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Igado: “Trato de potenciar la hermandad de la Ruta y huir de los tópicos de siempre” Igado: “Trato de potenciar la hermandad de la Ruta y huir de los tópicos de siempre”
Laura Igado en la sede del Museo de la Ruta del Tambor y el Bombo de Híjar, junto a la exposición de los carteles anunciadores. S. B.

Igado: “Trato de potenciar la hermandad de la Ruta y huir de los tópicos de siempre”

La samperina ha creado los tres últimos carteles de la Semana Santa de la Ruta del Tambor y el Bombo
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Desde hace algunos años la Ruta del Tambor y el Bombo se desmarca de los cánones habituales de la estética más previsible en los carteles de Semana Santa. Los detalles figurativos de terceroles, pasos, atuendos o instrumentos son sustituidos por alusiones más conceptuales que son todo un soplo de aire fresco. 

Las razones de la originalidad de los carteles anunciadores de la Semana Santa de la Ruta del Tambor y el Bombo son fundamentalmente dos. En primer lugar las bases del concurso que se convoca anualmente establecen claramente que, más allá de algún guiño a la localidad anfitriona de las Jornadas de Convivencia de cada año, el cartel no puede hacer alusión a ninguna de las nueve localidad de la Ruta en concreto, sino a los aspectos que une a las nueve. Esto obliga a una mayor abstracción y a una resolución gráfica más elaborada, que no puede reducirse a una fotografía o diseño que cualquiera pueda identificar con una de las nueve Semanas Santas en concreto. 

La segunda razón es el talento que año tras año demuestran los autores del cartel de la Ruta, normalmente personas vinculadas con el territorio, las comarcas del Bajo Aragón, de Andorra Sierra de Arcos y del Bajo Martín, y con la propia Semana Santa, de forma que combinan la técnica creativa del diseño con la visceralidad subjetiva de quien entiende el fenómeno desde dentro. 

Es el caso de Laura Igado, una ingeniera de telecomunicaciones samperina afincada en Zaragoza, que ha sentado un precedente al ser la primera persona en ganar tres veces consecutivas el concurso para diseñar el cartel anunciador de la Ruta del Tambor y el Bombo. Lo hizo en 2017 con La cuadrilla en Ruta; en 2018 con Tiempo de Pasión y acaba de hacerlo en 2019 con La hora del Tambor y el Bombo. 

Laura Igado no es diseñadora de formación ni de profesión pero la fotografía o la creación gráfica son dos de sus hobbies más practicados, aunque ella misma reconoce que es casi completamente autodidacta. Además es semanasantista y ha tocado el tambor en Samper de Calanda desde que tiene uso de razón, así que después de que sus amigos llevaran años insistiéndole en que uniera ambas pasiones para presentarse al concurso del cartel, decidió hacerlo por fin a finales de 2016 para la edición de 2017, precisamente cuando a Samper le tocaba ser anfitrión de las Jornadas. “Estuvo a punto de pasárseme la fecha de presentación y no tenía muchas esperanzas, porque además ese año hubo muchísimos participantes. Cuando supe que había ganado me emocioné muchísimo”, recuerda Laura Igado. 

Aquel cartel ganador, La cuadrilla en Ruta, era tan sencillo como efectivo y original. Con unas figuras infantiles construidas en cartón y fotografiadas, Igado hacía alusión a los lazos de hermandad que se establecen entre todos los habitantes de los nueve pueblos que aman la Semana Santa, cada uno con sus peculiaridades plasmadas en los diferentes detalles de la indumentaria, pero formando un todo común.

Al año siguiente ganó con Tiempo de Pasión, una propuesta similar en algunos aspectos, ya que abundaba de nuevo en la figura de aquel que toca el tambor y el bombo, aunque desde el punto de vista simbólico y cierta dosis de abstracción y con una estética radicalmente diferente a la del año anterior. Completaba la composición con un guiño al drama de la Cruz que se celebra en Alcorisa, localidad anfitriona de las Jornadas de Convivencia del pasado año.

“Para este año decidí cambiar ese concepto de representar los nueve pueblos a través de nueve figuras, y aposté por el diseño basado en el reloj, que se me había ocurrido el Jueves Santo de este año durante la rompida de Samper”, explica Laura Igado. 

