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“La sociedad entiende que el patrimonio no es de nadie, es de todos, y lo protege” “La sociedad entiende que el patrimonio no es de nadie, es de todos, y lo protege”
El conjunto de Cabezo de Alcalá en Azaila es uno de los yacimientos destacados de la provincia. Bykofoto / Antonio García

“La sociedad entiende que el patrimonio no es de nadie, es de todos, y lo protege”

La concienciación de la gente ha hecho que se haya mejorado mucho en conservación
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Para frenar la expoliación, el reportaje que centra esta sección de la Hemeroteca al día marcaba tres vías: la represiva, la educación y las campañas de difusión. Y parece que han sido eficaces porque en la actualidad, por suerte, la salud de nuestros yacimientos es buena y más allá de bandas puntuales desarticuladas por la Guardia Civil, las amenazas a estos enclaves han desaparecido porque “la gente lo entiende como una seña de identidad propia, como patrimonio que no es de nadie sino de todos y que hay que protegerlo”.

Así lo explican fuentes del Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Ejecutivo autonómico, que es el que ostenta las competencias en Patrimonio. “En Aragón y en España se ha visto una evolución de la sociedad” destacan y la muestra es que “antes la gente veía que iban a los pueblos y se llevaban las piezas” sin que se levantara la voz, y ahora es la gente la que acude a ver el patrimonio arqueológico o paleontológico, construyen centros de interpretación y genera riqueza. “Son los vecinos los que se aseguran de que no les roben, con un sentido muy claro del concepto de dominio público” y eso genera incluso que los expertos autorizados tengan que dar explicaciones a la Guardia Civil que acude alertada por el pueblo a algún yacimiento, para comprobar que operan de manera autorizada.

En este cambio de mentalidad, apuntan las mismas fuentes, ha tenido mucho que ver la legislación con figuras como los parques culturales y también sentencias recientes como la de las afecciones a la cueva de Chaves en Huesca, que han lanzado el mensaje a la sociedad de que no hay impunidad en la destrucción del patrimonio.

A ello se suman otras medidas coercitivas, como el hecho de que ahora no se pueden utilizar detectores de metales sin autorización o los cambios para rebajar el importe de las sanciones administrativas. “Antes hablábamos de sanciones inejecutables, a lo mejor de millones de pesetas por coger unas monedas” y al final la sanción perdía el efecto disuasorio que tiene. Ahora las sanciones por afecciones al patrimonio o apropiarse de algún objeto van de los 1.000 a los 2.000 euros, y eso “es más efectivo” aclaran las mismas fuentes. 

La concienciación de la sociedad hace que la ubicación de estos enclaves, que antes se ocultaba para protegerlos, sea pública con el objetivo de divulgar el patrimonio pero también para protegerlo. “Durante años hemos creído desde la administración que no dar la ubicación exacta servía para protegerlos pero es necesario que saber donde están para protegerlos”, indican las fuentes del Departamento. Muchos emplazamientos se recogen en planes de ordenación urbana municipales, y es necesario explican las mismas fuentes para protegerlos cuando se diseñan por ejemplo carreteras y otro tipo de infraestructuras. Y es que “los que quieren ir a un yacimiento a expoliarlo lo saben incluso antes a veces que la propia administración porque pueden ser inéditos”.

En Aragón se cuentan por miles los yacimientos, arqueológicos y paleontológicos, aunque si hablamos de los que están estudiados y habilitados para su visita la lista se reduce a unos centenares, que es necesario conocer y proteger. Los agentes de protección del patrimonio, los agentes de protección de la naturaleza y los del Seprona de la Guardia Civil son los ojos en el monte para detectar estas actuaciones irregulares.