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Sierra de Arcos se revitaliza con drones y clases online de jóvenes emprendedores Sierra de Arcos se revitaliza con drones y clases online de jóvenes emprendedores
Darío Navarro, en su despacho de Ariño desde el que da clases de inglés online. Darío Cervantes

Sierra de Arcos se revitaliza con drones y clases online de jóvenes emprendedores

Aeripes y Darío Cervantes insuflan optimismo entre la juventud innovadora que quiere quedarse
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Un proyecto que prestará servicios con drones al sector agrícola, las energías renovables o la construcción desde Alloza y la enseñanza online de inglés afincada en Ariño son iniciativas que llenan de aire fresco e ilusión el espíritu emprendedor en la Comarca Andorra-Sierra de Arcos de la mano de La Era Rural.

El impulso de Aeripes surge por la influencia familiar de Javier Comín, de 25 años de edad. “Mi abuelo es agricultor, mi padre también y siempre he estado vinculado al campo. Por eso, mi idea trata de la toma de datos en cultivos mediante la teledetección con drones”, explica.

La subida de los precios de los productos fitosanitarios y la mayor concienciación con respecto al medio ambiente han sido alguna de las causas que han llevado a este vecino del municipio turolense a emprender su proyecto. “Los drones te permiten saber qué necesitan los cultivos y mejorar la rentabilidad del agricultor”, señaló.

“Aprovechando que se van a instalar por la zona parques eólicos y huertos solares, se me ocurrió que el trabajo también podría abarcar el sector de las energías renovables”, profundizó el fundador de este innovador negocio. A través de cámaras térmicas y otros dispositivos tecnológicos se podría comprobar el adecuado funcionamiento de las placas, argumenta.

Su interés en el mundo de los drones aplicados a la actividad agrícola le ha llevado a formarse en este campo. “Tengo FP en formación agraria y, después, empecé sacándome el carné de piloto de drones; he seguido realizando un curso de procesamiento de imágenes, detección y termografía, y ahora estoy ampliando conocimientos en esta materia”, detalla.

En Alloza, con cerca de 600 habitantes, “no hay extensiones tan amplias para realizar vuelos de drones, porque es un servicio caro”, pero en Alcañiz, Calanda, Híjar o Escatrón, “donde ya cuentan con zona de regadío, tendría cabida el proyecto”, dijo Comín.

A partir de abril, cuando reciba la subvención de la convocatoria Leader que Adibama tramita, comenzará con la compra de todos los dispositivos necesarios para iniciar su actividad. Estas ayudas tienen el objetivo de fomentar la creación de empleo, la diversificación económica, la innovación, la conservación y mejora medioambiental, y el incremento de la calidad de vida en el medio rural aragonés.

Comín considera que su emprendimiento tiene futuro y le permitirá quedarse a vivir en Alloza, que es lo que desea. “Hay poca gente joven en el pueblo, solo los que viven de la agricultura o tienen un trabajo cerca de la localidad”, concluye.

En La Era Rural

Javier ha decidido adherirse a la Era Rural por recomendación de la agente de Empleo y Desarrollo Local de la Comarca Andorra-Sierra de Arcos, Gemma Briz. “Me ofrecían unos cursos para emprendedores, de certificado digital, márquetin, formación jurídica... y me parecía interesante adquirir más conocimientos para poner en marcha mi proyecto”, explica.

La Era Rural nace de la mano de Jóvenes Dinamizadores Rurales, una iniciativa que lleva una década trabajando para impulsar y apoyar el liderazgo y la iniciativa juvenil en el entorno rural aragonés.

Jóvenes Dinamizadores Rurales está formado por 13 Grupos de desarrollo local en 17 comarcas aragonesas, entre ellas Andorra-Sierra de Arcos, y por jóvenes comprometidos con sus pueblos y entornos.

