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Eduardo Egea, portavoz de la Asociación de Caballeros Calatravos y Mesnada: “Hay que creerse Alcañiz de una vez; la recreación de la Concordia no se debe perder” Eduardo Egea, portavoz de la Asociación de Caballeros Calatravos y Mesnada: “Hay que creerse Alcañiz de una vez; la recreación de la Concordia no se debe perder”
Eduardo Egea, vestido de Comendador de la Orden de Calatrava en el castillo-convento de Alcañiz. Valischka Fotografía

Eduardo Egea, portavoz de la Asociación de Caballeros Calatravos y Mesnada: “Hay que creerse Alcañiz de una vez; la recreación de la Concordia no se debe perder”

Una quincena de personas reivindican la importancia histórica de los monjes guerreros durante la Edad Media con su participación en eventos
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Eduardo Egea es el portavoz de la Asociación de Caballeros Calatravos y Mesnada de Alcañiz, que participa en recreaciones  históricas dentro y fuera de Aragón. Aboga por continuar con la recreación de la Concordia de Alcañiz para que la ciudad emule los éxitos de Caspe y Teruel.

- ¿A qué se dedica la Asociación de Caballeros Calatravos y Mesnada?

- Lo que hacemos es recreación histórica medieval de los siglos XII y XIII. De una manera lo más precisa y fiel posible intentamos recrear lo que sería un grupo de caballeros calatravos y hombres armados de mesnada.

- ¿Cuántos son?

- Entre 15 y 20, siempre nos hemos considerado un grupo de amigos. Estamos constituidos en asociación para poder movernos. El grueso estamos en Alcañiz pero tenemos secciones en Zaragoza y en Barcelona.

- ¿En qué eventos participan?

- En Alcañiz tenemos el Mercado Medieval y el Vencimiento del Dragón, y este año hemos participado también en la Concordia de Alcañiz. Hemos hecho  varios encuentros de grupos, con campamentos, y el año pasado celebramos el décimo aniversario con una especie de centro interpretativo en vivo en el castillo de Alcañiz. En cuanto a salidas, hacemos entre cinco y diez anuales. Solemos ir a Trasmoz y en las Bodas de Isabel participamos bastante. La semana que viene estaremos rodando en un monasterio, por ejemplo. 

- ¿Dónde ha sido lo más lejos que han ido?

- Lo más lejos, cerca de Avignon. En Francia hemos estado cuatro o cinco veces, una de ellas en un encuentro recreacionista con 600 personas haciendo un asalto a un castillo. Muy épico.

- ¿Han hecho también sus pinitos en el cine?

- Sí, curiosamente hemos participado en un documental para una cineasta, Elena Cid, titulado Bécquer y las brujas, pero no hemos hecho de calatravos. Hemos participado durante ocho años en la caza de brujas de Trasmoz y, a raíz de aquello, una cosa te lleva a la otra y surgió esto. Es hora y pico de filmación y ha quedado una historia muy chula que ha sido premiada en festivales. El hilo conductor son las Cartas desde mi celda, las leyendas sobre la villa de Trasmoz y su castillo que escribió Bécquer desde el Monasterio de Veruela. Yo me cargo a la tía Casca, una conocida anciana de Trasmoz que murió despeñada tras ser acusada de brujería. Pobre...

- ¿Hay que ser un poco friki para que te guste este mundo?

- Hay que ser muy friki (ríe) porque te tiene que gustar y no darte vergüenza. En Francia, por ejemplo, ya van por la tercera generación que están recreando la Edad Media. El problema lo tenemos en España, donde aún hay que romper la barrera de que no es un disfraz, sino un traje. Se ha hecho mucho daño con los mercados medievales. Nuestros trajes llevan gasto en tejidos especiales y una corrección histórica.

- ¿Su afición les lleva también al coleccionismo?

- Llevamos once años dando el callo y los cuatro dineros que sacamos de hacer alguna cosilla los reinvertimos en material para el grupo. Hemos reunido cuatro pabellones medievales, mobiliario, una preciosidad de cocina con enseres de la época que es totalmente funcional, ropa... Todo esto es muy llamativo para el resto de grupos de España, porque no todos tienen ese poderío. Entonces nos intentan convencer para que vayamos, pero mover ese material cuesta un dinero. Así que vamos a sitios muy concretos. Este año la inversión fue un facsímil editado en los años 80 por Patrimonio Nacional. Es una tirada pequeñita y tenemos el acta notarial diciendo el número concreto y la historia que va detrás. Es un libro del siglo XIII, de Alfonso X, con miniaturas a todo color con un pergamino parecido al de la época. Es un material muy chulo para hacer exposiciones. En el Mercado Medieval de Alcañiz sacamos todo lo que tenemos.

- ¿A donde les gustaría que pudiera llegar la recreación de la Concordia de Alcañiz?

- Esperamos que no se pierda y ya se lo hemos dicho al concejal de Cultura, Jorge Abril. Fue algo que reconoció un evento a nivel nacional, el primer acto político que hubo de verdad en toda España para elegir sucesor en el Reino de Aragón. Caspe ha conseguido organizar una gran fiesta con la ratificación de ese Compromiso. No es envidia, pero da rabieta ver que ellos organizan tres fines de semana desde hace varios años y a nosotros nos cuesta. ¿Se gastó mucho dinero? Sí, pero hay que ser ambiciosos y creerse Alcañiz de una puñetera vez. No es posible que haya recreaciones como Lakuerter en Andorra o la entrega de la Villa de Alcorisa, que son increíbles, y aquí la dejemos pasar. Mueve tejido asociacionista y riqueza en la localidad.