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Pagar la antena Pagar la antena

Pagar la antena

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Cruz Aguilar

En Pancrudo han cogido la sartén por el mango y han decidido que si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma. Van a costear los 60.000 euros que vale la instalación de una antena de telefonía  para garantizar a los vecinos poder usar su móvil. Un Ayuntamiento con 115 habitantes tiene un presupuesto limitado, muy limitado, por lo que, para poder hacer frente a este gasto, han decidido que todas las ayudas que les corresponden  vayan a parar a esa inversión, convirtiéndola en prioritaria y colocándola por delante de otras como mejoras de calles, redes de saneamiento y otras muchas obras también necesarias en los pueblos. 
En ocasiones, al hablar con los políticos da la sensación de que no hay culpables, pero es porque pesan más las siglas que las necesidades de los vecinos. La realidad es que solo el papel gastado en informes sobre despoblación vale más que los 60.000 euros que cuesta la antena de telefonía móvil de Pancrudo. ¿Hasta cuándo vamos a seguir haciendo directrices y estudios mientras permitimos que el Ayuntamiento de un pueblo de cien habitantes se pague, de su propio bolsillo, la antena para tener cobertura móvil? ¿Esto no lo ven nuestros políticos, o es que prefieren echar balones fuera? 
El plan para llevar la banda ancha a todos los municipios ha supuesto mejoras ya en algunos. Sin embargo, los habitantes de otros,  y ya van varios a los que se lo he oído, indican que el armario de los cables lo han colocado en tiempo y forma, pero ellos siguen navegando con balsas hechas con tronchos por el ancho mar de internet, por el que hay quien viaja en rápidas lanchas motoras desde hace años.
Me cansa hablar del mismo tema, aburro a las ovejas, pero escribiendo estas noticias me hierve la sangre. Sobre todo cuando tres páginas más atrás o dos días antes ha aparecido otra información con los políticos de turno sonrientes diciendo que esta va a ser la definitiva, que la lucha contra la despoblación no es futuro sino presente, que ya han empezado a trabajar en ello. Lo siento pero no puedo evitar pensar en Labordeta y su famosa frase.