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El sabinar de Olalla, un ejemplo de bosque de ‘intervención humana’ El sabinar de Olalla, un ejemplo de bosque de ‘intervención humana’
Panorámica general del sabinar de Olalla, el más viejo y mejor conservado de la Comarca del Jiloca. Tiene una extensión de 300 hectáreas, pero serán 59 las entrarán en el Catálogo de Arboles Singulares

El sabinar de Olalla, un ejemplo de bosque de ‘intervención humana’

El árbol servía para alimentar al ganado, calentar los hogares y para construir las casas
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El Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón incluirá próximamente en el Catálogo de Árboles y Arboledas Singulares de Aragón La Lastra o Dehesa del Sabinar de Olalla, en la pedanía de Olalla, término municipal de Calamocha. La superficie aproximada de la declaración es de un total de 58,99 hectáreas, aunque el bosque ocupa una extensión de 300 hectáreas. Se trata de un bosque abierto de coníferas, con presencia de quercínas, (carrascas, rebollos y quejigos), así como chopos cabeceros y canadienses. El sabinar de Olalla es un ejemplo de ejemplo de bosque de intervención humana como lo son las arboledas de los chopos cabeceros. Del ramaje de las sabinas se alimentaban los ganados de ovino, con sus troncos se han calentado los hogares  y se hacían vigas para la construcción de casas. 

La Dirección de Sostenibilidad del Departamento de Desarrollo Rural del Gobierno de Aragón tiene anunciada la próxima inclusión del sabinar de Olalla en el Catálogo de Arboles Singulares de Aragón. Un sabinar hermoso pero desconocido fuera del ámbito de la Comarca del Jiloca. Es el sabinar más viejo y mejor conservado del Jiloca y, además, está en una zona LIC, Lugar de Importancia Comunitaria.

La superficie aproximada de la próxima declaración es de 58,99 hectáreas, aunque la extensión del bosque alcanza las 300 hectáreas. Se trata de un bosque abierto de coníferas, dehesa de sabina albar por su uso como pastadero arbolado, con presencia de quercínas, carrascas, rebollos y quejigos. Olalla cuenta con uno de los bosques de sabina albar (Juniperus thurifera, L.) mejor conservados de Aragón, con numerosos ejemplares centenarios.

Este bosque se reparte por suaves laderas, mezclándose en algunas zonas con carrascas y rebollos sobre una superficie adehesada, y es atravesado por una rambla ancha donde se encuentran ejemplares de chopo cabecero, encontrándose también prominentes ejemplares de chopos canadienses, que fueron plantados en sustitución de los autóctonos chopos negros.

El agente de protección de la naturaleza, Vicente Ballester, buen conocedor del sabinar de Olalla, manifestó que es un ejemplo de bosque que ha sido usado por el hombre como lo han sido las arboledas del chopo cabecero, ya que el ramaje era utilizado para alimentar el ganado y para ello se hacía una poda que favorecía la formación de la hoja, lo que se denomina “ramoneo”, forraje para el ganado. 

En esta línea, Vicente Ballester añadió que la sabina albar del bosque de Olalla se utilizaba para leña para uso doméstico, además de utilizarse también pese a su dureza para hacer muebles y para vigas en la construcción de casas. 

La utilización de las sabinas del bosque de Olalla por el hombre ha originado que las sabinas sean trasmochas en su aspecto como los chopos cabeceros y que el bosque de Olalla sea vigoroso y esté en muy buen estado de conservación. 

En la actualidad, la dehesa del sabinar de Olalla, sus pastizales, es utilizada por tres ganados ovinos existentes en la localidad, perdiéndose poco a poco y por la menor presión del pastoreo, el uso del ramoneo.

Esta menor presión del pastoreo  causa que el sabinar de Olalla vaya creciendo por una recuperación natural en una acción que ayuda los zorzales, al igual que los zorros, en la germinación de los árboles tras comer el fruto de las sabinas, explicó el agente de protección de la naturaleza de la zona. “Con el abandono de los cultivos y con una cada vez menor presión de la ganadería se va extendiendo el sabinar no solo de Olalla sino de los bosques en general”.

Vicente Ballester destacó también el valor paisajístico que tiene el sabinar de Olalla con la presencia de sabinas centenarias. “No es fácil encontrar tantos árboles tan viejos, pero igualmente crecen árboles jóvenes que van renovando el bosque”, comentó. 

Ballester valoró el potencial que tiene para el turismo el sabinar de Olalla, aunque reconoció que es bastante desconocido fuera de la Comarca del Jiloca, cuya institución tiene marcado un sendero local, un PR, de unos 6 kilómetros de recorrido, que parte de Olalla y vuelve a Olalla. Es un sendero circular.  

Su paseo es breve, fácil y cómodo. No es raro observar, además, una variada fauna, pudiéndose encontrar cabras montesas, corzos y aves, entre ellas los buitres leonados.  En este bosque son comunes los conejos, los tejones y las garduñas. En las sabinas es fácil observar carbonero común, herrerillo, pinzón, petirrojo, agateador, pito real, totovía, alcaudón real, etc. Durante todo el año está presente el zorral charlo, pero en la invernada, llegan bandos de otros zorzales desde los bosques de coníferas del norte de Europa, para comerse los conos que producen las sabinas. Cuando las comen estos pájaros (y también otros, los zorros o las ovejas) las semillas germinan mucho mejor. Se necesitan unos a otros. Abundan los insectos (mariposas y saltamontes) y las aves del bosque.