Proyecto Caravana se embarca en una gira artística por el sur de Europa

Del recogido valle de Olba hasta una de las ciudades más antiguas del mundo, Atenas, pasando por el Véneto italiano, Ioanina, cuyo teatro del siglo III a. C. es uno de los más grandes de Grecia o Tesalónika, donde se desarrolla uno de los festivales de títeres y teatro gestual más potentes del viejo continente. Es la ruta que está siguiendo la compañía turolense de teatro Proyecto Caravana en un gira por Italia y Grecia que arrancó el 1 de septiembre y que se prolongará al menos hasta diciembre. 

Se trata de una tourné que tiene mitad de gira profesional y mitad de experiencia vital, en la que los valencianos afincados en Olba Josevi Pepiol y Celia Salcedo, acompañados por sus hijos Blai y Mel, de 12 y 8 años, van a pasar tres meses en la carretera llevando su espectáculo por pueblos y ciudades, al más puro estilo de La Barraca. 

Para Josevi y Celia, que llevan desde 2013 presentando por toda la provincia de Teruel sus propuestas personalísimas y nada convencionales de teatro, guiñoles y mimo, este viaje es la consecución de un sueño. Para Albiol, nacido en Castellón, “vivir el teatro como medio de comunicación e intercambio entre culturas es pura poesía a la hora de emprender un viaje, el tener que compartir, sentirte viajero y no turista, vivir tu propia profesión en el camino y seguir aprendiendo de este mágico mundo de las artes escénicas. Es una suerte poder ofrecerle a nuestros hijos la vivencia de conocer otros lugares, gentes y lenguas, enseñarles nuestro oficio desde sus entrañas y vivir el teatro como una forma de entender el mundo”. 

Acariciado largamente y con Grecia como objetivo –Celia vivió en ese país durante su etapa de estudiante–, la ocasión de emprender su road-movie particular surgió este verano en Teruel, durante la celebración del ciclo La Huella de la capital. Allí coincidieron con la argentina residente en Italia Verónica González, de Teatro die Piedi. “Charlamos y nos pasó el contacto del director del Festival Internacional de Títeres y Pantomima de Tesalónika, que es un español –Juanjo Corrales–. Le encantó nuestra idea y nos pasó un montón de contactos de festivales en Grecia, que nos invitaron a acudir”. 

Así, Proyecto Caravana tiene cerradas actuaciones en Tesalónica, Atenas, Larissa, Ioanina –donde actúan hoy y mañana– y ya lo han hecho en Igomenitsa. Además, durante el viaje en autocaravana hasta allí, han ido consiguiendo bolos en el Festival Internacional de Títeres y Objetos de San Martino de Colle Humberto, en Padua, Vicenza o Villa Bartomea. 

En lo que llevan de viaje han conocido una familia que lleva 25 años viajando por toda Europa en un carro de caballos con un circo ambulante –en cuya carpa actuaron–, han visto tiburones en el mar, recorrido bosques donde habita el lobo y han visitado la Bienal de Venecia o el teatro de Ioanina, que tiene 24 siglos de historia. “El viaje te presenta muchos amigos, gente que quiere que actúes en su ciudad, personas que se emocionan cuando nos ven, y muchas tortillas deliciosas por el camino”, asegura Josevi. 

Nuevo espectáculo

Proyecto Caravana está recorriendo el sur de Europa con Postales, su última producción que fue estrenada el pasado mes de agosto en Olba, durante el Festival Solidario con las Escuelas Zapatistas. Aunque no estaba exactamente planificado, puede decirse que este espectáculo nació para representarse fuera de España, porque no tiene guion declamado y es universalmente reconocible en cualquier idioma. “A estas alturas todavía no sabemos si vamos a volver por Croacia o por dónde, pero con Postales nos aseguramos que podemos actuar en cualquier parte”, explica el codirector de Proyecto Caravana. 

Postales, que combina  teatro gestual y títeres de mesa, habla precisamente de un viaje y de los amigos que brinda el camino. “Se trata de una ruta hacia un mundo de fantasía donde los pescadores se enamoran de las sardinas, un monstruo peludo nos enseña a plantar flores y un joven dragón goloso quiere acabarse la miel de un tarro”, explica Josevi, que añade que “nos entendemos muy bien con la gente, porque además Celia habla griego y los chicos –en referencia a Blai y Mel– ya chapurrean el italiano–, pero durante la obra no hacen falta palabras. Es un espectáculo muy sencillo que conecta con gente de todas las edades, y estamos recibiendo muchísimo cariño”. 

Proyecto Caravana, compañía que ha organizado diferentes festivales por la provincia, como el Toritirico o el Festival Leo de Teruel, o el Festival de Títeres de Mora, tiene como sello personal una forma de hacer teatro absolutamente vanguardista pero con un respeto reverencial hacia lo clásico. Sus espectáculos, Baúl de Cuentos, Versos en tu ventana, Dragones y Peludas, Dos dudosos Bandoleros, La Princesa o Postales, se caracterizan por un sentido del humor inteligente y surrealista y por ser auténticas odas a la imaginación, a la fantasía y a lo sencillo que es transformar nuestro mundo justo en lo que deseamos. De enorme riqueza literaria y didáctica, cada uno de sus guiones y actuaciones rezuman un respeto al público que ennoblece al más humilde de los guiñoles que se mueve con el latido de sus manos. 

La autocaravana de Josevi, Celia, Blai y Mel exhibe unos letreros donde se lee Valle de Olba y Teruel. “¿Qué es eso? ¿Qué es eso? Nos pregunta todo el mundo”, explica Josevi. “Y nosotros les hablamos de nuestro valle y conectamos de maravilla con todo el mundo. Grecia tiene una realidad muy parecida a nosotros en el sentido de que también tiene grandes ciudades alejadas y muchas zonas despobladas, donde montan sus formaciones teatrales y sus pequeños festivales para que la cultura pueda llegar a todo el mundo. Lo mismo que hacemos en Teruel”.

Un sueño hecho realidad

Con gusto por la aventura, para esta familia de Olba no ha sido difícil embarcarse en este peculiar viaje, “del que los cuatro estamos aprendiendo muchísimo”, aunque Josevi Pepiol reconoce que “cuando eres autónomo te cuesta mucho poner otras cosas por delante del negocio. Nunca habíamos paralizado el Proyecto Caravana en España, y ahora mismo teníamos mucho trabajo en Zaragoza durante el Pilar”, o en Allepuz, donde también les habían propuesto actuar en octubre. “Pero cuando decides hacer algo hay que llevarlo hasta el final”, zanja. 

La experiencia de vivir en la carretera del cuento –del teatro, valga la licencia– no está siendo menos enriquecedora para los hijos de la pareja, Blai, de doce años y Mel, de 8. El mayor asegura que su hermana se cansa “un poco más” durante las actuaciones y que echa más de menos a sus compañeros del colegio de Olba, aunque también está disfrutando de esta insólita tourné.  

“A mi me encanta actuar”, asegura el niño. “Yo hasta ahora salía a ayudar a mis padres, pero no tenía papeles protagonistas, y me encanta hacerlo”. Para Blai lo mejor hasta ahora han sido “las actuaciones de calle que hemos hecho”. ¿Y lo peor? “Las chinches. En Italia actuamos en una granja y nos llevamos bastantes chinches de viaje a Grecia en la caravana”. Bueno... es un pequeño precio que hay que pagar cuando uno hace realidad su sueño.