La Fundación Santa María imparte un curso de restauración de bienes: el buen almacenaje de los metales, la garantía para su conservación
Participan ocho alumnos
Un total de 8 alumnos del Curso Superior de Restauración de metales, que concluye hoy en la Fundación Santa María de Albarracín, han aprendido la importancia que tiene el almacenaje de las piezas para evitar el deterioro de las mismas.
Dirigidos por la restauradora Soledad Díaz, los participantes han intervenido en varios bienes de los siglos XVI, XVIII y XIX, todos ellos procedentes de la sacristía de la catedral de Albarracín y del Museo Diocesano.
Se trata de unas crismeras y un cáliz de plata del siglo XVI elaborados con oro y plata y dorados en algunas de sus partes También han trabajado en dos cálices más y dos juegos de vinajeras, así como en un relicario del siglo XVII de Santa Águeda y Santa Dorotea.
Soledad Díaz concretó que aunque todas las piezas en las que han trabajado son de plata, en las sesiones teóricas también les ha mostrado pautas para actuar en otro tipo de metales como el hierro o el cobre.
La responsable de la actividad señaló que todos los bienes presentaban un estado de alteración y lo que se ha llevado a cabo es su limpieza y estabilización para proceder a su embalado.
Una de las enseñanzas que han sido claves durante el curso son las pautas de embalaje de este tipo de utensilios metálicos. Así, la profesora matizó que aunque todas las piezas están en general bien cuidadas y con todas las medidas de seguridad necesarias, es necesario embalarlos de forma correcta. Con ello se evitan tanto las fluctuaciones ambientales como las emanaciones que producen los muebles antiguos, que interactúan con las piezas y las afectan. Soledad Díaz especificó que con esos envoltorios se busca aislar el bien de los denominados VOC, que son los vapores orgánicos corrosivos que emanan del mobiliario antiguo y que resultan perjudiciales.
Tres cursos en 2019
La Fundación Santa María de Albarracín ha ofertado este 2019 únicamente tres cursos de los siete que habitualmente incluye en el Ciclo de Restauración de Bienes Muebles. Son los de Conservación Preventiva, ya concluido; Restauración de Metales –que se están llevando a cabo y finaliza hoy– y el de Restauración de Documento, que se está desarrollando actualmente.
Se trata de acciones formativas para las que en años anteriores quedaba gente en lista de espera y que este año no han cubierto las plazas debido a la premura con la que se han convocado.
Estos cursos gozan de un gran prestigio entre los profesionales de la restauración –van dirigidos a personas ya tituladas– tanto por la duración, ya que llegan a las 120 horas, como por la profesionalidad de los docentes y el uso de piezas patrimoniales reales para las prácticas.
