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La madre de los niños de Godella trabajó durante unos meses en Rubielos de Mora La madre de los niños de Godella trabajó durante unos meses en Rubielos de Mora
La policía científica inspecciona el lugar donde fueron hallados los niños. Efe

La madre de los niños de Godella trabajó durante unos meses en Rubielos de Mora

La joven residió en el pueblo junto a su pareja y padre de los menores muertos
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La madre de los dos niños hallados muertos el pasado jueves en Godella, Valencia, estuvo varios meses realizando trabajos sociales en Rubielos de Mora como consecuencia de una condena judicial que tuvo cumplir tras ser detenida en el año 2011 en el transcurso de unas protestas del 15M en la ciudad de Valencia.
El suceso ha causado una profunda impresión en el pueblo porque hay un recuerdo nítido del paso de la joven, durante unos cuantos meses, por la localidad.
Los abuelos de la joven, María, son propietarios de una vivienda en el municipio y una tía suya visita con cierta frecuencia Rubielos de Mora. Los vínculos con el pueblo fueron tal vez determinantes para elegir el pueblo como lugar donde realizar las labores en beneficio de la comunidad.
Durante su estancia en Rubielos, que duró varios meses, la joven trabajó en labores de limpieza y su comportamiento, en ese sentido, fue normal y colaborativo, según ha podido saber este periódico. En los meses que vivió allí estuvo acompañada de su pareja, Gabriel, y padre de los niños muertos. De hecho, cuando abandonaron la localidad, ella iba embarazada del niño que ahora tenía algo más de tres años y que fue encontrado muerto junto a su hermana de pocos meses de edad.
A Gabriel se le recuerda en Rubielos porque paseaba con cierta frecuencia acompañado siempre de su guitarra a la que utilizaba para acompañar sus canciones. A decir de la gente, la pareja era aficionada a temas esotéricos y daban la sensación de disponer de medios económicos escasos. 
De hecho, muchos vecinos colaboraron con ellos llevándoles comida y productos de los huertos. Incluso Cáritas también les proporcionó alimentos. Trabaron cierta relación con otra pareja que tenía niños en edad escolar y cuando había algún tipo de celebración en el colegio, María y Gabriel acudían con estos amigos y sus hijos y llamó la atención el hecho de que comieran de la merienda preparada para los pequeños, especialmente el chocolate, lo cual da idea de la precariedad con la que vivían.
La pareja no mostró problemas de relación con los vecinos y se integró con normalidad, reconocen en el pueblo. No obstante, ya entonces se la consideraba como cercana  a movimientos alternativos y con predisposición de hablar de temas esotéricos. Incluso llegaro a repartir algún tipo de “estampita” relacionada con estas cuestiones.
La familia de la joven posee una posición económica desahogada y, ahora mismo, nadie se explica en Rubielos cómo ha podido tomar su vida semejantes derroteros.