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Simón Domingo expone ‘Retajos para el arte’ en el Espacio Cultural de Albalate del Arzobispo Simón Domingo expone ‘Retajos para el arte’ en el Espacio Cultural de Albalate del Arzobispo
Imagen de la apertura de la exposición que cierra el ciclo de muestras individuales producidas durante el proyecto de Residencias Artísticas en el Bajo Marín del CIDA

Simón Domingo expone ‘Retajos para el arte’ en el Espacio Cultural de Albalate del Arzobispo

Escultura en alabastro
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Retajos para el arte es el título de la exposición de escultura en alabastro del turolense Simón Domingo que el martes se clausura en Espacio Cultural de Albalate del Arzobispo. La muestra es la tercera y última que se organiza con motivo de las residencias artísticas que ha organizado en la Comarca del Bajo Martín el Centro Intergral para el Desarrollo del Alabastro (CIDA). Tras las que protagonizaron Anja Roemer y Marta Fresneda, Simón Domingo cierra el ciclo antes de que una selección de la obra de los tres comience una andadura itinerante cuya primera parada será la Sala de Exposiciones Municipal de Alcañiz, entre los próximos 3 y 19 de mayo. 

Tras Message in a bottle de Anja Roemer y No es raro, es inhumano de Marta Fresneda, Retajos para el arte de Simón Domingo es una nueva vuelta de tuerca a una de las obsesiones artísticas del muniesino; acercar la escultura al público, meterla en su espacio vital y obligarle a tocarla, desmitificarla y despojarla de toda púrpura que la haga inalcanzable sin despojarla en absoluto de toda la dignidad que merece. La escultura de Domingo solo tiene sentido rodeada de personas, de manos que acarician las vetas de la piedra y de ojos que se admirar de cómo el alabastro modula la luz. 

Pero es que además las 22 piezas expuestas son lo que han querido ser ellas, no lo que quizá hubiera preferido el escultor. Simón Domingo ha utilizado retajos de alabastro que la industria –en este caso Yesal, en Albalate, que está puerta con puerta con el CIDA– desecha por su impureza para el proceso industrial, y el escultor los recupera para el arte y compone con ellos piezas que parecían –solo lo parecían– destinadas a no existir.

El alabastro se extrae en grandes bolos, del cual se aprovecha en un primer momento el corazón central, en torno al 20% del peso de la piedra, del que luego se depura en torno a la mitad. “De forma que de cada tonelada extraída, la industria solo aprovecha cien kilos”, explica Domingo, químico de profesión. 

Una parte del que no se emplea para la industria de la decoración se usa para fabricar yesos, y el resto acaba como desecho. “Yo he recuperado muchos de esos retajos que no sirven, y ahora han cobrado nueva vida y pueden verse en esta exposición”. 

El problema de las partes desechadas es que son mucho más difíciles de trabajar escultóricamente. El centro del bolo de alabastro tiene pureza garantizada, “pero cuando trabajas otra parte de la piedra, en cuaquier momento puede aparecerte una vena y hacer que la pieza se rompa”. Esto le ha ocurrido en diez ocasiones para conseguir una producción final de 22 esculturas. Además el mármol o el granito es homogéneo, “pero en un alabastro no sabes si el interior será blanco, traslúcido o con buñuelos –que es el nombre que reciben los dibujos de colores en la piedra–, y cualquier escultor tiene esto muy en cuenta”.

Conversando con las piedras

Otro problema es que “las geometrías de los retajos son muy anárquicas”. De un gran bloque cúbico de piedra puede sacarse cualquier diseño escultórico –que pueda inscribirse en ese cubo–, pero cuando la pieza de partida es irregular el resultado final esetará en función de su forma. Ahí empieza la conversación entre Simón Domingo y sus piedras. “Esto es lo más parecido a hablar con la piedra”, asegura Domingo. “La miras, le preguntas, y en función de lo que ves y lo que oyes haces una forma u otra... es como si la piedra estuviera destinada a tener solo esa forma, y da igual lo que tú pienses”. Ese afán y ese respeto hacia la piedra y la escultura es lo que le lleva a recuperar y escarbar hasta el corazón del último retal de alabastro, “no sea que dentro haya una escultura que rescatar”. 

