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Paz Pascual, psicóloga y miembro de la asociación Cuival: “Algunos de los estereotipos más arraigados son los ligados al cuidado de otros” Paz Pascual, psicóloga y miembro de la asociación Cuival: “Algunos de los estereotipos más arraigados son los ligados al cuidado de otros”
Paz Pascual, tras la charla sobre Mujer y Trabajos de Cuidado

Paz Pascual, psicóloga y miembro de la asociación Cuival: “Algunos de los estereotipos más arraigados son los ligados al cuidado de otros”

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La psicóloga valenciana Paz Pascual impartió el pasado viernes en Teruel una conferencia titulada Mujer y trabajos de cuidado, que se engloba en el marco de actividades que ha organizado la Asociación 8 de marzo. Pascual es miembro de Cuival- Personas cuidadoras en Valencia, una agrupación que reconoce y pone en valor la labor de aquellas y aquellos que dedican su tiempo a cuidar de otros. Precisamente, sobre este tema y la estereotipación que existe a su alrededor ,quiso hablar la psicóloga en su intervención.

- ¿Qué asuntos trató en la conferencia sobre Mujer y trabajos de cuidado del pasado viernes en Teruel?

- Todos y todas, hombres y mujeres, hemos sido socializados en un sistema de valores y creencias que legitima el dominio de unas personas sobre otras. Este sistema, al que llamamos Patriarcado, se nos ha instalado como un programa de ordenador, inconscientemente, y lo perpetuamos sin darnos cuenta, muchas veces en contradicción con nuestras ideas y razonamientos. Por eso es tan importante crear espacios y foros donde se hable de esto, para que podamos deconstruir o desmontar pieza a pieza los estereotipos que reproducimos sin ser conscientes de ello. El Patriarcado se asegura de que las personas integremos sus patrones de comportamiento, pensamiento e incluso emoción de tal modo que, a menudo, actuamos siguiendo “mandatos sociales y de género”, mientras creemos que lo hacemos porque “yo soy así”.

- ¿De dónde viene esa idea que señala a las mujeres como las encargadas del cuidado de los demás?

- Algunos de los estereotipos más arraigados son los ligados al cuidado de otros. Este trabajo ha sido asignado tradicionalmente a las mujeres, sobre todo a partir de la revolución industrial con la separación de los espacios laboral y doméstico, y la atribución del espacio doméstico a la mujer en exclusiva. Esto  se justifica por una serie de supuestas “características femeninas”: amorosidad, ternura, dulzura, gusto por la limpieza, entrega, dar sin recibir nada a cambio… Mientras que a los hombres se les atribuyen otras características que han de desarrollar fuera de ese espacio doméstico, en el espacio público y laboral. El mundo de los cuidados a hijos, pareja, padres mayores, personas enfermas, etc., un trabajo ingente que puede llegar a ocupar  a una persona a tiempo completo. No se considera trabajo puesto que no se percibe un sueldo, y por tanto no va asociado a derechos laborales como la cotización o las coberturas del sistema socio-económico. 

- En la actualidad, ¿es equitativo el reparto de los cuidados entre hombres y mujeres?

- Es cierto que los hombres, que tradicionalmente han sido educados para proteger, pero no para cuidar,  se están incorporando al cuidado de los hijos pequeños y, en muchos casos, al cuidado de sus parejas enfermas, y lo están haciendo muy bien. Pero ha de ser la sociedad entera la que se implique en un cambio de modelo en el que el cuidar se considere un “bien social” y dándole el valor que se merece. 

- ¿Desde el punto de vista psicológico, ¿cómo afecta esto a las mujeres?

- La tensión entre el tiempo necesario para realizar todo ese trabajo de cuidados y el tiempo de que actualmente disponemos las mujeres que, con todo el derecho del mundo, nos hemos incorporado al mercado laboral, ha provocado lo que se llama la “crisis de cuidados”. Unas renuncian a tener vida propia para poder atender a las necesidades familiares, y muchas de ellas terminan sufriendo el “Síndrome del cuidador”: enfermedades físicas y psicológicas, problemas laborales y económicos, aislamiento social… Otras, las que pueden permitírselo, pagan a otras mujeres para que realicen esos cuidados, generalmente mujeres inmigrantes. Hoy por hoy existen muchas mujeres que trabaja cuidando de otras personas, en condiciones deplorables y sin ningún tipo de reconocimiento ni valoración. Ni siquiera aparecen en los censos de población activa cuando sin su trabajo el sistema no se podría sostener.

- ¿Cuál es la aportación del feminismo a esta cuestión?

- El feminismo no va en contra de los hombres sino de la división que hace el patriarcado de lo que es “propio de las mujeres” y lo que es “cosa de hombres”, Aboga por dar valor a “lo femenino”, e incorporar a los hombres a todo un mundo de posibilidades que están en ellos en potencia pero que no han podido desarrollar porque no estaba bien visto por el sistema. Los hombres que se dedican actualmente a cuidar, sea a familiares o sea profesionalmente, están demostrado estar sobradamente capacitados para ello. Es totalmente necesario que normalicemos socialmente la corresponsabilidad en los cuidados, para que hombres y mujeres podamos “compartir vida” como personas completas, pudiendo desarrollar todas nuestras potencialidades  y disfrutar de ello sin restricciones sexistas.

-El Gobierno ha anunciado que elevará el permiso de paternidad a 16 semanas. ¿Cree que son necesarias estas acciones para alcanzar la igualdad?

- Pienso que hay un sentimiento bastante extendido, sobre todo entre los hombres más jóvenes, con respecto al deseo de participar en la crianza de los hijos, pero este tipo de medidas puede ayudar a que alguno se lo replantee un poco más, claro. Pero lo cierto es que veo crucial que la sociedad se conciencie de la necesidad de compartir los cuidados, no solo de los hijos.