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El Cid y el Conde de Barcelona libran su última batalla en ‘La fuente de Berenguer’

Raúl Hernández y Sara Aladrén presentan un cortometraje épico rodado en El Poyo del Cid
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A finales del siglo XI Rodrigo Díaz de Vivar fue desterrado por segunda vez por el Rey Alfonso VI. Con pocos amigos y enemigos cada vez más fuertes y numerosos, el Cid planea conquistar Levante y fundar su propia taifa, mientras Berenguer Ramón II, el Conde de Barcelona, le persigue obsesionado por vengar la afrenta de haber sido hecho prisionero por dos veces. 

Más de un siglo después, en 1207, una compañía de teatro es expulsada de tierras navarras por una adaptación de La chanson de Roland que no ha gustado a Sancho VII. El hambre y la necesidad les llevará a buscarse la vida en la Corona de Aragón, en los páramos del valle del Jiloca. 

Estas dos historias sin aparente conexión y con 118 años de diferencia se funden en La fuente de Berenguer, un cortometraje dirigido por Raúl Hernández y Sara Aladrén y rodado gracias a la participación de más de 60personas del Poyo del Cid y Calamocha. 

Se trata de la adaptación de la leyenda del mismo nombre, según la cual Ramón Berenguer II, furibundo enemigo del Cid, lavó en dicha fuente sus heridas tras una derrota contra Rodrigo Díaz. En su cortometraje, de 29 minutos, Hernández y Aladrén recrean un épico enfrentamiento entre los dos caballeros y ofrecen su versión de lo que ocurrió con la mítica espada Colada y del nacimiento de la propia Fuente de Berenguer. 

El cortometraje, de confección amateur pero excepcional factura, será estrenado el próximo sábado en El Poyo del Cid, a partir de las 18.30 horas, en el contexto de las III Jornadas de Patrimonio Local que se celebran en la pedanía de Calamocha. 

Producto de un taller de cine

Raúl Hernández, codirector de la película además de impulsor de la idea, es un veterinario zaragozano que desde hace dos años ejerce en Calamocha.

Con cierta experiencia amateur en cine y cortometrajes de corte histórico y épico, comenzó a barajar la idea de crear una producción sobre El Poyo del Cid en cuanto se instaló en el Jiloca. “Empecé a relacionarme con la Asociación Cultural Mío Cid”, explica, “y vi que después de 20 años haciendo representaciones y recreaciones, tienen mucho fondo de armario con atrezzo de la época, armas, caballos y, sobre todo, predisposición a favor de la cultura”. 

Finalmente Hernández propuso a la AC Mío Cid realizar un taller de creación de cine, “para aprender un poco a plantear cortometrajes, planificar rodajes, rodar, hacer guiones, editar, postproducir... el objetivo era aprender alguna cosa y sobre todo pasárnoslo bien, rodando íntegramente en la localidad de El Poyo”. 

El taller tuvo lugar en la segunda mitad de 2017 y fue todo un éxito. Tanto que se fue de madre y lo que pretendía ser un pequeño corto para practicar ha terminado siendo una producción “hecha a nuestro nivel, lógicamente, pero con calidad”. La obra está perfectamente ambientada, bien guionizada, con un esfuerzo actoral encomiable por parte de intérpretes y extras totalmente amateur, e incluso con una banda sonora original. De ella se ha encargado Alejandro Calonge, músico zaragozano “que desde que entramos en contacto con él se mostró muy predispuesto a ayudarnos en el proyecto, y sin cobrar como el resto de la gente”. La partitura no está grabada en directo por una orquesta, evidentemente, pero gracias al genio de Calonge, a las bibliotecas virtuales por ordenador, y también a los dulzaineros Ruiseñores del Jiloca, el resultado es francamente bueno. 

Producida por la Asociación Cultural Mío Cid y dirigida por Raúl Hernández y Sara Aladrén, en el guión ha participado también Eduardo Escudero, que además interpreta a Claudio, el jefe de la compañía de teatro, y cuenta con un equipo de colaboradores tan extenso –más de 70 personas– como entusiasta.

Buena experiencia

Sobre la experiencia del rodaje de La fuente de Berenguer, Raúl Hernández asegura que ha sido “muy divertido”. “Los actores hicieron un gran esfuerzo y, a pesar de que planteábamos sesiones de rodaje muy optimistas, normalmente las cumplíamos”. La mayor parte de los rodajes tuvieron lugar en exteriores de El Poyo del Cid, lo que es siempre más complejo para los actores. 

“Aunque para rodar interiores tuvimos la gran suerte de tener la colaboración de Jesús Sánchez, que nos permitió utilizar el Palacio de los Valero de Bernabé”, en Calamocha. “Es una casa señorial del XVI con pórtico monumental, una fantástica escalera y una gran bodega. Para rodar interiores en este tipo de películas históricas tienes que ir a monumentos, y por fortuna Jesús Sánchez nos permitió rodar allí”.

Tras la presentación del cortometraje, este sábado a las 20 horas, Raúl Hernández explica que el equipo tratará de mover lo máximo posible la película. “Más que nada en honor a todos los que han colaborado con nosotros y con el objetivo de difundir la historia y los parajes de El Poyo del Cid. Estudiaremos los festivales de cortos donde podamos encajar y participaremos en los máximos posibles”.