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Ian Gibson, hispanista e historiador: “La DGA de 2013 me amargó la vida y ya es tarde para un nuevo libro sobre Buñuel” Ian Gibson, hispanista e historiador: “La DGA de 2013 me amargó la vida y ya es tarde para un nuevo libro sobre Buñuel”
Ian Gibson firma ejemplares de sus obras en la librería Serret de Valderrobres

Ian Gibson, hispanista e historiador: “La DGA de 2013 me amargó la vida y ya es tarde para un nuevo libro sobre Buñuel”

Pasó por el Matarraña para hablar de sus últimas obras, especialmente la dedicada a Lorca
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Ian Gibson nació en Dublín (Irlanda) en 1939 y posee además nacionalidad española desde 1984. Licenciado en Literatura Española y Francesa, doctorándose con una tesis sobre Federico García Lorca. Junto a Hugh Thomas y Paul Preston forma parte del grupo de hispanistas de Reino Unido e Inglaterra que se han dedicado a la historia contemporánea de España, en especial los periodos de la Segunda República, Guerra Civil y franquismo. 

Gibson es una de las referencias mundiales en estos ámbitos, y uno de los grandes conocedores de la vida y la obra de personajes como Federico García Lorca, Salvador Dalí, Antonio Machado o Luis Buñuel. 

Ha dedicado grandes esfuerzos a encontrar los restos de García Lorca, fusilado en agosto de 1936 junto a otras personas y enterrado en algún punto de la carretera entre Alfacar y Viznar –aunque ya no se descarta que sus restos fueran trasladados a algún otro lugar después de su asesinato–. El pasado fin de semana visitó las localidades de Fuentespalda y Valderrobres, donde ofreció una ponencia sobre el actual estado de las pesquisas, y también  presentó sus dos últimas obras, Los últimos caminos de Antonio Machado (Espasa), una síntesis de la biografía del poeta de cuya muerte acaban de cumplirse 80 años; y Vida y muerte de Federico García Lorca (Ediciones B), cómic ilustrado por Quique Palomo. 

-¿Cómo nació el proyecto de editar un cómic sobre García Lorca? ¿Fue sencillo la adaptación de su biografía a este género?

-La idea del cómic fue una corazonada de mi agente literaria, Silvia Bastos, que nos juntó al dibujante y a mí y consiguió el beneplácito de Ediciones B.  Quique y yo sintonizamos en seguida.  Él ya había leído mi biografía del poeta, a quien admiraba profundamente.  Si no hubiera sido así la empresa no habría sido posible.  En varias reuniones acordamos el planteamiento general de la obra –el énfasis sobre la larga infancia del poeta, por ejemplo-, hablamos y hablamos,  y luego él fue elaborando el borrador, consultando conmigo constantemente por teléfono y correo electrónico –yo vivo en Lavapiés, él en El Escorial–, mandándome borradores...   

-¿Cómo se plantea este cómic? ¿Está concebido para un público no familiarizado con la figura del poeta? ¿Qué elementos de interés cree que aporta con respecto a las obras que ya había escrito sobre él?

-Evidentemente es en gran parte un resumen de mi biografía del poeta.  Una de las dificultades era la inmensa cantidad de escenas posibles porque Lorca no solo es un mundo es un cosmos.  Había que seleccionar mucho, tratar de ir a lo esencial.  Y, claro, queríamos llegar a personas que a lo mejor nunca iban a leer una biografía completa del granadino.  También resolvimos que no íbamos a ocultar para nada su homosexualidad. No presumo de haber aportado nada realmente nuevo sobre aquella vida tan rica de aventura.  Creo que Quique ha logrado transmitir al lector el carisma del poeta, su don de gentes y también su lado oscuro, enigmático, su escalofrío, su obsesión con la muerte, con la Luna...

-En cuanto a su última obra, ‘Los últimos caminos de Antonio Machado’, ¿se centra precisamente en los años postreros del poeta?

-En realidad los últimos caminos de Machado son los primeros, se trata de algo así como una vida circular. Por eso se subtitula De Collioure a Sevilla y no al revés.  Otra vez es un resumen de mi biografía hecho para llegar a un público nuevo. ¡Es un libro que se lee en dos horas y pico! Empieza con el entierro del poeta en Francia y luego retoma el hilo en su ciudad  natal, nunca olvidada y presente en su último escrito –estos días azules y este sol de la infancia–.   He tratado de ir a lo esencial y la verdad es que me ha costado mucho trabajo.  

-¿En qué medida cree que contribuyeron a su muerte el dolor por ser testigo del fin de la república, el verse fuera de España, o el propio agotamiento físico provocado por el viaje?

-Fue un cúmulo de factores, pero el dolor por la pérdida de la República fue crucial –pérdida que previó temprano-, y, sobre todo, el no saber qué había pasado con su hermano Manuel, tan republicano como él,  quien, atrapado en Burgos al inicio de la guerra, empezó a publicar  sonetos dedicados a Franco y Queipo de Llano y luego fue, al lado de Pemán, casi el poeta oficial del régimen.  Eso desgarró a Antonio, sin el testimonio de otro hermano, José. Y luego ver el sufrimiento de su madre.  Se mantuvo estoico hasta el final. Le admiro hondamente .  