Una de las piezas más impresionantes de las que forman  parte de la exposición es Ola, una escultura que recuerda poderosamente a la pintura La gran ola de Kanagawa. Para hacer esa escultura Simón Domingo ha aprovechado parte de la costra del bolo del alabastro, que así deja de ser un retal indeseable y se convierte en parte integral de la creación artística, y además combina zonas pulidas con zonas corrugadas a base de pequeños taladros con los que reproduce el rompiente de la ola. 

Domingo además vincula el alabastro de las catedrales góticas del XIII a la modernidad del siglo XXI, con piezas como un homenaje a la televisión o al automóvil, como metáforas de la contemporaneidad, o una instalación que asemeja a los bocadillos de una conversación de cómic o, para ser más cool, de un diálogo por Whatsapp. “Esa instalación es una llamada a la comunicación, porque gracias al CIDA mucha gente en el extranjero está conociendo el alabastro”. 

Una de las piezas centrales, por concepto y por el lugar geográfico que ocupa dentro de la muestra, es El anillo que avanza, un anillo con una espiral en el centro, cuyo significado es el avance de la piedra hacia el exterior. También destaca una gran A que tamiza la luz de una lámpara –para Domingo, el  90% de la magia del alabastro reside en como la luz se funde en el interior de la piedra–. En función de qué posición adopte el observador, podrá leer Albalate o Alabastro.

Para Santiago Martínez, coordinador del proyecto de las residencias artísticas en torno al alabastro, las esculturas de Domingo son como el propio artista, “dinámicas, inquietas, laboriosas... de hecho muchas de sus creaciones se balancean”. Destaca de él que no es ni figurativo ni abstracto, “sino que se mueve entre ambos conceptos, hasta el punto de que creo que son las propias piedras las que le susurran lo que quieren ser. Y el les hace caso”. 

La muestra permanecerá abierta hasta el 23 de abril en el Espacio Cultural de Albalate, en horario de tarde. 

El alabastro pide paso en el mundo del arte

En febrero de 2018 el Ayuntamiento de La Puebla de Híjar, el de Albalate del Arzobispo y la Comarca del Bajo Martín suscribieron un Proyecto de Cooperación enmarcado en las estrategias de desarrollo local Leader 2014-2020, con la finalidad de revalorizar y potenciar el alabastro que se extrae en la zona. La sede física del proyecto es el Centro Integral para el Desarrollo del Alabastro, donde tiene lugar el Simposio de Escultura del Alabastro con carácter bienal, que se alterna con las residencias artísticas de escultores del alabastro, como dos de las acciones que se desarrollan, además de talleres, workshops y otras actividades relacionadas con la explotación comercial, empresarial y artística de la piedra blanca. 

Las residencias artísticas han acogido a la holandesa Anja Roemer, a la sevillana Marta Fresneda y al turolense Simón Domingo, que en diferentes periodos comprendidos entre mayo y septiembre de 2018 dieron vida con su cincel al alabastro, desde La Puebla y Albalate, para crear tres exposiciones que han podido verse durante los últimos meses. Este proyecto está coordinado por Santiago Martínez, que ha sido testigo de excepción “del proceso creativo, del nacimiento de un proyecto, de como del bolo de alabastro se iban eliminando a base de amoladora, de cincel y finalmente de lija, las esquirlas que ocultaban lo que los artistas perseguían. Cada veta escondida tras la cáscara de la piedra, cada golpe de la maza resonando, metálico, en la nave, suponía un avance hacia el resultado final”.

Paralelamente a esta última exposición de Simón Domingo, durante la semana pasada se celebró en el CIDA un curso de talla de bajorrelieve en alabastro realizado por Jorge Egea, escultor alcañizano afincado en Madrid. 

Y la actividad no concluye con la muestra. El 3 de mayo se inaugurará en Alcañiz Alabastro in itinere, exposición conjunta de los tres artistas que han participado en la residencia; del 24 al 26 de mayo tendrá lugar el Simposio de Escultura para alumnos de Bachillerato Artístico del IES Damián Forment de Alcorisa, codirigido por Joaquín Macipe; el 25 de mayo además Sculpture Network, asociación internacional de personas interesadas en la escultura visitará alguna de las canteras de alabastro de la zona y el propio CIDA; y durante las tres últimas semanas de junio se impartirá el Curso de Talle de Alabastro organizado por el Centro junto a Global Stone Workshop, con alumnos procedentes de Suecia y otros países.