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Así votó la España más vaciada: Salcedillo, el pueblo más pequeño de Aragón con solo nueve censados, convirtió el 28A en una jornada de convivencia Así votó la España más vaciada: Salcedillo, el pueblo más pequeño de Aragón con solo nueve censados, convirtió el 28A en una jornada de convivencia
El alcalde Fermín Navarro vota en el colegio electoral de Salcedillo. M. A.

Así votó la España más vaciada: Salcedillo, el pueblo más pequeño de Aragón con solo nueve censados, convirtió el 28A en una jornada de convivencia

Comida en el colegio electoral y múltiples anñecdotas

Si en algún sitio es válido aquello tan rimbombante de la fiesta de la democracia, ese es Salcedillo. En este municipio de la Sierra de Cucalón, en el límite entre la comarca del Jiloca y las Cuencas Mineras adonde pertenece administrativamente, no es tan fácil que se reúnan más de diez personas, excepto para algún fin de semana o en las fiestas, ya sean las patronales de agosto o las de la democracia. 

En el pueblo más pequeño de Aragón ayer no tenían prisa por cerrar el colegio electoral, instalado en el Centro Social que hace las veces de bar, porque los nueve turolenses censados –dos menos que durante las elecciones de 2016– y alguno de sus acompañantes aprovecharon para pasar allí el día, comer todos juntos y, si se terciaba, cantar alguna jota, que no sería la primera vez. “En los años 90 este pueblo se puso de moda por ser tan pequeño, y en las elecciones vino la televisión autonómica y hasta la nacional”, recuerda Fermín Navarro, alcalde del pueblo. “Nos dedicaron más tiempo en el telediario a nosotros que a Tierno Galván votando en Madrid”. 

A las diez de la mañana sólo había un voto depositado en las urnas, y había más trajín preparando el almuerzo, con una buena conversación y trayendo la leña que después alimentó el horno para preparar el asado que otra cosa. Y no es para menos; Cristina Sabariego ha tenido que interrumpir sus vacaciones en Benidorm y su hijo, José Luis Navarro, tenía ayer una comunión, pero ambos han tenido que acudir sí o sí porque eran vocales de la mesa electoral. 

Los dos viven en Zaragoza. Cristina, de padre andaluz y madre asturiana –donde nació–, marchó a estudiar a la capital del Ebro y terminó casándose, hace casi cuatro décadas, con José Luis Navarro padre, el primero que ayer metió sus dos papeletas a las urnas del Congreso y del Senado, y quien trabaja buena parte de las tierras de cultivo de la localidad. Aún recuerda cuando en unos comicios, “hará cerca de treinta años”, José Ángel Biel visitó la localidad por aquello del exotismo de ser el pueblo más pequeño de Aragón y comió en su casa. Y José Luis Navarro hijo, que con 36 años es el segundo vecino más joven del pueblo –le saca cinco años a su prima Sandra Navarro, la más joven, que es la juez de paz–, está censado allí porque “yo vengo bastante, esto me gusta mucho, y creo que así le hecho una mano al pueblo”. Su hermana Lorena también acude de vez en cuando pero está empadronada en Zaragoza, “porque con los chicos, los colegios y todo eso es más fácil así”.

La presidenta de la mesa, Marifé Gil Carrera y su marido, Carlos Villalba, también están desde el punto de la mañana en el Centro Social-Colegio Electoral, procedentes de Calatayud donde viven. También mantienen su padrón por una cuestión sentimental, y acuden a Salcedillo fines de semana, durante el verano y también en invierno. “Aquí se está mejor que en ningún sitio, los pequeños pueden jugar y correr sin peligros y ya no es que nos conozcamos todos, es que somos familia”, asegura Marifé. ¿Nunca discuten? “Claro que sí”, apostilla Carlos mientras prepara unos huevos fritos con chistorra de categoría, regados con buen tinto bilbilitano en bota. “Como en todos lados, aquí hay tiempo para todo”. 

