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El bombo de récord Guinnes del artesano José Ubé cumple 25 años El bombo de récord Guinnes del artesano José Ubé cumple 25 años
Foto publicada en DIARIO DE TERUEL hace 25 años sobre el bombo más grande del mundo

El bombo de récord Guinnes del artesano José Ubé cumple 25 años

En la Semana Santa de 1994 se usó por primera vez el impresionante instrumento
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Posaba feliz junto a su creación en la portada de este periódico de aquel 29 de marzo de 1994. Ha pasado un cuarto de siglo y el que nació como el mayor bombo del mundo hecho con pieles naturales y de una sola pieza se ha convertido en un símbolo de la Semana Santa de Teruel. Como quería su creador, José Ubé, ese que sonreía maza en mano cuando mostraba en este periódico su creación, con el apoyo de su familia y algunos amigos, leíamos. ‘Con esta iniciativa, alejada de toda pretensión de competir con otros bombos del Bajo Aragón, esta familia solo pretende que la Semana Santa de Teruel sea más conocida en España’.

Aquel año sería el primero en el que su toque dio la salida para la rompida de la hora en Teruel. Con el paso de los años ha dejado de ser el más grande -en 2011 en Alcalá de Xivert, Castellón, estrenaron el considerado ahora mayor del mundo- pero ha adquirido el cariño que se otorga a los símbolos. 

El periodista Javier Atienza firmaba el reportaje en el que aquel 29 de marzo se daba cuenta del detalle de todo el proceso de fabricación. ‘La única limitación que ha tenido este bombo es la del tamaño de su piel. El resto de dificultades han sido superadas con imaginación, voluntad, entusiasmo y decenas de horas de trabajo’ leíamos del proceso creador.

‘La idea de construir un bombo gigante la llevaban en la cabeza José Ubé y sus dos hijos, José Manuel y Francisco José, hacía bastante tiempo, pero lo más importante, a la par que imprescindible, era encontrar dos pieles que dieran la medida necesaria’.

Tras siete meses de búsqueda encontraron en Valencia las pieles casi por casualidad, y tras comprobar que podían estirarse lo suficiente, comenzaron el proceso artesanal.

La idea surgió, decía el reportaje, como reto del artesano, y por ello aclaraba que no había ánimo de rivalizar con el que hasta entonces era el mayor bombo del mundo, el construido en Calanda en 1988 y al que la obra de Ubé superaba en 16 centímetros.

Se trataba del bombo número 67 de los construidos por este artesano, como similitudes con el resto, a pesar de sus dimensiones especiales: ‘Está confeccionado en madera, sin un solo clavo, su color es negro y lleva una leyenda que lo identifica como propio de la familia Ubé’.

Pero la particularidad eran sus dimensiones únicas  hasta entonces: 224 centímetros de diámetro y una altura de 1,34 metros. El peso, leíamos en aquel reportaje, era de 85 kilos, y las dos mazas para golpearlo medían 60 centímetros de largo. Cuatro kilos de pintura se necesitaron para darle color y cien metros de cuerda para tensarlo. ‘Tras él se esconde toda una filosofía propia de entender el mundo del tambor y del bombo y un deseo: promocionar la Semana Santa de Teruel capital sin entrar en competencias con el Bajo Aragón, cuyas tradiciones respetan y admiran’.