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Las visitas más esperadas comienzan en las residencias de mayores libres de Covid-19 Las visitas más esperadas comienzan en las residencias de mayores libres de Covid-19
María Ángeles Noguera visitó a su madre Ángeles Cesteros, ayer en la residencia Rey Ardid de la carretera de Alcañiz de Teruel. Javier Escriche

Las visitas más esperadas comienzan en las residencias de mayores libres de Covid-19

Los centros turolenses extreman las precauciones para recibir a los familiares
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A las cinco de la tarde, la lluvia dio el lunes una tregua en la capital turolense que permitió disfrutar a María Ángeles Noguera de su ansiado encuentro con su madre Ángeles Cesteros, que vive en la residencia Rey Ardid de la carretera de Alcañiz y a la que llevaba más de dos meses sin ver por las medidas de confinamiento por la pandemia de coronavirus. La hija desde la calle y a través de una ventana pudo volver a mirar cara a cara a su progenitora y conversar con ella. Fue uno de los primeros encuentros que ha posibilitado la nueva orden del departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales, publicada el lunes, que permite la visita de familiares a los centros residenciales.  

“Era una visita muy esperada. Nosotros éramos de visita diaria a ver a nuestra madre y aunque hemos mantenido el contacto con videoconferencia y llamadas de teléfono el contacto visual es diferente”, comentó María Ángeles tras su conversación con su madre. 

María Ángeles explicó que su madre también se había puesto muy contenta, aunque no comprender muy bien todo lo que sucede. Esta turolense también reconoció que han sido semanas muy difíciles porque el temor y la preocupación han estado ahí todo el tiempo. Asimismo, se mostró muy satisfecha de cómo se habían organizado las visitas en esta residencia y que hayan contado con la opinión de las familias.

Ahora al menos ella y su hermano Jorge han podido conversar con ella, aunque les ha faltado, como el propio Jorge reconoció “el achuchón”, un abrazo que están deseando dar pero que entienden que ahora no es posible.

Los requisitos para poder hacer esas pequeñas reuniones son muy estrictos para garantizar al máximo la seguridad. Las visitas se pueden hacer en centros que no hayan tenido positivos por Covid o lleven dos cuarentenas sin ninguna notificación. Hay que pedir cita previa. Solo puede entrar un familiar, hay que mantener dos metros de distancia y usar protección con mascarilla obligatoria. Algunos centros aún han incluido más medidas para proteger al máximo a sus residentes. 

En la residencia Rey Ardid de Teruel, como explicó su directora, Marina Marco, se han establecido dos posibilidades para estos encuentros para adaptarse a las características de cada residente. En ambos casos los familiares permanecen en el exterior del recinto. Las visitas se puede hacer en el jardín o a través de una sala en la que está el anciano y fuera, desde un gran ventanal, el familiar. Se han establecido cuatro turnos por la mañana y cuatro por la tarde para que a la semana se puedan hacer 50 visitas a la semana. 

“Hemos tratado de hacer las visitas lo más seguras posible. La sala que está junto a la recepción se desinfectará tras cada visita y es una alternativa al jardín si llueve o hacer frío o para aquellos residentes que cognitivamente necesiten más tranquilidad y les puedan molestar los ruidos del exterior”, explicó Marco que recordó que tanto las familias como los residentes tienen muchas ganas de estos encuentros que van a ser muy emotivos.

Otros centros están ultimando los preparativos para recibir a los parientes de sus residentes con la mayor seguridad. La residencia Javalambre del IASS tiene casi 400 usuarios y la organización es compleja. Su directora, Elena Lahuerta, explicó que se está elaborando un cuadrante con los residentes cuyos familiares están en la provincia para que todos se puedan beneficiar de esta medida. Asimismo, se están estableciendo los recorridos seguros por el centro y el escalonamiento de la llegada de visitantes para que no coincidan en las entradas y salidas.

“Todos están muy deseosos de encontrarse pero hay que decirles que tengan calma para no echar por tierra todo el esfuerzo que se ha hecho”, comentó Lahuerta quien indicó que los teléfonos están desbordados con las llamadas de los familiares y que incluso algunas personas acudieron ya el sábado al centro para preguntar cuándo podrán ver a sus parientes.

También quiso agradecer la enorme colaboración que ha habido durante todo el estado de alarma por parte de las familias. Al igual que el “comportamiento ejemplar” de los residentes, que han cumplido el confinamiento con “un respeto absoluto”. La directora de la residencia Javalambre aseguró que “merecen un premio” y que para ellos ese reencuentro con sus seres queridos será el mejor y que llegará muy pronto.

Muchos centros preparados

El director provincial del Instituto Aragonés de Servicios Sociales, Michel Villalta, destacó que el 80% de las residencias turolenses van a poder permitir las visitas de los familiares. De los 39 centros de mayores que tiene la provincia, en 25 no ha habido casos y a estos hay que sumar aquellos que llevan más de 28 días sin positivos por Covid-19

Villalta reconoció que ha sido duro “romper el contacto familiar” durante tantas semanas pero recordó que era una medida necesaria porque las personas que viven en las residencias son “muy frágiles”.

En cuanto al momento actual de estos centros en la provincia, el director provincial de IASS reiteró que el 80% de las residencias están libres de coronavirus y aseguró que la situación es “estable” y va “mejorando”.

La orden que permite las visitas también incluye otras medidas como la recuperación de servicios como la fisioterapia o la peluquería y los propios paseos de una hora de los mayores en las inmediaciones de sus centros residenciales.