Sin empadronados de continuo

El último vecino empadronado en Salcedillo que vivía de continuo todo el año, Ángel Comas, murió hace tres años. Ahora solo lo hacen dos pastores pakistanís. Del resto, quién mas tiempo pasa en el pueblo seguramente es Fermín Navarro, el alcalde, y su pareja Mercedes. “Antes cuando trabajaba con un taxi en Zaragoza venía unas dos veces al mes, pero ahora que estoy jubilado hay semanas que voy y vengo tres o cuatro veces”, explica. “Y la mayor parte de ellas estamos nosotros dos solos”. 

Fermín Navarro explica, no sin cierta amargura, que “el más joven de los que han nacido aquí tiene ahora unos 50 años, en total somos cinco, y estoy casi convencido de que somos la última generación”.

Tiene ciertas esperanzas de que los campos eólicos que Enel Green Power España está construyendo en los términos municipales de Allueva, Fonfría y Anadón generen algún puesto de trabajo y algún día pueda alquilarse o incluso venderse la casa que el Ayuntamiento está acondicionando en la parte alta del pueblo. “Pero la gente mayor se está muriendo y los hijos y nietos que atraen dejan de venir”, explica. “El año pasado murieron tres, y sus viudas son normalmente mujeres mayores que no conducen, así que ya no pueden venir a no ser que alguno las traigamos”.

Salcedillo nunca ha tenido autobús de línea, aunque hasta hace algunos años podía tomarse desde Zaragoza el de Segura de Los Baños y andar seis kilómetros. Ahora la única opción es el autobús de Montalbán o el tren que para en Ferreruela, pero en ambos casos hay que acercarse después en coche. 

Todo eso contrasta con el aspecto del pueblo, con buenas casas, grandes y bien arregladas. “Si vuelve a ponerse de moda el turismo rural como hace algunos años puede venir más gente, que mejoren un poco más los servicios y la gente más mayor podría estar aquí todo el verano”, sostiene José Luis hijo. El Ayuntamiento de Salcedillo cuenta con 20.000 euros de presupuesto corriente anual, que según el alcalde es suficiente para todo el mantenimiento. “Y a través de subvenciones queremos terminar de acondicionar el polideportivo con una llave, que se guardaría en el Ayuntamiento de Viver, que es el que lleva la gestión de todo, para que los que vengan un fin de semana puedan utilizarlo”, prosigue José Luis Navarro. “Y más adelante quizá habilitar una sala con ordenadores, y con servicios para que la gente pueda estar más a gusto”.

Sea como sea los vecinos de Salcedillo tienen claro que quieren mantener su pueblo con vida, aunque les toque hacer de todo, desde formar mesas electorales hasta repetir año tras año en la Comisión de Fiestas. “En las fiestas de agosto sí que nos juntamos muchas familias, quizá 80 o 90 personas, la mayoría afincadas en Zaragoza pero también en Cataluña”, explica Marifé Gil. Aunque quizá el record lo tenga el verano de 2016 cuando el concierto que ofreció Joaquín Carbonell congregó a un par de cientos de personas en el pueblo. “Se ofreció a actuar a cambio de un euro por vecino censado, así que el trato fue de diez euros”, explica el alcalde. “Aunque entre tanto se murió uno, así que al final solo fueron nueve”. 

En torno a las 14 horas Sandra Navarro, la más joven del pueblo, depósito su voto, tras lo cual y como es preceptivo lo hicieron los tres miembros de la mesa y quedó todo el pescado vendido. 

Para las próximas elecciones Municipales del 26 de mayo los nueve de Salcedillo tienen claro que les tocará volver a pasar el domingo en el pueblo. Pero ese día coincide con la Romería de la Virgen de la Silla, que reúne a gentes de Salcedillo, Bea, Lagueruela, Allueva, Anadón, Rudilla, El Colladico, Piedrahíta y Fonfría en una ermita junto al nacimiento del Río Huerva. Para entonces sí que se votará a primera hora para que todos tengan libre hasta la hora del recuento. Así la fiesta de la democracia volverá a ser de la otra, como siempre en Salcedillo, pero con más motivo.