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El turolense CiruMC (izda.) y el almeriense LoudNoiser forman Lenguas Áridas

¿Quién dijo que el rap no podía ser de pueblo?

Lenguas Áridas rima sobre despoblación en su primer LP
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Tres de las características que definen el rap desde sus inicios como género y fenómeno cultural es su carácter ultra reivindicativo y crítico; su vocación de instalarse en la marginalidad de los mercados; y su naturaleza urbana y vinculada a los suburbios de las grandes ciudades. Manteniendo más o menos intactas las dos primeras líneas pero dándole la vuelta por completo a la tercera, Lenguas Áridas presenta su primer disco, editado este verano y titulado Provincias Prohibidas. El turolense Eduardo Cirugeda (CiruMC) y el almeriense José López (LoudNoiser) sacan pecho de territorio y, derrochando rimas, flow y punchlines a destajo para quien quiera recogerlos, ofrecen su particular grito contra el ostracismo al que se enfrenta la España Vaciada. ¿Quién dijo que el rap no podía ser de pueblo?

El undécimo corte que cierra el disco se titula De Teruel no es cualquiera -Soy de Teruel en las plataformas digitales– y es un auténtico himno contra la despoblación, con una letra sin desperdicio –”Soy de Teruel / la tierra de los que / pretenden ser oídos / pero ellos solo ven / paletos, campesinos / qué cojones se creen / Ser pocos no nos pue’ quitar el derecho a vivir bien”–, con guiños al rock de pueblo de Azero o Ni Zorra!, a José Antonio Labordeta, al Festival Gaire o las Bodas de Isabel, entre otros referentes de la provincia, y un flow que no da cuartel. El tema no solo toma prestado el título de la canción del cantautor Joaquín Carbonell, sino que su música samplea parte de una de sus melodías, la de Baja la vida. Lo de samplear otras canciones es habitual en el rap, y consiste en tomar patrones melódicos de otros temas o estilos –que no superen los siete compases de duración, para no incurrir en delito contra los derechos de autor– y hacerlos sonar en bucle para rapear un tema o parte de él. “En la primera edición del Festival de Música contra la Despoblación de Allepuz, el año pasado, coincidimos con Carbonell porque actuamos justo después de él”, explica CiruMC. “Le expliqué que habíamos sampleado su canción para hacer De Teruel no es cualquiera. A él le pareció genial y se mostró encantado, y para nosotros fue un orgullo”. 

En Provincias Prohibidas hay otros ejemplos de sampleos como el anterior. El más sorprendente es el del primer corte, que da título al disco, donde se reciclan las notas de un tema de Rocío Jurado, de forma apenas reconocible. A fin de cuentas una sucesión de notas musicales no es más que un conjunto de palabras de libre uso dispuestas en un orden determinado de manera que forman frases, en este caso musicales.

Esa canción, Provincias Prohibidas, es otra de las que tienen cierta carga reivindicativa por la España ignorada, que sin embargo no es exclusiva a lo largo del disco. “No queríamos que los once cortes hablaran sobre un único tema, porque el cuerpo nos pide otras cosas”. Se tocan temas de todo tipo, incluido el maltrecho mercado laboral de los músicos jóvenes –como en el tema L. I. M. K. C. U. F., interpretado por Noa Magi, CiruMC y LoudNoiser, cuyo título hay que leer del revés para entenderlo–. 

Incluso hay canciones en las que no se habla de nada. Como Jitanjáfora, que es un término que hace referencia a una composición poética compuesta por palabras que juntas suenan muy bien pero que no forman frases con sentido, o en la que directamente se utilizan términos inexistentes. Si lo hicieron Cortázar, Alberti, Lope de Vega o las Ketchup con su Aserejé también podrá hacerlo Lenguas Áridas, digo yo. Es algo parecido a lo que ocurre con el conocido y bello Adiemus compuesto por Karl Jenkins y que puede escucharse en la BSO de Avatar, y cuya letra es una sucesión de sílabas sin significado en ningún idioma. Curiosamente, Jitanjáfora es una de las tres canciones del disco con contenido explícito inapropiado según Spotify. Cosas de las plataformas digitales.

Más allá de esa particularidad, Lenguas Áridas hace honor a su nombre en su primer disco, buscando un discurso directo y unívoco, con menos metáforas y retórica semántica. Es uno de los sellos marca de la casa de CiruMC y LoudNoiser, mucho más flexibles y dados a la fusión en el ámbito de la parte instrumental de cada canción. De esta se encarga en exclusiva el almeriense, que es el productor de toda la parte instrumental, aunque nutriéndose también de las intuiciones y los samples sugeridos por su compañero. 

Con el disco ya sonando e incluso distribuyéndose en forma de CD físico –romanticismo rapero–, los proyectos de Lenguas Áridas pasan de momento por promocionarlo a través de los micrófonos. El viernes sonaron en la Rap Showcase Teruel que tuvo lugar en Scream y a finales de octubre probablemente volverán a actuar en la capital. Y por separado CiruMC y LoudNoiser ya han empezado a trabajar en nuevas letras, temas y proyectos musicales. En el caso de LoudNoiser empieza a barajar producir un disco con instrumentales suyas y letras de raperos amigos y colaboradores. 

