Síguenos
Oriol Joanpere, actor turolense: “Hay que reinventarse, pero el teatro solo puede vivir de verdad sobre un escenario” Oriol Joanpere, actor turolense: “Hay que reinventarse, pero el teatro solo puede vivir de verdad sobre un escenario”
Oriol Joanpere es uno de los turolenses que actúan virtualmente en Monzón

Oriol Joanpere, actor turolense: “Hay que reinventarse, pero el teatro solo puede vivir de verdad sobre un escenario”

banner click 244 banner 244

El turolense Oriol Joanpere, quien fuera Diego de Marcilla durante las Bodas de Isabel 2017, será uno de los seis actores turolenses que actúan este fin de semana en el XX Homenaje a Guillem de Mont-Rodón de Monzón. Lo hará de forma virtual, ya que la recreación, que traslada la ciudad montisonense a los momentos previos al de las Bodas de Isabel, se celebrará a través de Youtube, Facebook e Instagram. Entre susto o muerte, Monzón elige susto. 

-¿Cómo es eso de participar en una recreación histórica a más de 300 kilómetros de distancia?

-Pues un invento extraño que al final ha salido muy bien. Hemos grabado las escenas en las que íbamos a participar y ellos las cuelgan en sus redes sociales. Lo hicimos usando una aplicación de videoconferencia; Zoom, en concreto, y representamos la escena como si estuviéramos juntos, con algunas directrices de Raquel Esteban para darle uniformidad. 

-Cada uno en su casa pero con el objetivo de que pareciera que estaban juntos... ¿cómo se las apañaron para homogeneizar las atmósferas de cada casa, para que en la ficción parezca que están juntos?

-Creo que lo hemos conseguido, dadas las circunstancias. Lo primero optamos por hacer un fondo común entre los cuatro con una sábana blanca, sencillo y que además hacía que la luz fuera lo más uniforme posible en todas las casas donde cada actor estaba. Además cuidamos mucho los efectos de la mirada... si habla un personaje yo estoy mirando hacia la izquierda, o si habla otro, pues hacia la derecha y abajo, por ejemplo... Además había detalles pequeños, como el de una manzana: un personaje corta una manzana en cuatro trozos, la reparte y nos la comemos. Evidentemente, cada uno de nosotros tenía su trozo de manzana cortado, pero da la sensación de que es la misma. Y después de grabar, Alberto Moratón habrá tenido bastante trabajo postproduciendo...

-La Fundación participa en dos escenas, una el domingo con Alba Sánchez e Israel Bujeda y otra, que Monzón Templario publicó en sus redes sociales ayer, con Paco Barón, Maxi Villalba, Antonio Esteban y usted. ¿En qué consiste la escena?

-El Homenaje a Mont-Rodón se sitúa entre la Partida de Diego y las Bodas de Isabel, e históricamente al parecer está documentado que Pedro de Azagra tuvo mucho que ver conque el Rey Jaime fuera liberado de Occitania y regresara a Monzón. Nosotros interpretamos a varios personajes, como el Obispo y yo, que soy Gastón y viaja en nombre de Pedro de Azagra, que nos preparamos para viajar a Monzón para corroborara que el Rey Jaime I es el auténtico y está bien. Aunque al final ocurre algo que nos impide partir de viaje... y de esa forma se alude simbólicamente a que no podemos estar físicamente en Monzón. 

 -Para grabar la escena se han valido de sus propios medios... ¿ha necesitado ayudantes de producción?

-Sí, mi padre me ayudó a colocar la sábana blanca como fondo, colgada de una cuerda que iba de una estantería a otra. Y durante la grabación ya estuve yo solo, peleándome con el enfoque de la cámara de mi portátil. 

-¿Qué ha sido lo más complejo para usted a la hora de construir este peculiar formato teatral?

-Estar solo, tener que decir los diálogos mirando a una pared y sin que los gestos que hace tu compañero te sirvan de indicación... Ha sido parecido al cine, porque tienes que estar pendiente de la cámara sin mirarla, aunque aquí no tienes a nadie que te diga que te muevas para acá o para allá, o que te estás saliendo del plano sin querer. Porque durante la escena, que se graba como si fuera un plano secuencia sin parar, escuchas las réplicas de tus compañeros a través del micrófono, pero no puedes verlos, porque no puedes mirar a la pantalla del ordenador. Y aunque les oigas, hablarles mirando hacia un punto vacío era algo bastante raro. 

-¿Tuvieron que repetirla muchas veces?

-No. La hicimos una vez para repasar el texto, y luego grabamos la buena y dos o tres veces más por si acaso. 

-Cuando Raquel Esteban les propuso participar en el Homenaje a Mont-Rodón de esta forma, ¿le pareció inviable?

-Inviable no, pero una completa locura sí. Yo conozco a Raquel lo suficiente como para saber que cuando se propone algo lo consigue, así que me lancé a participar entusiasmado. La  verdad es que me ha sorprendido lo que se ha arriesgado Monzón y lo bien que han respondido todos los grupos. Cuando anunciaron que la recreación iba a ser virtual, yo pensé que harían concursos de dibujo, de relatos... Pero han apostado fuerte y yo creo que les va a salir muy bien, que va a ser una gran experiencia de la que podemos aprender mucho. Cuando las circunstancias son adversas hay que darle vueltas a las cosas y en ocasiones salen buenas ideas. 

-¿Cree que a medio plazo este tipo de formatos online tendrán que generalizarse? ¿O aunque sea poco a poco el teatro tenderá a recuperar los escenarios y las calles?

-A corto plazo este tipo de recursos va a ser muy útil, porque permite que los actores puedan seguir trabajando en lo suyo y el público tenga contacto con él, aunque sea de un modo radicalmente diferente. Pero yo quiero pensar que es una solución temporal, y que en cuanto podamos volver a los teatros y a los escenarios lo hagamos. Creo que es un apaño necesario e ingenioso en estos tiempos, pero que a la larga no puede sostenerse mucho tiempo. El teatro no puede permanecer mucho tiempo como un animal en cautividad, porque tiene que vivir en libertad. El teatro solo puede vivir de verdad sobre el escenario.