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Juan Corellano

Buscar piso en Madrid escomo intentar disimular la resaca en la comida del día de Navidad: pasa tanto tiempo hasta que lo tienes que volver a hacer que se te olvida el suplicio que supone. Aunque uno nunca está del todo preparado para acometer esta tortuosa penitencia, la experiencia de llevar varios años viviendo en la ciudad me ayuda a evitar unos cuantos errores habituales.
Cuando entras en la selva de Idealista y compañía, lo fundamental es sacar el machete y ponerte a desbrozar como si fueras Florentino Pérez en Guatemala. 
Estos buscadores están llenos de trampas visuales y lingüísticas en las que el alquilado novato suele zambullirse de cabeza. 
En el apartado visual, existen algunos sospechosos habituales que deben hacer saltar todas nuestras alarmas. Si el piso tiene fotos de todas las habitaciones menos una, te quieren poner a dormir junto a la escoba y la fregona. 
Si la imagen del salón la hicieron con un ojo de pez o gran angular, a lo de que cabéis cinco sin problema le falta un ‘si estáis de pie’. 
Si todas las fotos están hechas con las luces encendidas, te aviso que vas a tragar más luz artificial que una plantación de marihuana, porque ventanas como tal, allí no hay. 
En cuanto al lenguaje, el del alquiler es un terreno fértil para el eufemismo, las medias verdades y los tres cuartos de mentiras. 
Aquí una traducción de los más frecuentes. Buscamos gente seria y trabajadora: vamos a repasar tu cuenta bancaria como si fuéramos la Agencia Tributaria, pedirte 4 meses de fianza, otro para la agencia y el bar de tus padres como aval. Piso interior muy luminoso: luminoso si robas los focos del Bernabéu, claro, porque aquí no entra ni medio rayo de sol. Queremos un inquilino de confianza: confiamos en que nos pagues en negro, el IVA son los padres. 
Como persona con cierto pedigrí en el mundo del alquiler, estos son los mejores consejos que puedo ofrecer a quienes os encontréis en la misma tesitura. 
Ojalá encontréis pronto un piso y pase mucho tiempo hasta que tengáis que volver a hacerlo. Al menos el suficiente para que se os olvide que no hay que pasarse con las copas en Nochebuena.