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Mascarillas, una protección fundamental aunque no todas son igual de efectivas Mascarillas, una protección fundamental aunque no todas son igual de efectivas
Cuatro tipos de mascarillas diferentes

Mascarillas, una protección fundamental aunque no todas son igual de efectivas

El Covid-19 hará posiblemente que en las clases de Enfermería del futuro se incluya a las de tela
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Cruz Aguilar

Las mascarillas de tela no son una opción que hasta ahora se tuviera en cuenta en las clases de Enfermería, al menos en las de la Escuela de Enfermería de Teruel. Sin embargo, son lo único que en algunos casos tienen los sanitarios y otras personas que tratan con personal contagiado por coronavirus. Los protocolos que aplican en hospitales y centros de salud durante la pandemia por el Covid-19 son cambiantes, aunque las pautas para usar los Equipos de Protección Individual (EPIs) están claras: hay que usar siempre mascarillas FFP2 cuando se atiende a un paciente infectado y las quirúrgicas para el resto de la actividad sanitaria. El problema es que existe una gran escasez de estos materiales a nivel nacional y a los sanitarios no les queda otro remedio que tirar de las de tela que están cosiendo  miles de voluntarias por toda la provincia porque, a falta de otras, más vale usar esas que no llevar nada. 

Las mascarillas que se recomiendan para el trato con los pacientes infectados por coronavirus son las denominada FFP2 (Filtering Face Piece), que son las que tienen un filtro que evita el 95% de las partículas que hay en el aire, entre ellas las de Covid-19. También serían útiles las FFP3, que llegan a filtrar hasta el 98% de las partículas, pero no las de FFP1, porque no filtra las de coronavirus, según explica Laura Conejos, que es enfermera en el Centro de Salud de Monreal y profesora de Fundamentos de Enfermería en la Escuela de Enfermería de Teruel. 

Estas máscaras tienen una vida útil de siete días desde que su apertura, según las indicaciones del fabricante, y cada uno de los sanitarios tiene una y prolonga su uso durante toda la semana  puesto que son escasas. “Algunos protocolos hablan de horas de uso, pero hay que tener en cuenta que no la llevas puesta todo el tiempo”, comenta Conejos.

De dos colores

Las otras mascarillas más utilizadas a nivel sanitario son las denominadas quirúrgicas, que suelen tener tres capas, una de cada color. La enfermera especifica que solo deben utilizarse hacia un lado y, de hecho, comenta que tienen diferente color por si el sanitario se la quita que sepa cómo se la tiene que poner de nuevo. “Eso que se ha oído de que según hacia qué lado va protegen al que la lleva o al resto de la población es mentira”, recalca. Además, es muy importante ponerse la mascarilla siempre en el mismo sentido porque, de otra forma, la boca entra en contacto con las partículas del ambiente.

Las mascarillas quirúrgicas deben desecharse después de cada turno y Conejos señala que no hay estudios que verifiquen la posibilidad de esterilizarlas porque están concebidas para usar y tirar. La necesidad de su reutilización no se había planteado hasta ahora, era material desechable. En teoría, estas mascarillas deberían tirarse tras cada atención sanitaria: “Lo normal en condiciones normales es que para cada paciente te pusieras una”, dice Laura Conejos. Una premisa difícil de cumplir para muchos sanitarios.

Estas mascarillas no protegen contra el coronavirus, pero sí resulta útil que las lleven los pacientes afectados porque así, si tosen, no se esparce su saliva. 

Pantallas para exploraciones

También son fundamentales las pantallas y gafas de protección puesto que el virus penetra en el cuerpo por las mucosas y estas pantallas sirven para proteger los ojos. “Entre la mascarilla y las gafas apenas queda nada de cara al aire”, comenta la enfermera. 

Estas pantallas, que están llegando a los centros de salud gracias a las impresiones en 3D que realizan los particulares son las que marca el protocolo que se deben utilizar para hacer exploraciones de las vías respiratorias de las personas contagiadas o que podrían estarlo. Además de que resultan más cómodas de llevar que las gafas, las pantallas se desinfectan fácilmente, con alcohol o una disolución de agua y lejía,  al ser de material plástico. 

Las mascarillas de tela ahora también están incluidas en los protocolos, que plantean su uso como última opción. “Ante ir a pelo o con una mascarilla de tela es mejor ir con una de tela”, asegura Laura Conejos, quien añade que los sanitarios están “muy agradecidos de la ayuda de la gente porque realmente escasean hasta las quirúrgicas”.

El uso sanitario de mascarillas artesanales cosidas en casa no entra dentro de la normalidad . El empleo de este tipo de materiales ni siquiera se estudia en las escuelas de enfermería porque, hasta ahora, nunca había sido necesario: “El desabastecimiento es algo nuevo”, indica Conejos. Ella es profesora de Fundamentos de Enfermería en la Escuela de Enfermería de Teruel y no descarta incluir el uso de estas protecciones en sus clases del futuro: “Cuando hablo de mascarillas ni nombro las de tela porque no se emplean. Hasta ahora no había sido necesario valorar su uso, pero supongo que a partir de esta pandemia surgirán estudios”. 

En cuanto al creciente contagio de sanitarios, Laura Conejos cree que se debe a la falta de material que hay en toda España: “Las pantallas protectoras las suministran quienes las fabrican en casa, en mi centro de salud hemos hecho batas con bolsas de basura porque no llegaban las impermeables”, lamenta.

Para salir a la calle

Conejos especifica que el uso de mascarillas para salir a la calle sí es conveniente para aquellas personas que tienen síntomas y puntualiza que “el coronavirus no se comporta en todo el mundo igual, hay gente que lo pasa como un resfriado, tiene tos y no sabe si lo tiene porque las pruebas no se realizan”. 

El virus se transmite por la saliva y  si una persona tose sobre su mano todos los objetos que toque después estarán contaminados. Si llega otra persona y los toca no se va a contagiar, porque no se transmite por la piel, pero sí lo hará si, tras tocar el objeto, se lleva las manos a la cara, porque el coronavirus penetra por las mucosas. De ahí la importancia de lavarse las manos continuamente. También se pueden usar guantes, pero la docente de Enfermería alerta de que hay que quitárselos de la forma adecuada y de que todo lo que se toca con ellos puede estar también contaminado. “Por eso es tan importante lavarse las manos cuando se vuelve de la calle, aunque se hayan llevado guantes”, confirma.  Las manos no se pueden lavar de cualquier manera, sino con detenimiento y prestando atención a cualquier rincón, sobre todo a los pulgares, que es donde mayor número de patógenos se suelen acumular. 

En cuanto a los sanitarios, especifica que el protocolo señala que hay que usar dobles guantes para tratar con personas contagiadas.