-¿Tendrá continuidad esta obra por su parte?

-Quique Palomo y yo acabamos de terminar un cómic dedicado al poeta,  que saldrá en otoño. Por segunda vez hemos trabajado juntos en perfecta sintonía. 

-¿Cree que los restos de Antonio Machado deberían descansar en España?

-No, estoy en contra.  Machado representa a todos los exiliados republicanos de la guerra.  En Collioure los franceses les dieron camas, ropas, comida y hasta tumbas.  Merecen un respeto. Y además hay una asociación machadiana en el pueblo.  Es muy didáctico para los jóvenes –y los mayores– seguir la ruta de su exilio desde Barcelona y visitar su tumba.  Si volvieran los restos a España se irían olvidando poco a poco los hechos.  Además, ¿donde depositarlos  en España?  ¿A Antonio en el Cementerio Civil de Madrid y a su madre en La Almudena –ella siguió siendo creyente–, separándolos?  Están mejor donde están, juntos en la muerte como en la vida.  

-Sobre los restos de Lorca, son todavía objeto de polémica  y a ella se refirió en la ponencia que tuvo lugar el sábado en La Torre del Visco de Fuentespalda. ¿En qué momento nos encontramos de este largo proceso, y cómo cree que concluirá?

-En un momento muy difícil, muy decepcionante.  La Junta de Andalucía anterior nos dio permiso para emprender una nueva búsqueda de los restos dirigida por Luis Avial, el experto que con su georradar ha localizado los despojos de Cervantes, además de muchísimas fosas comunes.  Pero la Junta fue demorando, demorando... y ahora están los otros, Vox incluido.  No veo la más remota posibilidad de que nos renueven el permiso.  Estoy muy triste, a decirle la verdad, toda vez que Lorca es el desaparecido más famoso y más llorado del mundo entero y simboliza a todo los fusilados por el franquismo que todavía yacen en cunetas, unos 115.000, lo cual es una vergüenza ante el mundo.  ¿Un día se encontrarán sus restos?  Espero que sí pero no sé si yo lo voy a ver.   

-¿Por qué decidió integrar las listas de IU-Podemos al Ayuntamiento de Granada en las últimas elecciones municipales? ¿No teme que el compromiso político sea utilizado para atacar su objetividad como historiador?

-A mí me pidió mi apoyo el periodista Antonio Cambril, que iba como independiente dentro de la lista de IU-Podemos y dije que sí porque le admiro mucho y comparto sus planteamientos.  Era solo eso.  ¡No iba a salir elegido yo!  Por otro lado creo que mi condición de investigador honrado es perfectamente compatible con tener una opción política.  Yo siempre he buscado la verdad, y solo la verdad, en mis investigaciones, consciente de que la presencia de factores subjetivos es legítima con tal de no engañar a nadie acerca de los mismos.  

-En esa ciudad Luis Salvador (Cs) se ha convertido en nuevo alcalde, con solo cuatro concejales electos y la intervención decisiva de VOX. ¿Qué opina del futuro que se abre en Granada?

-No sigo día a día la política granadina.  Solo puedo decir que allí la derecha sigue siendo... ¡muy de derechas!  Vox ya está con la Reconquista, entelequia del siglo XIX en la cual no cree ningún historiador válido pero tema muy conflictivo en la ciudad de la Alhambra, con la Toma –que no fue nunca–, el Pendón de Castilla y todo el eterno rollo.  Yo, como Lorca, estoy con la Granada mestiza y, si me apura usted, con la España mestiza.  ¡Si aquí ni se enseñan los rudimentos del árabe!  Es de una ceguera absoluta, lindando con el fanatismo.  ¡O cristiano viejo o nada!

-¿Cree que Vox es herencia directa del franquismo y, como tal, condenable? ¿O como alternativa política legítima (en el sentido de legal) merece el mismo respeto que cualquier otra formación política?

-Vox demuestra que aquí estamos todavía con las secuelas de la Guerra Civil, todavía no superadas. Claro, cuarenta años de hegemonía son muchos años.  Con todo, yo prefiero que la ultraderecha tenga su propio partido en vez de estar más o menos tapada en el seno del Partido Popular.  

-¿Es cierto que está preparando un nuevo libro sobre el calandino Luis Buñuel tras Luis Buñuel, la forja de un cineasta universal (2013)?

-¡No estoy preparando nada nuevo sobre Buñuel!  A mí el gobierno aragonés de entonces (en 2013 gobernaba Luisa Fernanda Rudi) me prometió una subvención para emprender el segundo tomo de mi biografía, subvención que nunca me llegó aunque llegó a estar presupuestada.  Me amargaron la vida y ya es demasiado tarde. Mucha gente vital para ese proyecto ha muerto desde entonces. No voy a decir nombres pero me cuesta trabajo perdonar aquello.