Síguenos
La rehabilitación de la iglesia de San Francisco de Teruel continuará con el arreglo de portadas y humedades La rehabilitación de la iglesia de San Francisco de Teruel continuará con el arreglo de portadas y humedades
La iglesia de San Francisco está siendo rehabilitada por fases desde Suelo y Vivienda de Aragón. SVA

La rehabilitación de la iglesia de San Francisco de Teruel continuará con el arreglo de portadas y humedades

Suelo y Vivienda de Aragón encarga el proyecto de la segunda fase de restauración del templo
banner click 244 banner 244

La rehabilitación de la iglesia de San Francisco de Teruel tendrá continuidad en los próximos meses con una intervención que permitirá eliminar las humedades de los muros interiores del templo y restaurar las portadas.  

Suelo y Vivienda de Aragón (SVA), la empresa pública adscrita al Departamento de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda del Ejecutivo autonómico, acaba de adjudicar al arquitecto José María Sanz la redacción del proyecto de la segunda fase de rehabilitación de la iglesia gótica, que dará continuidad a los primeros trabajos realizados el año pasado, que consistieron en el acondicionamiento de las cubiertas y de los elementos superiores de sillería.

La redacción del proyecto, junto con la dirección de obras y la coordinación se seguridad y salud, ha sido contratada por 22.082 euros, con un plazo de dos meses para entregar el documento técnico.

A principios de octubre, por tanto, SVA podrá disponer del proyecto para licitar unas obras cuyo coste estimado rondará los 200.000 euros (IVA incluido), de acuerdo con una memoria valorada elaborada por el propio José María Sanz.

Estado actual

En ella se describen las “lesiones” que presenta un edificio que ha tenido diferentes etapas constructivas desde el siglo XIII pero cuya configuración actual se ejecutó entre 1392 y 1402. Estos daños son, por un lado, las humedades de las partes bajas de los muros y, por otro, la degradación de las portadas exteriores labradas en piedra.

Según detalla el arquitecto„ que junto a su colega José Antonio Virto dirigió la primera fase de rehabilitación de la iglesia, los muros del interior de la nave central y de las capillas presentan humedades “muy importantes” en las partes bajas. Se localizan principalmente en las zonas del presbiterio, donde las manchas alcanzan los tres metros de altura, y de la epístola, el lado derecho del templo de cara al altar mayor. 

La principal causa es la proximidad del río Turia y las acequias de riego que discurren por el exterior de los muros de estas dos zonas, que originan humedades por capilaridad. 

Además, existen construcciones adosadas a este lateral que hace unos años tenían fugas en las redes y un pequeño espacio sin edificar lleno de escombros y basuras que retiene el agua de lluvia y provoca filtraciones en el interior de la iglesia.

Para resolver este problema, se plantea inspeccionar las edificaciones colindantes para reparar las posibles fugas en las redes, analizar el suelo junto al templo para localizar la profundidad del nivel freático y estudiar la piedra de los muros para determinar su porosidad.

Estos datos servirán para comprobar la idoneidad del tratamiento previsto para suprimir las humedades que propone el redactor del proyecto, que consistiría en la “desecación” de los muros mediante la aplicación de una “barrera química” en su interior que evite el ascenso del agua por capilaridad. Además, se plantea la limpieza de la zona sin edificar situada tras la iglesia para colocar una solera con pendiente para evacuar las aguas hacia la acequia.

Degradación de portadas

El segundo problema que se pretende atajar en esta segunda fase de rehabilitación es la degradación que presentan las portadas principal y lateral del templo, con algunos elementos de las partes bajas en riesgo de caída.

Sanz plantea la limpieza, consolidación, conservación y restauración de la portada de la fachada principal y de la situada en el lado de la epístola, con el objetivo de recuperarlas siguiendo un criterio “conservacionista-arqueologista”. Por ello, la intervención se centraría principalmente en su limpieza, retirando la costra de suciedad de componente graso que presentan, y su posterior consolidación.

 El planteamiento de la intervención pasa por reconstruir solo las partes inferiores de las columnas que flanquean las entradas, reponiendo los volúmenes perdidos pero sin reproducir la decoración tallada y escultórica que ha desaparecido.