En alguna ocasión, por cuestiones que no vienen al caso, he pasado unos días de ocio en pueblos de estos que desaparecieron hace años y luego fueron recuperados como lugar de vacaciones. Morillo de Tou es uno de estos pueblos a los que la gente va a pasar una semana “al pueblo” y allí comparten ratos de ocio y charradas en la piscina, en el bar o en la fresca, con una silla, como se ha hecho toda la vida en los pueblos. O eso es lo que se creen.
Allí todo está enfocado para el disfrute, la piscina, las zonas deportivas y los cuidados jardines. Incluso por las noches ponen monitores en la plaza para que los niños jueguen a polis y cacos sin riesgo de rasguñarse una rodilla o un codo. Sin embargo a esos pueblos les falta algo. Todo está preparado para que vayas de vacaciones pero es precisamente eso lo que falla. Que todo el mundo está allí de vacaciones. No hay vida fuera de las vacaciones. Como un Port Aventura pero con la ruralidad como temática.
Para muchos la semana allí es la perfecta, porque comparten inquietudes con gente muy similar –habitantes de grandes urbes que huyen de la masificación–. Pero la gracia está en compartir experiencias con gente con la que tienes poco (o nada) que ver. Con gente que hace cosas diferentes a las tuyas y que tiene un bagaje cultural diferente pero muy enriquecedor.
Poder ver unas cabras a la fresca de los chopos cabeceros, conocer que los cerdos tienen otras tres patas además de la del jamón que cortamos en casa o que la vecina te recuerde las proporciones para la mermelada de moras. Eso es el veraneo en un pueblo, lo otro es como un parque temático del verano. Muy bonito sí, pero artificial, enlatado.
Llevo todo este verano pensando y dándole vueltas a ello. ¿Acabaremos viendo en muchos de nuestros pueblos un lugar tipo Morillo de Tou, donde todo sea para y por el que viene de fuera a descansar?. ¿Se va a convertir la provincia de Teruel en un parque temático del medio rural para valencianos y catalanes?
Habrá quien no lo vea mal del todo, pero a mí, solo de pensarlo, un escalofrío me recorre la columna vertebral.