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El Plan Hidrológico del Ebro contempla un almacenamiento a gran escala de energía y la reconversión de los sectores de aceite y almendra en el Bajo Aragón El Plan Hidrológico del Ebro contempla un almacenamiento a gran escala de energía y la reconversión de los sectores de aceite y almendra en el Bajo Aragón
Vista del embalse de Mequinenza. Luis Carlos Guardiola

El Plan Hidrológico del Ebro contempla un almacenamiento a gran escala de energía y la reconversión de los sectores de aceite y almendra en el Bajo Aragón

La captación de agua desde Mequinenza generaría electricidad y serviría para regar
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Cruz Aguilar

El Plan Hidrológico del Ebro contempla un almacenamiento a gran escala de energía en la cuenca del Ebro y la reconversión de los sectores de aceite y almendra en el Bajo Aragón. Se trata de un proyecto que supondría un gran impulso para todo el Bajo Aragón histórico por la generación de empleo tanto directo como indirecto. La propuesta se divide en dos partes, la primera, para la que ya hay una empresa interesada, es la construcción de un salto reversible en las inmediaciones de Alcañiz, junto a Puigmoreno. La segunda supondría la irrigación de casi 23.000 hectáreas de secano a través de la construcción de una balsa al lado de la central térmica de Andorra.

Durante la ejecución de las obras del salto reversible y la transformación en regadío de las casi 22.875 hectáreas se estima que pueden generarse en torno a 400 empleos en los próximos 10 años. Esta cifra se incrementaría una vez estuvieran en funcionamiento los sistemas de riego y se calcula que el total de empleos creados podrían rondar los 3.400.

La empresa Global Energy Services pretende construir un salto reversible que tomará el agua en el embalse de Mequinenza y lo almacenará en un depósito de carga con capacidad para 4,18 hectómetros cúbicos. El presupuesto para las obras de esta primera fase se eleva a 343 millones de euros. 

El proyecto plantea la creación de un almacenamiento de energía a gran escala ya que los saltos reversibles o centrales de bombeo permiten elevar el agua cuando el precio de la electricidad está más barato y soltarla para producir energía en los momentos en los que tiene un coste más elevado. 

Reservas energéticas

La energía no se puede almacenar, por lo que los saltos reversibles son una fórmula creciente en el mundo para reservar agua cuando no se necesita y aportarla en los momentos en los que hace falta una mayor generación de energía. La energía acumulada cuando el embalse esté lleno oscilará entre los 104 y los 216 gigawatios hora. 

GES pidió en noviembre del año 2017 al entonces Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital la inclusión de las obras de la primera fase de la central de bombeo como Proyecto de Interés Comunitario. En un folleto realizado por la empresa plantean que, si se logran acelerar los trámites burocráticos, las obras podrían dar comienzo en el año 2020 y fijan la fecha para entrar en servicio la primera fase de la central de bombeo en 2023. El horizonte para la realización de la segunda fase es 2027.

La localización del emplazamiento no es casual, puesto que está muy cerca del nudo Aragón en Escatrón, la estación de evacuación gestionada por Red Eléctrica Española y que es clave para transportar a la red la energía generada.

 

Rentabilidad

En cuanto a las cifras de la primera fase del proyecto, el salto máximo del aprovechamiento es de 344 metros mientras que el volumen de agua anual que se mueve es de 600 hectómetros cúbicos al año. La potencia del salto es de 318 megavatios mientras que la capacidad del depósito de carga se eleva a 4,18 hectómetros cúbicos. El presupuesto para acometer los trabajos es de 343 millones de euros, con un coste del megavatio instalado de 1,08 millones de euros año. Según especifican en el folleto editado por la empresa, la horquilla en la rentabilidad del proyecto es de entre el 6 y el 7% y el margen bruto anual que plantean oscila entre los 21,57 y los 26,87 millones al año.

Esta iniciativa está incluida en el Plan Hidrológico del Ebro. En la actualidad en esta cuenca están en trámite de concesión de aguas dos aprovechamientos reversibles y la ampliación de uno de los ya existentes. Sin embargo, este aprovechamiento no interfiere con los anteriores sino que completa el gran potencial que tiene la Cuenca del Ebro para almacenamiento a gran escala. 

Además, la primera fase del proyecto contempla la cesión de agua para usos agroalimentarios a precio de coste, que es 0,05 euros por metro cúbico.  La toma del aprovechamiento reversible está en el embalse de Mequinenza, cercana a la población de Chiprana, a una cota de 101 metros sobre el nivel del mar. La conducción del salto tiene dos tramos, uno primero a través de un túnel y una tubería que llega a un depósito de carga situado a 445 metros. 

Gestión integrada

El segundo tramo, previsto para la segunda fase, enlaza ese depósito con la balsa, localizada a unas cotas que oscilan entre una altitud de 390 y 445 metros. Esta acumulación de agua sería la que se emplearía para el riego. 

La propuesta se enmarca en la gestión integrada del agua. Tiene una vertiente económica que está clara y es la generación de energía, pero además plantea un aspecto social de gran relevancia para el Bajo Aragón Histórico puesto que plantea la irrigación de 22.866 hectáreas. Así, la balsa garantizará el agua en la zona del Guadalope en los años de sequía y permitirá una mejor eficiencia y un menor coste a los regadíos que dependen del agua del Ebro mediante elevaciones. 

Estas previsiones para el aprovechamiento energético en el Ebro y su compatibilidad con el desarrollo agroalimentario están incluidas en el Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro.