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Arturo de Aragón gana el torneo en honor al Rey Jaime I Arturo de Aragón gana el torneo en honor al Rey Jaime I
El caballero turolense Arturo de Aragón trata de hacerse con alguna anilla durante las pruebas. M. A.

Arturo de Aragón gana el torneo en honor al Rey Jaime I

El caballero de origen turolense derrotó a los otros tres aspirantes
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Arturo de Aragón, joven caballero procedente de la Villa de Teruel, se proclamó ayer vencedor del Torneo que se organizó en la plaza de Toros con motivo de las Bodas de Isabel, como cada año, en honor al Rey Jaime I. Lo fue por proclamación, por puntuación y por eliminación, ya que los otros tres caballeros que participaron en la justa, el valenciano Pedro de Fabra, el riojano Alejandro de la Hoz y Estúñiga y el infame Paolo di Lance, llegado desde la península itálica, acabaron la tarde criando malvas. 

Con una buena entrada al coso y una tarde agradable, los cuatro caballeros porfiaron en dos concursos, el primero que constó de varias pruebas de habilidad y el segundo con las justas y retos, que acabó como el Rosario de la Aurora. 

Desde el primer momento el caballero italiano se destapó como el gran tramposo que era. Provocó al público, utilizó artes poco nobles e incluso se atrevió a subir a la grada a increpar al público. En una ocasión eso se produjo tan cerca de donde estaba Jaime I que Arturo, el caballero turolense, tuvo que subir a reprenderle por la fuerza de los puños. 

Tras un empate técnico por puntos y la eliminación de Di Lance por utilizar los trucos más viles para ganar, Alejandro de la Hoz, el caballero al que animaba el cuarto de plaza engalanado con el color rojo, resultó ganador. 

Poco le duraría la alegría, pues en las justas fue derribado por Di Lance de su caballo, y derrotado en la posterior lucha a pie. El italiano no le perdonó la vida y segó su cuello ante el público y el propio Rey. 

En el siguiente combate se enfrentaron Arturo de Aragón y Pedro de Fabra, el caballero valenciano. Tras una pelea limpia y muy intensa, Arturo venció y perdonó la vida de Pedro. Sin embargo mientras este se retiraba con ayuda de su escudero para curar sus magulladuras, Paolo di Lance, ciego de ira porque el aragonés se había ganado el favor del público con su acto magnánimo, saltó sobre el incauto valenciano y lo remató de un golpe de acero. 

Pero su San Martín llegó poco después, con el duelo que le enfrentó con Arturo de Aragón. Di Lance no dudó en usar todos los trucos que puedo, incluido el infalible de lanzarle tierra a los ojos –en realidad, en toda la historia de cine nunca nadie que haya usado esa treta ha terminado ganando–. Finalmente, y mostrando sus extraordinarias dotes para la guerra, fue Arturo de Aragón el que resultó vencedor, mandando al cementerio también a su rival. Si esto se generaliza, a la próxima cruzada tendrán que ir a luchar perros y gatos, ante la escasez de caballeros de armas. 

En esta ocasión el Torneo del Reyl fue organizado por la empresa Legend Especialistas, en lugar de las asociaciones caballistas de Teruel, que tradicionalmente lo organizaban y que en esta no pudieron “por motivos personales”, según adujeron.