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Edu Soto, actor: “A veces me sorprendo a mí mismo por los superpoderes que te da subir al escenario” Edu Soto, actor: “A veces me sorprendo a mí mismo por los superpoderes que te da subir al escenario”
Edu Soto regresa al Teatro de Alcañiz con un show que lleva dos años girando

Edu Soto, actor: “A veces me sorprendo a mí mismo por los superpoderes que te da subir al escenario”

Representará este sábado en Alcañiz la comedia unipersonal ‘Más vale solo que ciento volando’
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El actor catalán Edu Soto regresa el próximo sábado al Teatro Municipal de Alcañiz (20.30 h.) dentro del Mes de la Comedia. Representará Más vale solo que ciento volando, un espectáculo en solitario que va mucho más allá del mero monólogo cómico.

-El suyo no es un stand up comedy al uso...

-Creo que está sorprendiendo bastante a la gente y eso me gusta. Uno se imagina un monólogo como un señor hablando con un micro de pie, pero yo trató de darle un tono más performático. Me pongo en la piel de otros personajes alejándome de mí mismo, que es donde más cómodo estoy. Interpreto, canto, bailo, hipnotizo a gente del público... hago un poco de todo. 

-¿Es una reivindicación, eso de Más vale solo...?

-En parte, pero sobre todo porque en mi caso, que es un texto de cosecha propia, hago literalmente lo que me da la gana. El guion tiene tres páginas y dura una hora y cuarenta minutos. Sé por dónde paso, a dónde quiero ir y cómo llegar. Y eso no es tan fácil en un espectáculo con más gente. Aquí hay mucho juego con el espectador y trato de crear un vínculo muy bonito que me encanta: aquí dentro, en el teatro, yo os necesito y vosotros me necesitáis a mí. La gente lo pilla, se activa y es genial. Muchas personas les da cosa que les digan algo cuando están en el teatro, pero aquí la gente se viene arriba. Tanto que a veces tengo que decirles que se corten un poquito.

-Se agradece la innovación, porque el monólogo ha tenido un éxito brutal y sigue habiendo legiones de seguidores, pero creo que empieza a dar síntomas de agotamiento. ¿No le parece?

-El fenómeno aún tiene recorrido, pero eso no significa que no esté agotado. Creo que lo está, y hoy en día cualquiera se sube a hacer un monólogo. Pero hacerlo bien no es fácil ni mucho menos. Lo que pasa es que hay mucho atrevido, y no siempre se da la talla. Casi nadie se atreve a hacer un Shakespeare si no ha estudiado teatro. Sin embargo sí que hay muchos que se suben a contar cómo cogieron un taxi anoche. Tienen mis respetos, pero muchas veces falta calidad. Así que yo reivindico, a mi manera, que hay que renovarse. Y mi forma de renovar es hacer otro tipo de lenguaje, más relacionado con el teatro o con la performance.

-¿Alguna vez interpreta simplemente a Edu Soto?

-Yo es que no soy tan gracioso en mi día a día como lo soy cuando subo a un escenario. Aunque estoy haciendo de mí... No sabría explicarte, es como si fuera yo mismo con un interruptor pulsado, en formato teatral. Cuando subo al escenario sé que mi obligación es hacer reír, y me vuelvo mucho más irónico y agudo de lo que soy habitualmente. A veces me sorprendo a mí mismo, me sorprende el superpoder que nos da el escenario, tanto en la comedia como en el drama. 

-Si estuviéramos en los años 90, o usted tuviera menos talento, yo ahora en lugar de estar hablando con Edu Soto estaría hablando con el Neng de Castefa o con Miguel Chiclé... Tuvo una ocasión para encasillarse y seguramente ganar mucho dinero, y la dejó pasar. ¿Por qué?

-Todos los éxitos son casuales y yo creo que aproveché muy bien la ocasión que me brindó la vida. A partir de ahí me gané el respeto de varias personas de la profesión e incluso del público. Pero es verdad que en un momento dado me vi arrinconado, y supe que o escapaba de esos personajes o tendría que hacerlos durante toda mi vida, y no me apetecía nada. Me gustan mucho los flanes de queso, pero si te comes cinco cada día es un horror. 

-Muchos actores o cómicos se han encasillado y, aunque no conozco sus cuentas corrientes, da la impresión de que no les ha ido mal...

-No metas el dinero en esto, que lo ensucia un poco. Yo he pasado momentos económicos muy malos y he dicho que no a cosas que me podían haber dado dinero. Y conozco a mucha gente que ha hecho lo mismo. Te prometo que no trabajo por el dinero, porque en esto lo que hay es mucha pasión. El dinero es lo último que pregunto cuando me sale un proyecto, y muchas veces cuando lo pregunto ya he decidido que lo hago. Yo creo que quien se ha quedado haciendo una sola cosa es porque el resto no las sabe hacer bien, y tampoco pasa nada. Si eso te sale bien, pues adelante. Pero a mí me gustan muchas cosas. Y no digo que las haga bien, cuidado... digo que me apasionan muchas cosas, y quiero hacerlas. 

-¿Prefiere la comedia o el drama?

-La comedia es adictiva, pero no es un compartimento estanco. ¿Campeones es una comedia o un drama? En la vida la comedia y el drama están ahí al lado, necesitamos estar alegres o más serios casi al mismo tiempo, así que creo que, a fin de cuentas, no es tan diferente para un actor.

-¿Y entre actuar o escribir con qué se queda?

-Yo soy actor pero escribo mucho. Conozco a muchos actores que no escriben porque no les gusta ni lo necesitan, y les envidio. Pero a mí no me pasa. Estoy un poco enfermo de ideas y de planes, y en esta década de los 40 que tengo estoy intentando escribir muchas cosas, proyectos de serie, películas que tengo por ahí dando vueltas... Supongo que intentas proponerte a ti mismo lo que no te proponen los demás, a ver si cuela. Pero creo que después de tantos años de profesión, de observación y trabajo, tengo algunas cosas que contar. 

-A veces parece que ya están todas las historias escritas...

-Hay mucho talento, en especial con la explosión de plataformas, pero la gente no suele atreverse a salirse de la norma. Si en un canal triunfa una serie de hospitales o colegios, en la otra saldrá otra de hospitales o colegios. Y la sorpresa es lo mejor que tiene nuestra profesión. Cuando vas a ver algo, te puede gustar más o menos, pero si te sorprende se te queda grabado.