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Entre la natural tendencia a la poligamia y el déficit patológico de la autoestima Entre la natural tendencia a la poligamia y el déficit patológico de la autoestima
Patricia Soley, Rafael Amargo, Carlota Corredera y Antoni Bolinches (de izda. a dcha.), durante la ponencia celebrada en el Marín. Bykofoto /?A. García

Entre la natural tendencia a la poligamia y el déficit patológico de la autoestima

Los celos, sus causas y las consecuencias centraron la ponencia final del Congreso del Amor
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De un modo u otro, los celos son habitualmente el resultado de un proceso mal llevado en el que siempre está presente un déficil de autoestima. Y aunque no siempre son patológicos, están más cerca de constituir un desorden insano en la conducta que otra cosa. Así que olvídese de aquello de que “si no sientes celos es que no me quieres de verdad”, que está más anticuado que las cintas de VHS.

Son algunas de las conclusiones a las que se llegaron durante la última ponencia del Congreso del Amor que desde el viernes ha organizado Cadena Ser en Teruel, y que ha traído hasta el Teatro Marín de la capital a numerosas personalidades del espectáculo, la televisión, la literatura y el periodismo para debatir sobre una de las pocas pasiones que superan al fútbol en nuestro país. 

La última de las intervenciones del congreso, celebrada el domingo por la mañana, fue además una de las más interesantes y divulgativas. En ella la presentadora y periodista Carlota Corredera, el bailarín Rafael Amargo y el psicólogo, filósofo y escritor Antoni Bolinches conversaron con la periosida Patricia Soley de Imposturas e infidelides, o lo que es lo mismo, celos, canitas al aire y, en definitiva, de cuernos. 

Bolinches, autor de obras como Sexo sabio o El nuevo arte de enamorar culpó a la baja autoestima de la mayor parte de los casos de celos, “que pueden ser fundados o infundados”, dijo, “y en ambos casos pueden despertar en el otro una reacción adaptativa, o proporcionada, o desadaptativa o desproporcionada”. 

Baja autoestima bien de aquel que siente celos de forma infundada, creyendo que pierde a su pareja porque en el fondo cree no merecerla o no ser capaz de retenerna, o baja autoestima del que provoca celos fundados en su pareja “por puro narcisismo”, sostuvo Bolinches, “por la necesidad de realizarse a través de la opinión que tienen de él los demás, esa actitud de querer gustar siempre a todo el mundo, que puede convertir a su pareja en alguien celosoo”.

Frente al cientifismo de Bolinches el bailarín Rafael Amargo admitió dejarse llevar más por la temperatura de la sangre que por la razón, y aseguró que “yo he sido muy celoso, hasta el punto de necesitar terapia, o de establecer una relación de pareja con un hombre –Amargo ha hecho pública su bisexualidad en más de una ocasión– completamente competitiva y destructiva”. “La mayor locura que he hecho por celos es dejar encerrado a Pedro Almodóvar en un cuarto de baño”, aseguró entre risas. “Aunque en general no soy de montar números, sino de preparar una estrategia de contraataque”. 

Carla Corredera adoptó un papel intermedio, y se definió como una “ex celosa”. “En una época de mi vida fui muy celosa no solo con mis parejas sino también con las amistades. En alguna ocasión incluso obligué a elegir a alguien entre otra amiga o yo”. Pero Corredera se ha quitado y, en parte porque “descubrí a mi pareja con cierta madurez, pasados los 35”, ahora es capaz de verlo todo con perspectiva histórica y algo más de calma. “Me he dado cuenta de que los celos son profundamente destructivos y no tienen nada de positivos, porque lo que no es disfrutar, no es amor”, explicó. Según la periodista, “eso de que quien bien te quiere te hará sufrir, y lo de que si no sientes celos es porque no me quieres de verdad, es una estupidez falsa y tóxica”, sentenció. 

Los tres contertulios estuvieron de acuerdo que para que exista fase de enamoramiento solo es pertinente que haya atracción sexual, “y al año o a los dos años, aproximadamente, eso remite de forma inevitable”, explicó Bolinches, “y bien cristaliza en un amor o bien desaparece”. Cuando eso ocurre la relación de la pareja entra en una fase diferente, “en la que todo deja de ser ideal y aparecen los problemas de la convivencia, la rutina, la familia...”, recordó Corredera. “Si esa fase se supera con naturalidad, disfrutando y sin celos, perfecto. De lo contrario lo mejor es dejarlo cuanto antes”. 

El problema es que, según datos aportados por Antoni Bolinches, no todas las personas ni todos los sexos, de forma estadística, reaccionan igual. “Hoy en día la mayor parte de las mujeres dejan una relación si no les satisface totalmente, mientras que los hombres, por pura comodidad, no suelen abandonar una pareja si no tienen otra alternativa, y sienten menos culpabilidad a la hora de serle infiel”.

Así las cosas, existe el dilema según Bolinches de que la poligamia y la infidelidad es la tendencia natural, a pesar de que por coherencia deberíamos ser fieles con el compromiso voluntario que adoptamos. “Eso se soluciona con un eufemismo que se llama pareja monogámica imperfecta, en la que se permiten las infidelidades para soportar la rutina”. Rafael Amargo, que se definió como “flamenco, gitano y anticuado” aseguró que “esto es demasiado moderno para mí y no me sirve. Yo no voy a compartir a mi pareja, así que si tiene necesidades que no puedo satisfacer lo valiente y lo honesto es admitirlo y buscar otra cosa”. 

Patricia Soley, conductora del coloquio, matizó con acierto que eso de la pareja monogámica imperfecta no es tan moderno sino que, de forma tácita, ha sido lo tradicional: “Cuando se daba por normal que el hombre podía tener sus aventuras extramatrimoniales por el hecho de ser hombre”. 

Las cosas han cambiado y, hasta cierto punto, se han hecho más equitativas. Siguen existiendo los celos, las infidelidades y las parejas aburridas, pero al menos cada vez los roles están cada vez menos determinados por el sexo. Pero el amor es pasión por encima de todo, así que hasta eso genera problemas: “Estamos en un momento de cambio en el que las cosas ya no son como eran, ni como serán en el futuro”, explicó Boliches. “Así que mientras que los hombres buscan mujeres que ya no existen, las mujeres buscan hombres que todavía no existen”.

Éxito de público

Aunque los palcos superiores del Teatro Marín estaban más vacíos que el viernes o el sábado, el congreso ha cerrado con un notable éxito de público. Con algo más de 300 congresistas inscritos, la mayor parte de fuera de Teruel, la asistencia de turolenses llenó prácticamente las 600 plazas del teatro en todas las ponencias. 

Han sido cinco en total, sobre la pasión desmedida, la ruptura, la amistad o los celos, entre otros temas. Entre los ponentes han estado caras muy conocidas como Boris Izaguirre, Mario Vaquerizo, Loles León, Antonio Resines, Rafael Amargo, Antonio Muñoz Molina, Espido Freire o Gonzalo Miró, entre otros. 

Actividades complementarias

Paralelamente a las ponencias en el Teatro Marín, el Congreso del Amor con Mayúsculas ha traído hasta la ciudad una serie de actividades complementarias, desde visitas guiadas por el Centro Histórico o Albarracín para los congresistas hasta presentaciones literarias –Mai Herrero o Carolina Herrero–, talleres para saber vivir mejor –catas de té, gimnasia taoísta o gastronomía– o actuaciones escénicas de todos los géneros, como el concierto de Los Solventes o Sentir para pensar, que reunió un recital poético, música de guitarra y pintura en directo.