente aunque no todo el mundo. Y esta intuición también se desarrolla, cantando, escuchando música o en el propio colegio. En Alemania el canto o la interpretación musical se estudia en el colegio, y la gente suele cantar muy bien. Eso significa que cualquier niño es capaz de desarrollar esa intuición musical a través de la educación. 

- ¿Es un mito eso de que el solfeo hay que aprenderlo cuando uno es niño?

- A ver... puedes aprender lenguaje musical y solfeo cuando quieras, tengas la edad que tengas. Pero es cierto que cuando lo haces de niño lo aprender mejor, más rápido y con menos esfuerzo. Le ocurre exactamente igual que los idiomas. 

- Esta edición del curso se abrió con un concierto y este domingo se cierra con otro recital. ¿Qué podremos escuchar?

- Sí. Será en la sala de las Chimeneas del Castillo de Valderrobres a partir de las 20.30 horas. Y podrá escucharse de todo, desde temas de Frank Sinatra hasta zarzuela, pasando por arias de ópera y todo tipo de canciones. Participarán los alumnos y cantarán los temas con los que han estado trabajando durante el curso, en solos y también en grupo. Y habrá además un tema final a coro, y una sorpresa que gustará mucho a la gente, tanto a la entrada como a la salida.

- ¿Qué es lo que le ofrece Valderrobres para hacer el curso aquí y no en otro sitio?

- El Matarranya y Els Ports los conozco desde hace años, recuerdo haber dicho a mis amigos que no sé por qué se iban a la Cerdanya teniendo aquí sitios iguales o más bonitos. Este curso se hacía antes con otra profesora y se dejó de hacer durante tres años. Por casualidad tuve como alumna a Elisabeth Martí y ella me dijo si me gustaría retomarlo. Yo no me lo pensé, porque cuando era jovencita hice cursos de canto en el Tirol en plena montaña, durante el verano, y me parecían perfectos porque estabas durante una semana sin hacer otra cosa que trabajar la voz, además en un entorno precioso y muy sugerente que te daba ocasión a bañarte, visitar sitios o hacer cosas interesantes. Me quedé con eso, siempre tuve ganas de hacer cursos como esos, ya como profesora, y aquí Elisabeth me lo puso en bandeja. Ya no faltó más que José Miguel Roig y Miriam me ofrecieran el Conservatorio, y Manolo Siurana y Asunción, de la Fundación Valderrobres Patrimonial, que nos dejaron trabajar por las mañanas en el castillo... La combinación es celestial; acabo muerta pero espero todos los años este curso con muchísima ilusión porque es fantástico estar aquí.