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El poder de las mujeres El poder de las mujeres

El poder de las mujeres

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Cruz Aguilar

Emocionante. Así fueron la manifestaciones en defensa de la igualdad entre hombres y mujeres que tuvieron lugar en toda España. Me impresionó ver cómo en muchos pueblos de  Teruel  jóvenes y mayores se sumaban a esta reivindicación. Algunas saliendo a la calle, otras colgando delantales en los balcones pero todas diciendo ¡basta!. Incluso las mujeres calladas, acostumbradas a ponerle el plato en la mesa a sus maridos todos los días, están cansadas de estar sometidas y quieren otro futuro para sus hijas y nietas. 
También me gustó ver que  en las protestas había muchos maridos, hijos y hermanos porque eso significa que no estamos solas, que muchos hombres no nos quieren sumisas, sino luchadoras, y que anhelan para sus hijas esa igualdad real que, desgraciadamente, nunca tuvieron sus madres y por la que pelean cada día sus mujeres en todos los ámbitos.
El jueves vi en una foto una pancarta con un lema que me pareció que ilustraba la realidad que se vivió en las calles. “Nos han quitado tantas cosas que nos han quitado hasta el miedo”. Y así es como se pudo ver en la diversidad de mujeres de todas las edades, condiciones sociales y profesiones que salieron a la calle. Las feministas organizaron, pero notaron el calor de miles de compañeras que, con idiologías dispares, más viejas y con diferentes salarios se han cansado de cobrar menos, de que se les juzgue por su aspecto o por su edad y de tener miedo a caminar solas de noche por la calle. No, no hay igualdad.
En cada momento de la historia las mujeres han hecho lo que tenían y podían hacer, han ido ganando terreno poco a poco. Son muchas las que se han partido la cara para que ahora mi hija me mire como si estuviera diciendo que los perros son verdes cuando le cuento que las mujeres de la edad de mi madre no conducían porque era algo reservado a un hombre. 
Nos queda mucho camino por recorrer y en esta guerra hay que ir ganando pequeñas batallas. Todos los granitos hacen granero y ayudan a la compañera. Calladitas no estamos más guapas.