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Belén Rambla Lop, profesora de Castelserás que vive en Finlandia: “Hace una semana, había infectólogos en Finlandia que decían que esto era gripe” Belén Rambla Lop, profesora de Castelserás que vive en Finlandia: “Hace una semana, había infectólogos en Finlandia que decían que esto era gripe”
Belén Rambla Lop, nacida en Castelserás, vive ahora en Finlandia con su marido, Antti, y su niña, Sofía

Belén Rambla Lop, profesora de Castelserás que vive en Finlandia: “Hace una semana, había infectólogos en Finlandia que decían que esto era gripe”

El país nórdico empezó a recomendar el pasado lunes a su población que evite contactos innecesarios
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Belén Rambla Lop vive y trabaja de profesora de español en la Universidad de Tampere, en Finlandia. Nacida en Castelserás y licenciada en Filología inglesa, hace unos meses que acaba de ser madre y la crisis del coronavirus la ha cogido de baja maternal. En su país de acogida se acaban de cerrar todos los centros educativos y el miércoles las fronteras, aunque allí la población todavía no está confinada.

-¿Cómo se ve desde Finlandia la situación de estado de alarma en España?

-En Finlandia, todas las noticias que salen sobre España están enfocadas desde el punto de vista de los finlandeses que viven en España, cómo les afecta el confinamiento, etc, porque hay mucha gente jubilada que tiene casas en la costa del sol y también en la zona de Alicante. En este momento no saben si van a poder volver a Finlandia. 

-¿Qué tal se encuentra tu familia?

-Mi familia en España está bien. Mi hermano, mi cuñada y mi sobrina están en Madrid, en cuarentena y confinados en casa, y mis padres en el pueblo. Están los dos bien y lo están llevando bastante bien, porque hasta ahora han encontrado muchas cosas que hacer.

-¿Cómo ha visto la evolución de la pandemia?

-En general, yo pensaba que no iba a llegar a Europa. Cuando  el coronavirus llegó a España fue cuando empecé a preocuparme, sobre todo cuando vi cómo estaba evolucionando. Y me preocupé más cuando vi que tampoco se tomaban muchas medidas aquí por parte de las autoridades. No obstante, en cuestión de tres o cuatro días cambiaron radicalmente de postura y el lunes la primera ministra del país hizo ya un comunicado con las medidas que había que tomar. 

-¿Y qué medidas se han establecido en Finlandia?

-La verdad es que no son tan radicales como en España, pero ya se han implantado las clases a distancia, tanto en universidades como en institutos y escuelas. Las guarderías aún están abiertas. También se han prohibido reuniones de más de 10 personas y a las personas de más de 70 años se les ha dicho que tienen que estar en casa confinadas. El miércoles por la noche cerraron las frontera y como cosa curiosa, ahora recomiendan que los kleenex (pañuelos de papel) ya no se echen a la basura bio, sino en la de mezcla. Igualmente, hay recomendaciones para el resto de la población de que se haga teletrabajo y no se vaya al centro de trabajo. 

-¿Y en su caso?

-Yo estoy de baja maternal en este momento. Hay mucha gente que hace trabajo a distancia ya, aunque mi marido aún tiene que ir a la oficina. Supongo que la próxima semana ya estará en casa. A mi me afecta porque, aunque salga a pasear con la niña, que tiene unos meses, no quedo con otra gente, ni a tomar café ni a nada más. 

- ¿Qué es lo que más le preocupa de lo que está ocurriendo en España desde tanta distancia?

-Lo que más me preocupa es la salud de mi familia en España, de toda la gente que conozco, de la gente mayor que está viviendo sola y de las consecuencias económicas que pueda tener para España y también para Europa. Me dan mucha pena también los pequeños comercios y lo que esto pueda suponer para ellos. Nosotros aquí hemos tenido que cancelar una comida en la que íbamos a reunirnos varias personas en un restaurante por todo el tema del coronavirus, así que para compensar al restaurante hemos comprado una tarjeta regalo para utilizarla más adelante. Igualmente, en una cafetería a la que vamos a desayunar (aquí se llaman brunch) los sábados hemos pensado que podemos pasar a recoger el desayuno y comérnoslo en casa como medida de solidaridad.

-En España, como en muchos países, se habla de una reacción tardía por parte del Gobierno ante la pandemia. ¿En Finlandia también ha ocurrido lo mismo?

-La semana pasada aún había infectólogos aquí en el país que decían que esto no era nada, que era una simple gripe y se pasaría. Pero en cuestión de unos días han cambiado radicalmente de opinión, y ahora se lo toman bastante en serio. Las medidas que se han adoptado van dirigidas sobre todo a que la gente no esté en compañía de otras personas, salvo que sea algo obligatorio y preciso. Me llama mucho la atención que en las comparecencias del Gobierno en Finlandia que he visto salen tres ministras a hablar, y una de ellas es siempre la ministra de Educación, que explica las medidas a tomar para que los niños sigan estudiando desde casa y mantengan la normalidad. 

-¿Empieza a alarmarse la población en el país?

-La gente aquí la veo muy tranquila. Normalmente, aquí en Finlandia los ciudadanos no pierden los nervios así como así, aunque ya se está viendo como en las peluquerías, en los supermercados, en las calles, en las cafeterías hay muy poca gente, mucha menos de la que es habitual. En los supermercados se nota también, porque el papel higiénico se agota enseguida, como ocurre en España, y también se termina el jabón de manos. Hay por las mañanas, pero luego se agota. Sin embargo, al día siguiente lo reponen.