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Lakuerter Íbera de Andorra vence al mal tiempo y salva la mayoría de sus actos pese a la lluvia y el viento Lakuerter Íbera de Andorra vence al mal tiempo y salva la mayoría de sus actos pese a la lluvia y el viento
Un amplio grupo de sedetanos salió de ronda, con música, para ir a votar. M. N.

Lakuerter Íbera de Andorra vence al mal tiempo y salva la mayoría de sus actos pese a la lluvia y el viento

Dos mil andorranos se visten de época y disfrutan de la segunda fiesta más importante del año en la localidad
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Andorra deja atrás la undécima edición de Lakuerter Íbera, la más perjudicada por el tiempo pero que no obstante sólo ha visto suspendido un acto, el concierto de los 13 Krauss programado para el sábado, debido a las previsiones totales de lluvia. Los herederos de los sedetanos se han sobrepuesto al agua, al frío y al viento con el espíritu de un guerrero de hace 2.500 años, por lo que más de 2.000 personas han disfrutado de lo lindo con una fiesta recreacionista que aún tiene “recorrido”.

Pese a todas las previsiones, e incluso una alerta amarilla por viento, tan solo se suspendió un acto y se retrasaron una hora otros dos: la inauguración, el viernes, y la representación teatral La rebelión del trigo y el posterior desfile, por lo que los andorranos pudieron disfrutar de su segundo evento más multitudinario del año seguido de la Semana Santa.

“Hemos tenido más gente de la esperada para la climatología que había”, resumió el alcalde, Antonio Amador, quien valoró la respuesta que ha tenido entre el público los actos que se han “sacado” del recinto de clanes a la plaza del Regallo y la plaza de toros, como son la Presentación a los Dioses de los últimos nacidos y la propia representación teatral. “Los diálogos y la escenificación ha sido hecha por gente del pueblo, y se ha abierto a gente que no pertenece a un clan en concreto. Ha sido un éxito”, dijo el regidor.

La fiesta lleva once años y “cada año se introducen novedades que son bien acogidas”, por lo que la gente se sigue “involucrando y tiene ganas de seguir creciendo”, indicó. La fiesta “se consolidó el primer año porque fue un éxito rotundo”, y poco a poco “se han ido incrementando los clanes”, subrayó el alcalde, quien cree que la recreación histórica tiene aún “recorrido”.

 

¿Podría cambiar de fecha?

Preguntado por si la fecha consolidada –el segundo fin de semana de noviembre– es la idónea por la meteorología, Amador instó a ser cauto si se plantea cambiar porque “hay otras ferias y fiestas” en Aragón que tienen su espacio y no hay que solapar. No obstante, emplazó a la reunión que en unos días mantendrán los tres pilares de la fiesta –Ayuntamiento, Consejo de Clanes y Asociación Empresarial Andorra-Sierra de Arcos y Bajo Martín– para “hacer balance y empezar a trabajar en la duodécima Lakuerter Íbera”.

El representante de los clanes en las reuniones con el Ayuntamiento, Andrés Ruiz, se mostró contrario a cambiar la fecha, pues “la fiesta ya tiene un nombre y todo el mundo sabe que es el segundo fin de semana de noviembre”. Esta edición “ha sido la peor” en lo meteorológico y “ha hecho mella en el número de visitantes”, pero no tiene que suceder lo mismo todos los años, argumentó.

Valoró la coordinación existente entre las tres entidades, que ha permitido jugar con los tiempos y retrasar las actuaciones en función de las inclemencias del tiempo. Ello permitió que se celebrara la representación teatral y el posterior desfile de clanes sin mayores complicaciones.

“Hubo que suspender el concierto porque daban un cien por cien de lluvia para la medianoche del sábado”, lamentó Ruiz, quien también sintió que una veintena de comerciantes ni siquiera acudieran a Andorra el viernes y algunos de ellos se fueran a mitad de feria ante la escasez de ventas.

Implicación total

Pese a todo, Ruiz valoró la implicación de los once clanes íberos y el grupo de los romanos, que han abarrotado el recinto de clanes. “Si se suma alguno más, habrá que pedir otro terreno más amplio”, advirtió el también príncipe del Lince.

Los romanos, el Lince, el Lobo, el Buitre, el Cuervo, el Toro, la Cabra, el Jabalí, el Ciervo, la Culebra, el Caballo y el Búho se han volcado en la organización desinteresada de talleres y degustaciones gastronómicas para todos los públicos, así como la Asociación de la Tercera Edad, que a mediodía de ayer repartió 40 kilos de longaniza, otros tantos de chorizo y 25 de morcilla para quien quiso tomar un aperitivo, acompañados de 30 litros de vino.

“El martes hicimos el embutido y lo hemos dejado orear en una cochera para asarlo y repartirlo el domingo”, explicó la presidenta del hogar, Concha Arcusa, quien puntualizó que el género lo paga el Ayuntamiento.

El Clan del Lince congregó a decenas de niños ayer en el interior de su carpa en el clásico taller de escritura y barro. Mari Carmen Sedano y otras voluntarias les enseñaron a hacer medallones de barro con escudos de clanes y a escribir sus nombres en lenguaje íbero.

“Nosotros hacemos bailes y danzas”, explicó César Félez, del clan del Caballo en el que comparten comidas y cenas unas 150 personas.

Félez destacó el “altruismo” de todos los que organizan Lakuerter, tanto la representación teatral que lidera Ana María García como el resto de actividades. En su caso, él toca en La Martingala, algunos años contratada por la Asociación de Empresarios y otros gratis. En esta ocasión han hecho dos rondas de animación, una el viernes y otra ayer para cerrar la fiesta.

El Parque Arqueológico de El Cabo registró dos visitas guiadas gratuitas el sábado y el domingo para dar a conocer los restos del poblado y la historia en los que se basa la fiesta.

La sacerdotisa del Lince gana el primer concurso de indumentaria íbera

 

El primer concurso de indumentaria íbera lo ganó Mari Carmen Sedano, la sacerdotisa del Clan del Lince que ha inspirado su vestimenta en la Dama de Baza, una escultura íbera del siglo IV a. C. hallada en este municipio de Granada y que está expuesta en el Museo Arqueológico Nacional de España, en Madrid.

“Ya llevaba una reproducción del casco y el manto, y este año lo he complementado con un vestido”, explicó la ganadora, que no se esperaba “de ninguna de las maneras ganar”.

La sacerdotisa era una persona con alta jerarquía en un clan íbero, “como los curas de hoy”, ejemplificó. “Venían a pedirle para las cosechas, para quedarse embarazadas, o bendiciones en caso de guerras”. 

En las recreaciones periódicas en El Cabo, la sacerdotisa da la bienvenida a los visitantes haciéndoles una señal en la frente con tierra.

El concurso de indumentaria es un paso más a la hora de apostar por que no haya elementos en los ropajes fuera de contexto. El Consejo de Clanes cuenta con un grupo de indumentaria que se preocupa por este aspecto y reparte PDFs a toda la gente para que tenga en cuenta lo que debe y lo que no puede llevar.

Hay quien prefiere hacerse su ropa en casa con las telas que venden los comercios locales, que también tienen vestimentas completas confeccionadas como marcan los cánones ibéricos para quienes no quieren complicaciones.