La empresa Sibelco inicia en la mina de Riodeva el desmantelamiento de maquinaria
Los trabajadores tienen dudas de que la empresa finalmente venda la explotación
La empresa Sibelco ha iniciado el desmontaje de buena parte de la maquinaria que tiene en la mina de Riodeva. La última información oficial que ha facilitado a sus trabajadores es que están negociando con una empresa valenciana que está interesada en la compra de la mina de sílices y caolines, pero los operarios dudan puesto que las máquinas que se están llevando son piezas clave para el proceso de extracción de estos minerales.
La mina tenía 25 trabajadores, pero en noviembre de 2018 dejó de producir y despidió a diez de los quince empleados que quedaban, dejando solo a los cinco que viven en Riodeva. Los operarios se han ocupado durante estos meses de cargar los camiones que todavía se llevan el material ya extraído y de realizar tareas de oficina.
Según explican los empleados, el desmantelamiento que se ha iniciado esta semana puede perjudicar a la venta porque las piezas que se ahora se llevan deberían ser sustituidas de nuevo. Se trata de una criba de lavadero, las bombas de agua y varias tolvas, todo ello necesario para la producción de una mina de sílices y caolines.
“Parece un cierre encubierto, pero nos gustaría que si van a cerrar por lo menos nos lo dijeran, aunque no entendemos que no haya conseguido venderla”, apuntaron fuentes de los trabajadores. Los operarios tienen una gran incertidumbre y se sienten “desamparados”. El martes impidieron la entrada a las plumas de la empresa Sergruco contratadas para hacer el desmontaje porque querían que la empresa les explicara los motivos de ese desmantelamiento, pero ayer finalmente se llevó a cabo el proceso. La maquinaria se va a llevar a una explotación que Sibelco tiene en la localidad burgalesa de Arija.
La mina ha sido durante más de medio siglo la principal fuente de empleo de Riodeva y su cierre supone un duro golpe para la localidad. En este sentido, los trabajadores apuntaron que, si finalmente no se logran vender las instalaciones y la explotación deja de funcionar de forma definitiva “sería el fin del pueblo”.
