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José Ramón Molins, historiador y escritor: “Para muchas mujeres la II República fue como un sueño que casi se cumplió” José Ramón Molins, historiador y escritor: “Para muchas mujeres la II República fue como un sueño que casi se cumplió”
José Ramón Molins, autor de Florencia

José Ramón Molins, historiador y escritor: “Para muchas mujeres la II República fue como un sueño que casi se cumplió”

El turolense echa mano de una historia real para trazar un retrato de la lucha femenina a lo largo del siglo XX
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José Ramón Molins (La Codoñera, 1954), es autor de Florencia, una novela basada en la vida de una vecina de la localidad y que repasa los sueños de libertad que abrazaron las mujeres durante la II República y que se vinieron abajo tras el final de la guerra civil. El libro, presentado en Alcañiz, Valderrobres y La Codoñera, ya ha agotado su primera edición. 

- ¿Sobre qué habla en concreto Florencia?

- Yo utilizo el personaje de María, que es la madre de Florencia y nace a finales del XIX, para hablar de la mujer en esa época. Es una mujer que quiere lo mejor para su hija, y en los años treinta ve que los valores de la II República hacen posible que sus sueños puedan cumplirse. Es un momento de esperanza para todas las mujeres, pero se rompe con la guerra civil y con la dictadura. Florencia asume toda la tragedia personal que le cae encima, con la muerte de su marido y de tres de sus cuatro hijos, y acaba sus días en soledad, porque su hijo superviviente se casa y se marcha a vivir a Barcelona. 

- ¿Quién fue exactamente Florencia?

- Yo la conocí al final de su vida, cuando ella estaba sola. Vivió una vida muy dura y cuando murió todo le mundo decía ¡Pobreta Florencia, pobreta Florencia! El día de su muerte, en el año 86, yo escribí un texto sobre ella. Soy historiador y a partir de ese texto y de toda la información que habíamos recopilado Miguel Sanz y yo cuando escribimos La Codoñera en su historia, me decidí a hacer ese personaje hace cuatro o cinco años. El argumento de libro es básicamente su vida y su tragedia personal.   Creo que representa perfectamente ese papel de la mujer en el mundo rural, silenciado pero que en mi opinión fue relevante y magnífico. La mujer ha parido y ha creado. 

- Entonces el relato va más allá del periodo entre 1931 y 1936...

- Sí. Supone un repaso al contexto histórico del siglo XX, la reflexión personal de las personas que vivían en los pueblos, y trato de reflejar también el cambio generacional que se produce en los años 60, cuando llega la tecnología y se empieza a preparar el terreno para la democracia. 

- ¿La historia está ambientada en La Codoñera, pero podría extrapolarse a cualquier pueblo de Teruel o Aragón?

- La historia se ambienta en La Codoñera porque estas personas vivieron aquí, y yo conozco las tradiciones y los ciclos festivos de aquí, pero la verdad es que todo eso podría extrapolarse a casi cualquier pueblo de Bajo Aragón.

- ¿La efervescencia que se dio durante la II República se vivió de forma muy diferentes en las ciudades y en los pueblos?

- En esta zona se vivió de forma muy distinta. Mucha gente del Bajo Aragón vivió esos cambios como un sueño que necesitaban cumplir para seguir viviendo con esperanza. Habían sido años de opresión y parecía que todo podía cambiar casi de la noche a la mañana. Muchas de las historias que se cuentan sobre la Historia de España están basadas en lo que ocurría en las grandes ciudades, y aunque lo que pasaban en los pueblos no era muy diferente, tampoco era exactamente igual. Las noticias que llegaban a los pueblos, las que llegaban, se transmitían a través del ciego, un personaje que yo invento en la novela y que iba por los pueblos anunciando lo que había pasado, a veces con meses de retraso. En el libro también hablo del cambio que supuso para los pueblos que llegara la radio y se convirtiera en algo más o menos común, o cuando empezó a llegar la prensa escrita a los núcleos rurales, que recortaron mucho el tiempo que pasaba entre que sucedía algo y que se conocía en los pueblos. 

- ¿En qué cambios se detiene  en Florencia?

- Sobre todo he querido resaltar en qué forma dominaba el patriarcado, cómo estaba escondida y sometida la mujer, cómo tenía que vivir en ese mundo, cómo tenía que ocuparse de los hijos y de su educación... De alguna forma he querido ensalzar la figura de todas las mujeres, darles el valor que se merecen en la historia y recalcar el poder sensible que tuvo durante algunos años en la República. Fue como un sueño que casi se cumple.

- ¿Cómo ve la situación de la mujer comparada con la de ese oasis histórico que supuso la II República?

- Yo creo que ahora las mujeres tienen que tener los derechos que tienen que tener, y hay una Constitución que lo ampara. Pero el ser humano tiene derecho a reivindicar, protestar, soñar y pedir lo que merece. Ambas situaciones históricas no tienen nada que ver, pero las mujeres siguen teniendo reivindicaciones que hacer.

- Sanz y usted son autores de los cuatro primeros volúmenes de La Codoñera en su Historia. ¿Para cuándo el quinto?

- Está muy acabado y saldrá pronto, quizá el año que viene. Ese quinto volumen cerraría la obra, pero el problema es el de siempre, la financiación. 

Ya hay publicados cuatro volúmenes, y pronto vamos a cerrar la obra con el quinto volumen el año que viene. 

- ¿Tiene algún otro proyecto literario en ciernes?

- Sí. Estoy trabajando en otra novela que llevo muy avanzada, basada en un crimen que tuvo lugar en el siglo XIX, el 11 de marzo de 1879 entre La Codoñera y Belmonte y que tuvo mucha repercusión. En esa novela analizo también el contexto histórico y la corrupción que existía en la época. Fue un crimen impune en el que nadie salió responsable porque se quiso tapar lo que ocurrió.