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Nuria Martorell Domingo, mayoralesa de las fiestas de Tronchón: “Para mí lo más emocionante de las fiestas de Tronchón es la procesión, siempre lloro” Nuria Martorell Domingo, mayoralesa de las fiestas de Tronchón: “Para mí lo más emocionante de las fiestas de Tronchón es la procesión, siempre lloro”
Nuria Martorell (derecha) y su hermana Sara son las mayoralesas de Tronchón

Nuria Martorell Domingo, mayoralesa de las fiestas de Tronchón: “Para mí lo más emocionante de las fiestas de Tronchón es la procesión, siempre lloro”

“Todo el pueblo, incluidos los ancianos que van con bastón, te ayuda en lo que puede a organizar”
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Cruz Aguilar

Nuria Martorell Domingo y su hermana gemela Sara son las mayoralesas de las fiestas de Tronchón de este año, que comenzaron el viernes y que desde noviembre del año pasado cuentan con la declaración de Fiesta de Interés Turístico de Aragón. Ellas viven en Benicarló, pero pasan desde niñas sus veranos en Tronchón, el pueblo de su madre, Lucía Domingo Cerdá.

-¿Qué supone para ustedes asumir el cargo de mayoralesas? 

-Es un honor porque hace 20 años que fue nuestra abuela, Concepción Cerdá, ya fallecida, y nos presentamos voluntarias por eso, no salimos en sorteo. 

-¿Qué trabajo conlleva?

-Implica la organización de todos los actos religiosos, como llevar y traer a la Virgen, hacer las misas para los ausentes. Después de la procesión se va a casa del mayoral y se reparten pastas a todo el pueblo, es muy bonito y emocionante.

-Ustedes se ocupan de la parte religiosa pero, ¿quién se encarga de los actos lúdicos?

-Es la comisión la que hace el resto de los actos. Nosotras además de los actos religiosos también hacemos algunas cosillas, por ejemplo este año traemos cabezudos, pero el peso fuerte lo lleva la comisión.

-¿Por qué este año son dos?

-Porque somos gemelas, donde va la una va la otra. Antes era por sorteo y les tocaba a dos vecinos, pero luego eso cambió y pasó a ser uno. Aunque solo sean los actos religiosos la verdad es que lleva faena.

-¿Se decide por sorteo?

-Sí, pero la gente ya es muy mayor en los pueblos y esto les echa para atrás porque te tienes que mover, adornar la iglesia, vestir a la Virgen… la gente mayor si no tiene familia, aunque el pueblo ayude, se frenan, les da pena no hacerlo bien. Al enterarme que los que habían salido en el sorteo no podían ser por motivos personales decidí apuntarme y hacerlo yo porque justo hace 20 años que había sido mi abuela, .

-¿Qué ha supuesto para su madre?

-Mi madre llevaba 20 años sin subir al pueblo y ahora está todo el mundo esperándola. Dejó de venir en cuanto nosotras fuimos mayores y podíamos estar solas, lleva muy mal lo de la carretera y solo ha estado desde entonces una vez, cuando compramos la casa, porque teníamos la casa de nuestra abuela, pero se quedó pequeña para todos y algunos fuimos cogiendo otras. Mi madre tiene 74 años y todo el mundo está muy contento esperándola, aunque no la conocerán. 

-¿Quién va a recitar las relaciones?

-Karen Balfagón y Marta Ibáñez, se habían ofrecido y nosotros las mantuvimos. En mi familia había niños que podían haber sido, pero estas niñas tenían ilusión y cuando me lo dijeron no hubo ningún problema en mantenerlas.

-¿Qué va suponer la declaración como Fiesta de Interés Turístico de Aragón?

-No lo sé, yo no sabía que habían sido declaradas, me lo dijo Roberto Rabaza, el alcalde, cuando dije de ser mayoral. Supongo que vendrá más gente aún y eso que ya viene muchísima, se pasa de las 50 personas en invierno a 200 o más en las fiestas.

-¿Pero cree que la gente lo va a vivir con más interés?

-Sí, siempre es bonito que se conozca más el pueblo, la fiesta es muy bonita y va a ir bien.

-¿Es una forma de darla a conocer fuera?

-Sí, además es una fiesta que lleva muchos años haciéndose y no se ha perdido, ha pasado de padres a nietos, sobrinos... Solo se dejó de hacer en la guerra.

-¿Había participado activamente en la celebración con anterioridad?

-Yo no, pero hace 7 años fue un tío mío mayoral y las sobrinas de mis primas hicieron la relación. Con nosotras seremos los terceros, de hecho las dos niñas que leyeron la relación están deseando tener 18 años para ser mayorales.

-¿Qué es lo que más le gusta de las fiestas de Tronchón?

-La procesión, supongo que por motivos personales, siempre lloro mucho. Ves a la gente joven y a la no tan joven todos juntos. Yo me he ofrecido a mayoral, pero todo el mundo, incluidos los que van con bastón, te ayudan a lo que pueden. También es muy emotivo el momento de las pastas, cuando todo el mundo acude a casa del mayoral.

-¿Han sido de mucho ajetreo estos días?

-Sí, con muchos preparativos.  El jueves por la tarde se echa un bando en el pueblo y las mujeres que quieren acuden a limpiar la iglesia y luego hay una merienda en casa del mayoral. Al día siguiente se colocan ya las flores, se arregla el altar, este año hemos puesto la barandilla con flores. También se va a la ermita y se viste a la Virgen, se pone la alfombra.

-¿La Virgen lleva un traje especial para su festividad?

-Tiene varios, cada mayoral escoge el que más le gusta, yo he cogido uno blanco con los bordados azules, pondremos ese que le queda un poco corto y así se verá la nube con los angelitos, que hay en la peana, que ha sido restaurada este año por la cofradía

-¿Hay mucha devoción en Tronchón a la Virgen del Tremedal?

- -Hay muchísima, a la ermita en procesión solo se va en septiembre, pero en verano va mucha gente todos los días, paseando, a veces entran y a veces no, pero si echas una moneda por la ventana se encienden las luces y se oye una salve que grabaron hace unos años las mujeres del pueblo.