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Las privilegiadas Miradas al Cielo del fotógrafo turolense Santi Albertos Las privilegiadas Miradas al Cielo del fotógrafo turolense Santi Albertos
Toma nocturna del centro de la Vía Láctea sobre el Castillo de Peracense. Santi Albertos

Las privilegiadas Miradas al Cielo del fotógrafo turolense Santi Albertos

La Sociedad Fotográfica Turolense retoma su actividad expositiva este viernes en La Fonda
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La Sociedad Fotográfica Turolense retoma el final del año su actividad expositiva y, desde este viernes y hasta el 1 de marzo, la Fonda del Tozal de la capital acogerá una nueva exposición individual. Bajo el título Miradas al Cielo, el turolense Santiago Albertos presenta una serie de ocho fotografías que tienen a los cielos turolenses como principales protagonistas. 

Albertos es socio de la SFT y experto en fotografía nocturna –en verano de 2017 ganó el primer y el tercer premio en el Concurso de Fotografía de Castillos de Teruel, con dos nocturnas, y hace justo  un año ganó la I edición del Concurso de Fotografía Estelar del Centro Comercial Abierto de Teruel, con una impresionante imagen de la Vía Láctea sobre una paridera en el Rodeno–, aunque no cultiva este género en exclusiva.

De hecho Miradas al Cielo no es únicamente fotografía nocturna, uno de los géneros más complejos e impactantes y de los primeros que le vienen a uno a la mente cuando piensa en imágenes del cielo, sino que también hay incluidas fotografías diurnas de grullas en la laguna de Gallocanta o del vuelo de la Patrulla Águila en Teruel, el pasado mes de junio. Con ello Santi Albertos reivindica de algún modo la versatilidad del medio aéreo turolense: “El cielo es siempre un buen motivo para fotografiar no solo de noche sino también de día, y quería meter en la exposición un poco de todo para que se viera un poco de variedad”.

Albertos expone dobles exposiciones obtenidas en la Laguna de Gallocanta, en las que combina la imagen de la Luna y la de bandadas de grullas en un mismo fotograma. Están tomadas al amanecer, que es cuando se recomienda fotografiar a estas aves. “Si estás allí a las siete de la mañana las grullas se marchan a comer, y desde que amanece cada vez tienes más luz. En cambio si llegas al atardecer, cuando regresan a la laguna, el sol está decayendo, poco a poco te vas quedando a oscuras y no tienes demasiado tiempo para tomar imágenes”. 

Albertos se considera “bastante purista pero no extremo” a la hora de disparar, y todas sus fotografías se cocinan dentro del sensor. Las dobles exposiciones están realizadas con dos disparos consecutivos, como antaño se lograba embragando el carrete en la cámara analógica, y no superponiendo dos imágenes en postproducción. Una de las dos dobles exposiciones incluidas en la muestra combina la imagen de la Luna en cuarto creciente con una bandada de grullas, mientras que la otra mezcla la imagen de las aves con un barrido de los campos de cultivo, que sugiere movimiento y velocidad. “A mí me gusta conseguir la foto que quieres en el campo, dentro de la cámara, al margen de que luego reveles el negativo digital y edites el brillo, el contraste, la temperatura de color y poco más”. Para Albertos es una decisión personal que tiene que ver con lo que él busca en la fotografía. “En ocasiones ves una foto en la naturaleza y, por mucho que disparas, no consigues verla en tu pantalla. Quizá con Photoshop sería fácil conseguirla, pero para mí la foto tiene mucho de reto y el auténtico mérito es llevarte del sitio al que vas exactamente lo que buscabas”, asegura.

Albertos, que forma parte de la Sociedad Fotográfica Turolense desde hace unos tres años, no se considera un especialista en ningún campo. “Me gusta la fotografía macro, me gusta la nocturna... probablemente es mejor especializarse en algún campo, pero la nocturna, por ejemplo, me encanta aunque prefiero cultivar más géneros, porque tiene la limitación de que es prácticamente obligado ir acompañado, y cuesta mucho, pero mucho, obtener una imagen satisfactoria”. 

Como muestra pone un ejemplo. Una de las fotos que pueden verse en la exposición corresponde a Perales del Alfambra, una excelente vista de su ermita bajo el centro de la Vía Láctea. “Esa foto está hecha en abril, y quedamos a las dos de la madrugada porque la Vía Láctea salía a las cuatro, y la fotografía buena, la que puede verse en la exposición, salió a las seis”, después de decenas de pruebas e intentos, de medio minuto cada uno, en la que falla la iluminación con linterna de la ermita o cualquier otro factor capaz de arruinar la toma. Sin embargo la suerte suele sonreír a los que insisten, y finalmente las primeras luces del alba comenzaron a hacerse notar a la izquierda del cuadro, contrastando con el resplandor de Teruel, y por si fuera poco una estrella fugaz pasó sobre el horizonte poniendo la guinda a la imagen. 

Material, pero no tanto

Además de amigos o familiares que le acompañen a uno, precaución para moverse de noche y paciencia, también es necesario cierto equipo específico para obtener fotografías nocturnas como las de Santi Albertos. Lo mínimo es un trípode, flashes o linternas para iluminar las zonas del suelo que queremos exponer, un objetivo de focal corta, mejor cuanto más luminoso sea, y ayuda bastante un disparador remoto o un intervalómetro, que es un aparato no demasiado caro que viene bien para disparar fotografías consecutivas, con tiempos de exposición superiores al medio minuto y para evitar la trepidación del disparo manual. Lo que no es necesario tener, según Santi Albertos, son conocimientos profundos en astronomía. “Con saber localizar la estrella Polar podemos apañarnos”. 

Otra de las fotografías que se exponen en la Fonda del Tozal está obtenida en el Castillo de Peracense, y es en realidad una panorámica obtenida con siete tomas diferentes. Este tipo de imágenes tomadas por la noche y compuestas por varias tomas tienen la dificultad añadida de que es necesario homogeneizar la iluminación con linternas del suelo para que no se advierta visualmente el salto entre unas y otras. 

Albertos reivindica los cielos turolenses como sujeto fotográfico, como algo más que una frase hecha. “La gran ventaja que tenemos aquí es que tenemos que desplazarnos muy pocos kilómetros para llegar a un sitio apropiado”, explica. “La laguna de Bezas, Perales, San Blas, San Agustín... hay muchos lugares en los que la contaminación lumínica es casi nula, o tan baja que incluso embellece la fotografía”.

Lunes fotográficos

Santi Albertos es, junto con Pedro Blesa, el encargado de impartir las clases que ofrece la Sociedad Fotográfica Turolense en los Lunes Fotográficos, sobre las 20.30 horas, en su sede del Centro Social Arrabal. Ha cumplido ya un año y “funciona muy bien”, asegura Albertos. “Viene mucha gente y hablamos mucho de fotografía, explicamos cosas dentro de nuestros conocimientos y hacemos muchas quedadas para fotografiar panorámicas, lunares...”. 

En torno a una veintena de personas, muchas de ellas muy jóvenes, se reúnen todos los lunes en la sede de la Sociedad Fotográfica para compartir imágenes, experiencias y seguir aprendiendo. “Para quien le gusta la fotografía, como a Pedro y a mí, compartirla, aprender y enseñar lo que sabes a otros es un gustazo. No solo descubres nuevas técnicas, sino que se pueden hacer cosas con una cámara que ni sospechabas. Te abre la mente”.