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Elecciones municipales

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Cruz Aguilar

Me gusta escribir de las elecciones municipales. Para muchos ciudadanos de a pie es un rollo, principalmente porque ahora ya no se regalan bolis y mecheros, pero los partidos siguen ocupando sus espacios electorales en la televisión y colgando las caras a tamaño gigante de sus candidatos por las farolas y paneles. 

La campaña en sí es dura, pero la noche electoral es muy emocionante, periodísticamente hablando. Conozco a buena parte de los hombres y mujeres (pocas aún) que ocupan muchas Alcaldías. Por eso, para mí tiene un interés especial saber quién continuará porque tiene mayoría, quién tendrá que dejar su cargo tras años ahí anclado y quién deberá buscar amigos que le ayuden a sumar el día de la investidura. 
En los pueblos se vota a la persona, no cabe duda. De hecho, si analizáramos cada una de las papeletas de los lugares con listas abiertas veríamos que, aunque en muchas la apuesta es por una candidatura completa, en otras las cruces van como a salto de mata, pero realmente el que las ha hecho tiene muy claro quién debe estar en su Ayuntamiento los próximos cuatro años. Al menos esa es una de las ventajas que tenemos los que votamos en los pueblos pequeños. 
Las mujeres siguen siendo las grandes ausentes de las candidaturas. En muchos pueblos no hay ni opción de que gobierne una mujer porque ninguna encabeza las listas, pero es que hay bastantes en los que no hay ni una sola candidata que quiera entrar al consistorio, aunque sea de concejala. 
Nosotras somos las que (principalmente, y que nadie se sienta excluido) manejamos las asociaciones culturales, las de mujeres y las ampas de los colegios, en las ciudades y, sobre todo, en los pueblos. Pero los ayuntamientos siguen en manos de los hombres.  Dándole vueltas llego a la conclusión de que, como para todo el voluntariado, hace falta tiempo, y en la mayor parte de las familias no hay un reparto equitativo de las tareas domésticas y de cuidados. Llegará un momento que tendremos que compartir. La fregona y el bastón de mando.