Un año de proyecto

CiruMC y LoudNoiser se conocieron en Madrid durante sus estudios universitarios; Derecho y Criminología en el caso del turolense e Informática en el de LoudNoiser. El segundo ya gozaba de cierta experiencia en producción musical y el primero tenía un montón de letras que pedían a gritos convertirse en canciones, así que pronto la química inicial, que iba más allá de lo meramente musical en parte por el orgullo de pertenecer a dos provincias olvidadas como Teruel y Almería, se convirtió en los primeros proyectos musicales. Estos cristalizaron en septiembre de 2018, cuando arrancó la idea de grabar un disco bajo la denominación de Lenguas Áridas. “Nosotros somos de la nueva escuela del rap pero tenemos parte de la esencia de la vieja”, dice CiruMC. “Así que cuando quisimos hacer un proyecto más serio pensamos en hacer un disco completo”. En los últimos años lo habitual es que los músicos de rap editen singles, en muchos casos audiovisuales, “pero a nosotros nos gustan los raperos que siguen sacando discos y escucharlos enteros de arriba a abajo”, afirma.

Ahí se acaban las referencias a la Vieja Escuela del Rap de los años 80 y 90 en Lenguas Áridas. “En casi todo lo demás somos bastante de la nueva; no me cierro al bombo y caja a 90 BPM y me gusta mezclar estilos y experimentar”, hasta el punto de que Provincias Prohibidas está plagado de sonidos de ambiente e incluso algún sonido de guitarra –en el sexto corte, Pájaros tocaos del ala–, entre otras cosas. “Es el camino que tiene que seguir el rap, y hasta los puretas que decimos nosotros, los raperos de cuarenta y pico años que se han criado con la Vieja Escuela, están entendiendo que hay mezclar y fundir”. Kase.O ha colaborado con el violín de Ara Malikian o con Calamaro “y hasta Bad Bunny se ha juntado con Residente de Calle 13, algo que hace veinte años hubiera sido impensable porque le hubieran tachado de traidor”, asegura Miguel Villanueva, otro rapero turolense conocido como Miovi, que ha colaborado en el disco de Lenguas Áridas. 

Numerosas colaboraciones

Y es que una de las cosas que sí se mantiene en el rap a pesar de las décadas y las tendencias, que forman su ADN desde su eclosión durante los años 70 en los suburbios neoyorquinos, y que en Teruel no es una excepción es su carácter colaborativo. “El rap nació como una comunidad”, explica CiruMC, y de hecho, muchos de los jóvenes raperos que están surgiendo en la capital turolense lo hacen a partir de las reuniones improvisadas que se realizan en el parque de Los Fueros, donde unos aprenden de otros. Durante una batalla de gallos un rapero puede lanzarle a su rival unas andanadas verbales que desmontarían al más pintado, pero cuando se cierra el micro lo habitual es que compartan experiencias, conocimientos, material, diseños gráficos, beats y proyectos musicales. Tanto es así que en Teruel, como en otros lugares, son pocos los trabajos creados exclusivamente por una persona. Además de Miovi en el corte 10 del disco (Lúpulo), colaboran en Provincias Prohibidas los decanos del rap turolense, Chocabeat (con dos beats y el tema Hazte vudú), Noa Magi (L.I.M.K.C.U.F.), el fragatino Duman (Pájaros tocaos del ala) o P. Tyler y Elias X (Felicidad plastificada), entre otros. 

El género

En un contexto musical revuelto de veras, con el rock clásico en franca decadencia y la otrora todopoderosa guitarra prácticamente desaparecida, el hip hop vive, en opinión de los raperos turolenses CiruMC y Miovi una nueva etapa de esplendor. “Yo creo que el rap se ha convertido en el pop de hace 20 años, en la música popular en el sentido de que llega a todo el mundo y a todos los estratos sociales”, asegura el primero. “Lo malo que tiene eso es que el rap nació como música reivindicativa, y ha llegado a estratos sociales que no tiene nada que reivindicar, pero que hacen rap porque está de moda”. “Quien entiende el rap como en mi opinión hay que entenderlo mantienen esa esencia crítica, pero hay muchos que les da igual y hablan solamente de coches, tías y pasta”. Su compañero Miovi matiza: “Eso también pasaba en los 90, pero entonces casi siempre había un trasfondo crítico”.

Según los dos turolenses, en parte ese momento dulce del rap, que en Teruel no es una excepción, se debe a que a lo largo de los años el género se ha quitado el sambenito que lo relacionaba estrecha e inequívocamente con la delincuencia y las drogas. “Todavía hay mucho tabú, pero por fortuna cada vez hay más gente que no tiene problemas para acercarse al rap, o que lo escucha aunque tenga otros estilos de música favoritos”, apunta Miovi. 

Otra cosa es que el género y especialmente otros como el trap o el reguetón, herederos de este, se estén demonizando por su tendencia al machismo o al sexismo. “Machismo ha habido siempre en el rap, en el rock clásico, en el pop y en el heavy. No es una cuestión de estilos musicales sino de sociedades”, opina CiruMC. “Cuando llegó el tema polémico de los Cuatro babys de Maluma se sacó todo de contexto y se generalizó para todo el trap o el reguetón. E incluso esa canción puede interpretarse como una relación poliamorosa en la que existe respeto entre todos”. “Lo suyo es que cada cual tenga criterio propio y no en base a lo que se cuenta por ahí, pero poca gente que critica el machismo del reguetón ha escuchado este tipo de canciones para sacar sus propias conclusiones”, afirma Miovi.