Cada vez están más de moda los cursos y talleres de motivación entre las personas que dirigen equipos. Según los expertos, la capacidad para sacar lo mejor de tus empleados está muy valorada en las grandes empresas porque es la fórmula para mejorar la productividad. En el caso de las que trabajan con ideas esto es todavía mas importante.
En las aulas esa capacidad de animar es clave, muy poca gente tiene en tan alta estima a su jefe como los niños a sus maestros. Son su referente y lo que transmiten se convierte en mensaje divino. Al menos en mi casa el “Reyes dice...” está a la orden del día. Sus ánimos en estos días de confinamiento son los estímulos más necesarios, junto con los ratos de charla y juego con sus padres, para poder seguir hacia adelante. Cualquier mensaje valorando el trabajo realizado o explicando lo que hay que hacer se convierte en “lo mejor del día”.
Si nos hubiera pillado el confinamiento en los 80 estos impulsos emitidos desde el cuerpo docente hubieran sido más complicados, pero estoy segura de que mis grandes maestros hubieran buscado la fórmula. Ahora con tanta tecnología es mucho más fácil y por eso muchos son los profesores que se están volcando en demostrar a sus alumnos que siguen ahí, que esto es un periodo escolar raro y que son su referente, ahora más que nunca y aunque sea a través de una pantalla o un audio.
Los niños, al menos mis hijas, están viviendo estos días con más naturalidad de la esperada. Incluso la que no había pasado ni un solo día de su vida sin salir de casa nos está dando lecciones de madurez. No me preocupa que no avancen materia, se compensa con todas las cosas que han aprendido estos días y que les servirán para afrontar su vida adulta, sin duda.
Como muchos compañeros compagino el periodismo (sin salir de casa) con nuevos aspectos de la conciliación familiar y toco de todo. Por eso agradezco aún más si cabe la inmensa labor que, también sin salir de casa, está haciendo gran parte del colectivo docente. En ocasiones necesitan nuestra ayuda porque se atascan con un verbo, a veces oímos el Hallelujah con la flauta con tantos pitos que es difícil adivinar qué canción es. Pero de verdad que ese apoyo virtual es muy estimulante porque hace sentir a nuestros hijos que #TodoSaldráBien.