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La lámpara de Aladino La lámpara de Aladino

La lámpara de Aladino

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Ando rebuscando entre los zarrios del trastero a ver si encuentro una lámpara de Aladino. Si tengo suerte, aparece el genio y me dice eso de “te voy a conceder tres deseos y bla, bla, bla…”   le voy a pedir que se acabe el hambre en el mundo, que reine la paz y que me lleve al Teruel de 2117. Podría decirle que me cubriera de oro y de riquezas, pero me da más morbo lo del viaje en el tiempo para comprobar con mis propios ojos cómo viven los turolenses de dentro de cien años.

De momento, fracaso total. Por aquí solo hay cajas, ropa vieja, libros acumulando polvo y unos esquís de los 90.

Pero como no pierdo la esperanza, mientras busco y rebusco, voy a aprovechar el tiempo para contarle a nuestros paisanos de 2117 quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos, aunque esto último no lo tengo del todo claro.

Lo que tenéis entre manos, amigos del Teruel del futuro, es un periódico de papel. Supongo que en vuestra época este formato ya será historia, aunque vaya usted a saber, porque desde hace veinte años los agoreros vienen anunciando que al papel le quedan dos telediarios y aquí seguimos peleando.

Este periódico, DIARIO DE TERUEL, se fundó hace 181 años y desde entonces se ha dedicado a contar todo lo bueno, lo malo y lo regular que ha pasado en la ciudad de Teruel y en la provincia en todo este tiempo.

Y os digo que este periódico se fundó hace 181 años porque tengo claro que dentro de un siglo DIARIO DE TERUEL seguirá existiendo. Mientras pasen cosas y haya gente interesada en saber qué es lo que está ocurriendo, la profesión del periodista no desaparecerá y, por lógica, seguirá habiendo medios para reflejar esas historias.

Lo de cómo consumiréis las noticias, eso ya es otra historia. Igual el mundo, que avanza que es una barbaridad, ha ideado un chip que os han implantado en el cerebro y es adonde os envían las noticias para que estéis al cabo de la calle. O igual las cosas no han ido tan lejos y seguís pasando todos los días por el quiosco del barrio para comprar el periódico. 

Pero bueno, lo que espero es que en todo este tiempo las cosas hayan avanzado lo suficiente y hayáis superado las polémicas de este siglo. 

Lo de la población pinta mal en 2017, pero como se han hecho tantos estudios, informes, comités, reuniones, comisiones y cumbres para revertir la debacle poblacional que vive la provincia, igual alguien ha dado con la tecla, se ha puesto manos a la obra y, por fin, se ha dedicado a ejecutar las medidas que se vienen reclamando desde el medio rural. No hay nada como escuchar a quien sufre un problema y arreglarlo con sus recomendaciones. Parece sencillo, pero en esta época no somos muy amigos de la simplicidad.

¿Y el tren? Pues imagino que a todo trapo. Si se han cumplido las promesas, debéis de estar unidos con el norte de España a una velocidad de vértigo y las mercancías irán de aquí para allá, ¿no? Eso, o el tren será en vuestra época una reliquia del siglo pasado y os moveréis por el aire o bajo tierra, a través de modernas autopistas de comunicación que serán inteligentes y donde el ser humano se convertirá simplemente en un elemento que se deja llevar. No os riais, anda, es que somos muy tendentes a pensar que en cien años la vida será parecida a un capítulo de Black Mirror.

Lo de la N-330 y lo del desdoblamiento de la 232 ni os lo mento, porque eso dicen los políticos de ahora que está a punto de caramelo y es cuestión de un par de presupuestos del Estado. Y claro, lo que digan los políticos va a misa. La N-330 y la N-232 son dos carreteras. Aunque claro, igual esas infraestructuras ya son parte del pasado, como el tren.

Y luego está el tema del nuevo hospital, que espero que para vosotros ya sea el viejo hospital. Igual hasta estáis reclamando un nuevo-nuevo-hospital porque el que para nosotros debería ser nuevo, está ya obsoleto. Eso sí, si llega el caso, echadle un ojo al proyecto y que no os cuelen lo de las habitaciones dobles, que aquí, en este tiempo, ha habido mucha polémica con todo eso. Y no descuidéis lo de los aparatos de última generación, porque igual os intentan dar gato por liebre con cualquier excusa.

Lástima. Acabo de tropezar con una lámpara, pero la he frotado y lo único que he conseguido es sacarle un poco de brillo. Empiezo a pensar que en este trastero no hay ningún Aladino escondido, así que mi gozo en un pozo. 

En cualquier caso, como no pierdo la esperanza, si al final aparece os emplazo, turolenses del futuro, a quedar el 19 de diciembre de 2117 a las 12 horas en la plaza del Torico. Yo iré con una camisa de cuadros, de esas que parecen un mantel. Si alguien me ve, que me salude.