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Don Félix y sus murales Don Félix y sus murales

Don Félix y sus murales

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Cruz Aguilar

Estoy escribiendo esta semana de los tiempos escolares y, sin querer, me he puesto a divagar sobre los de mi infancia. La mayor parte de los cursos el cole acababa a las 5 de la tarde, al salir de clase. Cambiábamos de escenario pero seguíamos jugando los mismos chicos y chicas en la plaza, en la fuente, en la riera o donde nos diera por ir en ese momento.  Éramos amigos (a ratos, enemigos a muerte) dentro y fuera del aula, entre otras cosas  porque no había muchas más opciones.
Pero hubo algunos meses en los que los tiempos escolares se alargaron, después de la merienda, hasta que se hacía de noche. Fue mientras pintábamos los murales que durante casi dos décadas decoraron el patio del colegio. Félix Teira, para nosotros Don Félix      –porque antes nadie se podía apear de ese tratamiento–, pensó que el muro blanco que separaba el patio de las casas de los maestros (donde él vivía los días lectivos con su familia) era muy soso y que estaría más alegre con algo de color. 
Él se ocupó de hacer los trazos y los demás los rellenamos con el arcoíris. Los más hábiles se ocuparon de las zonas más delicadas y los que teníamos menos pericia con el pincel o los pequeños nos hicimos cargo de los espacios grandes que se coloreaban con brocha. No fue una actividad de la clase de plástica, fue algo voluntario que planteó el maestro y donde colaboramos todos. Aprendimos más de pintura y de trabajo en equipo con los murales sobre las estaciones que en cientos de horas dentro del aula. 
Félix Teira ha escrito una decena de novelas por lo que supongo que, ya en esos años, en los que aún no había publicado nada, no iría sobrado de tiempo y, sin embargo, nos dedicó mucho a sus alumnos, sin mirar el reloj y con una paciencia infinita.
Fruto de esa pasión por enseñar es que a todos a los que nos dio clase (al menos en Berge y Alacón) es su nombre el que nos viene a la cabeza para definir a un maestro. Con él aprendimos, entre otras cosas, a distinguir, gracias a unas fichas con dibujos, la ortografía. Muchas veces aún pienso en ellas al escribir algunas palabras. Gracias maestro.