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Jorge Cañadas, juez: Jorge Cañadas, juez:
El juez Jorge Cañadas en el Casino de Teruel

Jorge Cañadas, juez: "Una cultura financiera básica debería empezar a impartirse en los colegios”

El magistrado imparte una charla en el Casino sobre seguridad en pagos con tarjeta y dispositivos electrónicos
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La seguridad en el pago a través de tarjetas y de dispositivos electrónicos debe partir del propio usuario incrementando las medidas que hay que tomar y que por lo general no se adoptan. Así lo manifestó esta semana el titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Teruel, Jorge Cañadas, en una charla celebrada en el Casino dentro de las actividades organizadas por el Círculo de Recreo Turolense. A juicio del magistrado, es necesario que los ciudadanos tengan una cultura financiera básica que se debería impartir desde el colegio para que estos sepan cuáles son los riesgos, además de las enormes ventajas que tiene el sistema.

- ¿Somos conscientes del riesgo que supone pagar con tarjeta y a través de sistemas electrónicos?

- Creo que no, y de hecho  me parece que es una de las vías que utilizan los delincuentes para aprovecharse de la gente y darles un palo quitándoles su dinero.

- ¿Cuál es la forma más habitual de hacerlo?

- Hay muchas modalidades y son ya prácticamente incontables las formas que aprovechan para hacerse con los datos de las tarjetas y de los medios de pago de los ciudadanos para coger su dinero.  Emplean distintas técnicas, infectan ordenadores, teléfonos móviles, y otros dispositivos, así como vulneración de cajeros automáticos con la colocación de dispositivos falsos para hacerse con los números de las tarjetas. Hay muchas formas, pero me atrevería a decir que la fundamental es el descuido de los propios usuarios, que nos confiamos y que permitimos que eso vaya adelante.

- ¿Cómo facilitamos eso a los delincuentes, al meter nuestras claves al hacer compras sin ver si lo hacemos con garantías?

- De muchas maneras, teniendo un número desmesurado de tarjetas, que no necesitamos, no cuidando los límites que ponemos a las tarjetas, descuidando las coberturas de las polizas de seguros colectivas que cubren los riesgos con esas tarjetas, y por supuesto haciendo un mal uso de los dispositivos electrónicos.

- ¿Qué tipo de mal uso?

- Por ejemplo permitiendo compras online en dispositivos que están llenos de virus, o no cuidando las actualizaciones de software en los teléfonos móviles y las aplicaciones que tenemos instaladas. 

- ¿Han ido a más este tipo de delitos?

- Muchísimo, extraordinariamente, y probablemente el mayor problema que se plantea en este momento es que al riesgo individual, como es perder la tarjeta o llevar el pin escrito detrás de ella en la cartera, se une ahora mismo el ataque a servidores de datos a una entidad que piratean sus sistemas y obtienen todos los datos de las tarjetas que han operado en ese sistema al hacer las compras. 

- ¿Cómo se puede combatir eso, porque eso ya no depende del cliente sino de la empresa que es vulnerable a que le roben los datos?

- Hay que adoptar una serie de medidas de sentido común, de prudencia y de selección del medio más adecuado para el pago en cada ocasión y de las medidas de seguridad que se le pueden poner dependiendo de si es una tarjeta de débito, de crédito o es un sistema de pago electrónico.

- Un consejo concreto a los ciudadanos, por favor. 

- El consejo básico es limitar la tarjeta, vigilar los límites que tiene. Carece de cualquier sentido llevar una tarjeta en el bolsillo con un límite de 3.000 euros en compras cuando no vamos a necesitar o hacer uso de ese límite mensual probablemente nunca en nuestra vida. Es conveniente establecer unos límites racionales en la disposición de la tarjeta. Y también es conveniente limitar la disposición en cajeros, porque un límite diario en cajeros es suficiente para casi todo el mundo y normalmente las tarjetas en el momento de la entrega vienen con unos límites muy altos que casi nadie revisa.

- Aquí también tienen culpa los bancos, porque bien podrían advertir, ¿no?

- Bueno, las entidades bancarias comercializan las tarjetas y obtienen un beneficio por ellas, que es una parte de su negocio, y probablemente tienen interés en que el ciudadano haga uso de esas tarjetas. Yo creo que hace falta una cultura financiera básica que se debería empezar a impartir en los colegios para que todo el mundo conozca cuáles son los riesgos, además de las enormes ventajas que tiene el sistema, claro.

- ¿Pero las entidades se desentienden porque es un problema del titular de la tarjeta?

- Depende, y por eso digo que es interesante conocer y contar con copia de la póliza de seguros colectiva, que en muchas ocasiones la hay y que cubre contigencias, pero necesita la colaboración del usuario. Uno hoy puede activar y desactivar la tarjeta a través de los dispositivos móviles en el momento que hace una compra o ha terminado de hacerla, y es una de las medidas de seguridad más básicas y más interesantes.

- ¿Conviene denunciar?

- Sirve para que la entidad pueda cubrirlo con el seguro si se ha hecho un uso inadecuado. 

- ¿Y cuando hacemos compras con el ordenador, cómo podemos evitar un susto?

- Hay un par de reglas de oro, primero no usar dispositivos sometidos a riesgo, como un ordenador utilizado para bajarse películas pirata, porque gran parte de lo que ha entrado son virus. Y luego gestionar todas las compras online a través de una tarjeta prepago, de manera que la tarjeta no va vinculada a ninguna cuenta bancaria.