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Caídos Caídos
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Fernando Arnau

La Cruz de los Caídos de Valderrobres ha sido desmontada. Sólo un trocito de ella, discretamente indultado, flanquea el otrora cementerio laico. Desaparecieron los aparatosos carenados falangistas de las entradas de la población; con la entrada de la inversión y las bases americanas que al común de los españoles les quedaba lejos, con las “remesas de las divisas” de los que sin querer conocían otras tierras y con los sueldos locales de industrias más o menos pesadas.
Siguiendo con el tema, les diré que la iglesia de Santa María la Mayor de la localidad, tiene un parche, junto a un contrafuerte, por el que nadie siente la menor curiosidad, salvo por tratarse de un pegote. La tabla de mármol que lo cubría contenía un montón de nombres, y estaba encabezada por un rótulo popular en su tiempo.
Uno de aquellos nombres, no el único, correspondía a un comerciante. Un sobrino suyo me contó que su cuerpo había emprendido el camino del Valle de los Caídos. Españoles que no siendo anónimos en su pueblo lo fueron tanto en el Valle que, el familiar, funcionario intachable del Régimen, en cinco viajes más bien oficiales, y con alguna investigación más, no tuvo la satisfacción de poder encontrar el nombre de su tío mínimamente dignificado en aquel destino forzado.
La desmemoria tiene estas cosas, iguala en el olvido a todo hijo de vecino.
Se quisieron o tuvieron que llenar las tumbas con los enemigos de la patria, y se condenó al anonimato incluso a los mártires propios.
Las generaciones presentes, poco educadas en cuestiones memorísticas, van camino de llegar tarde a una recuperación del recuerdo colectivo, porque se van apagando irremisiblemente quienes tienen voluntad de indagar y mantener con dignidad la memoria familiar.
Mientras tanto, algún que otro descerebrado todavía aboga por una ampliación de nuestras vergonzosas hazañas bélicas; parece añorar aquellos magníficos bombardeos dirigidos por fascistas titulados, en plena guerra, e invoca actos, muy modernos, que, ni en broma, deben ser deseados a día de hoy.
Tantas veces caídos para nada…