Esta comunidad de emprendedores y de profesionales –que acompañan, apoyan y ofrecen herramientas de formación e información útiles, tanto en los primeros pasos que da una persona emprendedora, como en las siguientes fases por las que va desarrollándose el proyecto– ya cuenta con tres iniciativas situadas en la Comarca Andorra-Sierra de Arcos.

Recientemente se han sumado también Sonia Guillén, que acaba de poner en marcha la vivienda de turismo rural La Mimbrera en Estercuel, decorada en estilo rústico y que cuenta con dos apartamentos y un estudio; y Darío Navarro, que ha trasladado su experiencia de profesor de español para extranjeros desde Mallorca a su localidad natal, Ariño, en formato online y totalmente adaptada a las necesidades de sus clientes.

Bajo el nombre Darío Cervantes, Navarro ofrece clases de lengua española a través de Internet para extranjeros que residen en España o fuera del país. “Son sesiones guiadas, tutorizadas y personalizadas para aprender el idioma, adaptadas a los usuarios y a sus circunstancias”, puntualiza el emprendedor.

Darío, de 28 años, es filólogo hispánico por la Universidad de Zaragoza. Después de haber vivido y trabajado durante dos años en Mallorca como profesor, ha decido iniciarse en el negocio de formación digital desde su tierra.

La covid guió el rumbo

En un principio, su idea era trabajar desde Mallorca, donde comenzó el proyecto en marzo de 2020, pero con la irrupción de la covid-19 decidió volver a casa y desde octubre trabaja en Ariño. “Mallorca vive del turismo y con el coronavirus, evidentemente, ha bajado muchísimo el trabajo, así que prefiero estar en el pueblo, tranquilamente; soy de aquí de toda la vida y puedo desarrollar la iniciativa igual”, explica.

A través de www.profesorespanolonline.com, los interesados pueden conocer los servicios, tarifas y realizar las reservas de clases. “Los contactos que fui haciendo me han ido recomendando y a través de la web pueden contactar conmigo y pueden probar una hora gratis para ver si les gusta cómo doy las sesiones”.

Las clases son siempre online, y se adaptan a la plataforma que le es más cómodo al cliente –Zoom, Skype, Teams, WhatsApp–, menciona Navarro.

Aunque el perfil de los alumnos varía, a día de hoy la mayoría son personas que están interesadas en el idioma español por motivos laborales o por la cultura del país. “Suelen tener entre 30 y 50 años y tengo alumnos ingleses, suecos, alemanes, italianos o polacos; entre estos últimos, es sorprendente, pero está muy de moda el español por la música o la cultura”.

En el caso de Darío Navarro, la situación actual le ha “dado una oportunidad” para seguir trabajando de profesor e impulsar su negocio. “Este método tiene sus ventajas e inconvenientes, como todo. Lo que está claro es que cada vez la gente se está acostumbrando más a trabajar y formarse online y eso, en mi caso, ofrece ventajas, como encontrar desde Rusia un profesor nativo de español, filólogo y formado. Esto, de manera presencial es complicado y solo te lo permite internet”.

“Puedes conectar a 30 o 40 personas, por precios baratos, y de forma cómoda, aunque es verdad que la formación presencial permite interactuar de forma más cercana y sencilla”, matiza.

Los negocios online permiten asentar a la población en sus localidades en un contexto en el que las ofertas de empleo en la comarca son muy limitadas. “A lo mejor mi proyecto es una forma de animar a otros jóvenes a emprender y que vean que se pueden hacer cosas para trabajar desde los pueblos”, estimula. 

Navarro estuvo trabajando durante un tiempo en Dinópolis. “Los contratos relacionados con el turismo son a tiempo parcial y de temporada, y con el coronavirus ha caído el empleo”, esgrime el joven emprendedor. En este sentido, añade que “la poca gente joven que hay en Ariño trabaja en puestos residuales que ha dejado la minería o en el balneario, como camareros o fisioterapeutas, pero se han tenido que buscar otras cosas”.

Ahora, Navarro detecta posibilidades de crecimiento y se ve con posibilidades de evolucionar.