Pero... ¿Qué puede tener que ver el reloj con la Semana Santa? “Quizá este diseño sea  un poco arriesgado porque está pensado para la gente del tambor que para los turistas”, reconoce la samperina. “Pero te aseguro que durante la media hora previa a la media noche, cuando está a punto de empezar la rompida, los que estamos allí no hacemos más que mirar el reloj de la torre, y su imagen llega a grabarse en tu cabeza”. 

Se trata de una esfera de reloj genérica, que no representa a ninguno en particular, y cuya maquinaria se encuentra dentro de un gran bombo. Y lejos de quedarse en ese concepto de la espera y de la hora mágica de la rompida, está tan lleno de detalles que uno puede estar un buen rato tratando de localizarlos todos, porque nada está puesta al azar. 

“Cada pueblo de la Ruta tiene peculiaridades muy bonitas y que lo convierten en especial”, explica Laura Igado. “Yo creo que es muy buena idea diseñar un cartel que no haga hincapié en esas diferencias y que se base en lo que tenemos en común los nueve, para potenciar esa hermandad que sentimos entre nosotros y también para escapar de los tópicos de siempre”. “Pero también me parece interesante que, de algún modo, más bien sugerido, se cuenten algunas de ellas”, añade la turolense. De ahí que los nombres de las localidades de la Ruta estén impresas en el color de la indumentaria típica de Semana Santa o que aparezcan otras referencias propias. 

El año 2019 no ha hecho más que comenzar y con él la cuenta atrás hasta una nueva Semana Santa, hasta el momento en el que el reloj del cartel de la Ruta del Tambor y el Bombo 2019 deje de ser futuro para convertirse en presente. En ese momento el fragor del ruido se apoderará de todo y Laura Igado, al igual que muchas otras personas, comenzarán a fraguar los candidatos al próximo cartel ganador.

El cartel de 2019

El cartel anunciador de la Ruta del Tambor y el Bombo 2019 diseñado por la samperina Laura Igado se basa en el diseño del reloj como metáfora de la llegada del momento más esperado por los semanasantistas, la medianoche del Jueves Santo. En ese momento “el tiempo se detendrá unos instantes con el comienzo de toques al unísono y el estremecedor estruendo de los miles de tambores y bombos que se juntan en nuestras plazas para Romper la Hora. Cuando el reloj marque las 12 de la noche, siete de las nueve localidades de la Ruta del Tambor y Bombo participarán en esta tradición única, que es seña de identidad de nuestra Semana Santa. Alcañiz guardará silencio y Calanda la romperá 12 horas más tarde, en la mañana siguiente”, explica la autora.

Pero además el cartel está lleno de simbologías, algunas evidentes incluso para un no iniciado, y otras más ocultas. 

La esfera del reloj está dentro de un bombo gigante y la esfera de las horas dentro de la piel de un tambor; que son los protagonistas últimos de esa hora mágica. 

Las manecillas del reloj son dos palillos, y el segundero es de color rojo en alusión al cinturón que se lleva en la localidad de Andorra, anfitriona de las Jornadas de Convivencia de este año, y marca nueve segundos por el número de localidades que componen la Ruta del Tambor y Bombo.

Las ruletas del calendario indican la Medianoche de Jueves Santo del año 2019 (entre el jueves 18 de abril y el viernes 19 de abril), y muestran el  negro, el morado y el azul, los tres colores característicos de las túnicas de los nueve municipios que componen la Ruta del Tambor y Bombo. La fase lunar muestra el plenilunio que acompaña el Jueves Santo con 9 estrellas, una por cada pueblo de la Ruta. 

Detrás de las manecillas los engranajes representan la maquinaria bien engrasada que forman todos elementos que componen la Ruta del Tambor y Bombo; ayuntamientos, Junta Directiva, cofradías, participantes en exaltaciones o instituciones colaboradoras.

La rueda exterior indica, con el logotipo de la Ruta sobre los monumentos a la Semana Santa de cada localidad de la Ruta, el pueblo que cada año organiza las Jornadas de Exaltación. Esta rueda tarda 9 años en completar una vuelta al reloj.