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Un campo de trabajo inicia la recuperación de la antigua cooperativa de vino de Burbáguena Un campo de trabajo inicia la recuperación de la antigua cooperativa de vino de Burbáguena
Foto de familia de los jóvenes integrantes del campo de trabajo de Burbáguena junto con los monitores de la Asociación Cultural Burbaca

Un campo de trabajo inicia la recuperación de la antigua cooperativa de vino de Burbáguena

15 jóvenes acondicionan durante 15 días una pequeña parte de las instalaciones
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El campo nacional de trabajo juvenil de Burbáguena ha iniciado la recuperación de la antigua cooperativa vitivinícola del municipio y que cerró sus instalaciones en los años ochenta del siglo pasado. En el campo de trabajo han participado 15 jóvenes procedentes de diferentes Comunidades Autónomas. Durante 15 días han acondicionado una pequeña parte de las grandes instalaciones de la cooperativa bodeguera de Burbáguena. Es la primera vez que Burbáguena acoge un campo de trabajo, que ha organizado la Asociación Cultural Burbaca pero con el apoyo de todo el pueblo, que se ha volcado. Los jóvenes participantes se han mostrado encantados con el campo de trabajo y el trato que ha recibido. El campo se titula “Acondicionamiento de patrimonio industrial enológico y dinamización de zona rural despoblada”.

La directora del campo de trabajo de Burbáguena y miembro de la Asociación Cultural Burbaca, Silvia Benedí, reseñó que el campo de trabajo juvenil aprobado por el Instituto Aragonés de la Juventud, IAJ, comenzó el pasado 8 de julio y termina el domingo, 21 de julio. 

Silvia Benedí señaló que los jóvenes participantes son 15, 9 de ellos chicas, procedentes de Madrid, Galicia, Cataluña, Comunidad Valenciana, País Vasco, Castilla la Mancha y Aragón. “Son jóvenes entre 18 y 30 años procedentes de diferentes Comunidades Autónomas y la mayoría de ellos son estudiantes”,

El campo de trabajo “Acondicionamiento de patrimonio industrial enológico y dinamización de zona rural despoblada” de Burbáguena tiene entre sus objetivos iniciar la recuperación de la antigua cooperativa vitivinícola de Burbáguena, que está abandonada desde que cerró sus instalaciones en los años ochenta del siglo pasado. “La bodega cooperativa de Burbáguena es parte de todos y con esta pequeña iniciativa del campo de trabajo lo que queremos es abrir el melón de la restauración con unas pequeñas actuaciones”, dijo la directora del campo de trabajo de Burbáguena. 

En esta línea, Silvia Benedí manifestó que el edificio de la antigua bodega cooperativa tiene muchas posibilidades y más en el emplazamiento en el que se  encuentra al pie de la carretera nacional Sagunto-Burgos por lo que se tienen que buscar una segunda vida. 

Mientras tanto, los jóvenes participantes en el campo de trabajo de Burbáguena han limpiado la bodega cooperativa, han acondicionado una sala de más de 50 metros cuadrados echando suelo, han pintando una caseta y han acondicionado una zona común ajardinada, entre otras actuaciones, como la construcción de muebles con palés. 

Para la ejecución de las actuaciones en la cooperativa vinícola, el campo de trabajo de Burbáguena ha contado con el apoyo del municipio y de sus vecinos. Así el vecino jubilado y albañil Pepe Poeta ha ayudado de maestro en lo relacionado con la albañilería al echar el suelo y con la utilización del yeso. José Castán y José Luis Pardos explicaron a los jóvenes el trabajo que se hacía en bodega en su proceso de elaboración del vino. Igualmente se ha contado en jardinería con el apoyo de la Agrupación Turolense de Asociaciones de personas con Discapacidad Intelectual, Atadi de Monreal del Campo.

Asimismo y en otro orden de cosas menos laborales, el campo de trabajo de Burbáguena ha tenido el apoyo del pueblo, Residencia de los Hermanos de la Cruz Blanca, farmacia, panadería, y Ayuntamiento con sus donaciones y servicios, valoró Silvia Benedí, quien no quiso olvidar el trabajo de los miembros de la Asociación Cultural Burbaca y monitoras del campo de trabajo, María Navarro y María Lacruz.  

Por ejemplo, en la Residencia de los Hermanos de la Cruz Blanca los jóvenes del campo de trabajo comen y se duchan. En el restaurante del antiguo molino, Mobu, cenan, y, duermen en el Salón del Cuco. 

El presupuesto del campo de trabajo de Burbáguena previsto en un principio para 20 jóvenes era de 13.000 euros, pero al ser finalmente 15 será algo menor, como también será menor la subvención que otorga el Instituto Aragonés de la Juventud, que cubre la mitad del presupuesto. Los participantes pagan 110 euros. 

La directora del campo de trabajo de Burbáguena comentó que como no se cubre todo el presupuesto se había puesto un crowdfunding, que es un micromecenazgo colaborativo de financiación de proyectos, para lograr alcanzar el  presupuesto, pero proveió que al final se tendrá que pedir ayuda al Ayuntamiento  de Burbáguena y a la Asociación Cultural Burbaca.  

Los jóvenes participantes en el campo de trabajo “Acondicionamiento de patrimonio industrial enológico y dinamización de zona rural despoblada además de trabajar de 9 a 13 horas en las instalaciones de la bodega cooperativa por las tardes realizan múltiples actividades lúdicas, deportivas y de aprendizaje con talleres. Para ello el campo de trabajo de Burbáguena cuenta con el apoyo de la Comarca del Jiloca, con sus técnicos, y de asociaciones de la Comarca del Jiloca como el Centro de Estudios del Jiloca o de la Asociación de Amigos de Gallocanta. 

También se han organizado en el campo de trabajo excursiones caso del castillo de Peracense, la laguna de Gallocanta y Daroca. Igualmente el sábado 20 de julio, los jóvenes participaron en Bueña en el encuentro de asociaciones en red. “Son dos semanas intensas en el que se da trabajo y movimiento en el pueblo”, valoró Benedí. 

La joven participantes en el campo de trabajo, Ana Martínez, de Valencia, 20 años y estudiante de enfermería, confesaba que era la primera vez que participaba en un campo de trabajo juvenil y que tras lo vivido y pasado le gustaría repetir el año que viene. “Me gusta el campo de trabajo. Se realizan muchas actividades y el trabajo se hace a gusto”. Asimismo afirmó que la comida era buena y abundante y los compañeros también buenos. “Me gustaría repetir”, subrayó mientras pintaba un gran portón de la bodega cooperativa. 

Por su parte, la también joven participante, María Martínez Raposo, de Dos Barrios (Toledo) y profesora interina confesó igualmente que estaba muy bien en el campo de trabajo de Burbáguena, destacando el proyecto y el espacio de convivencia que supone un campo de trabajo entre jóvenes de diferentes Comunidades Autónomas en un tiempo de nacionalismos. María Martínez Raposo, que en otros años ha estado en campos de trabajo en Turquía y en Valencia, valoró del de Burbáguena por dar vida a una zona despoblada. Igualmente destacaba la buena comida que se daba. “Estoy muy satisfecha de este campo de trabajo  en una zona que tiene un rico patrimonio histórico donde se organizan actividades muy variadas por parte de la organización”.