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Carlos González Pintado. ex jefe del Complejo de Comunicaciones del Espacio de Madrid: “Madrid fue el primer lugar donde se recibió la señal de que el Apollo se había posado en la Luna” Carlos González Pintado. ex jefe del Complejo de Comunicaciones del Espacio de Madrid: “Madrid fue el primer lugar donde se recibió la señal de que el Apollo se había posado en la Luna”
Carlos González Pintado, junto a la reproducción en 3d de la Luna que hay en Galáctica. Maribel Aguilar

Carlos González Pintado. ex jefe del Complejo de Comunicaciones del Espacio de Madrid: “Madrid fue el primer lugar donde se recibió la señal de que el Apollo se había posado en la Luna”

El madrileño contó en Galáctica su experiencia como técnico de comunicaciones en la gesta de Armstrong
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Carlos González Pintado es un  madrileño de orígenes asturianos, que con 22 años comenzó a trabajar en la NASA y que ha formado parte de los viajes Apollo,  Apollo-Soyuz, Skylab, Transbordador Espacial y todos los vuelos científicos robotizados. Llegó a ser Jefe y Subdirector del Complejo de Comunicaciones Espaciales de Robledo y Fresnedillas en Madrid, o MDSCC (Madrid Deep Space Comunication Complex) antes de jubilarse. Y forma parte del grupo de españoles que, antes que nadie –antes incluso que Houston– escucharon a Armstrong decir que la nave se había posado en la Luna. 

Este fin de semana estuvo en el 50 aniversario de la llegada del hombre a la Luna que se celebró en Arcos de las Salinas, donde ofreció una interesante ponencia sobre la mayor gesta de la historia de la humanidad. 

-Usted estaba en el Complejo de Comunicaciones de Robledo (Madrid) el 20 de julio de 1969 que participó en el alunizaje del Apollo 11. Pero era muy joven, sólo 22 años...¿Qué puesto desempeñaba?

-En ese momento era técnico del sistema de radiofrecuencia. De mí dependían los transmisores y los receptores, es decir, que hubiera comunicación entre los astronautas y la Tierra mientras los teníamos a la vista. Y tenía mucha responsabilidad, porque si la comunicación se hubiera interrumpido en cualquier instante, la misión se habrá abortado y hubieran regresado de inmediato.

-¿Por qué había una base en España encargada del seguimiento de las comunicaciones?

- Para hacer el seguimiento hacían falta por lo menos tres antenas de 26 metros de diámetro colocadas a 120 grados de longitud para cubrir toda la circunferencia de La Tierra. De esa manera cuando la nave alcanzaba los 30.000 kilómetros de distancia cualquiera de las tres antenas la tenía a la vista, y así el seguimiento de la nave se hacía 24 horas al día, sin periodos en los que no hubiera como mínimo una antena mirando. Había una California (EE UU) y otra en Australia, pero faltaba una tercera que tenía que estar en un gajo de Europa que cubría España, Italia, sur de Francia y norte de Marruecos. Marruecos se descartó de entrada, el sur de Francia resultaba muy caro y, aunque se buscó un sitio adecuado en Palermo también se descartó Italia porque la situación política era muy cambiante. Los italianos siempre se han caracterizado por ser muy de derechas, muy de izquierdas o muy del centro, pero sin estabilidad, y eso a la NASA no le gustaba. España en 1969 tenía una situación política muy estable, el cambio peseta-dolar era muy favorable a los americanos, y además ya tenían bases militares como la Torrejón y una estación de antenas de nueve metros en Gran Canaria, con lo que los acuerdos de cooperación ya estaban firmados y ya funcionaban.

-Cuénteme como llegó usted a trabajar para la NASA y a participar en el proyecto Apollo.

-Yo me enteré que la NASA estaba buscando técnicos para la estación de seguimiento de satélites en 1966 (con 19 años) por un anuncio en el periódico. Lo vi y me pareció un trabajo interesante. Estaban buscando técnicos para Robledo, porque habían montado una antena para espacio profundo de 26 metros de diámetro. Yo acaba de llegar de Estados Unidos de estudiar allí con una beca de un año y había estado trabajando en telefonía en un radioenlace de 8.000 megaciclos, así que mis conocimientos de electrónica eran muy altos, y mi inglés muy bueno. El caso es que me presenté, me hicieron unas entrevistas y me dijeron que firmara el contrato. Y cuando iba a firmarlo la entonces jefa de personal, Pilar del Río, me preguntó si tenía el servicio militar hecho. Y yo le dije que no, porque era muy joven. Era un requisito indispensable para presentarse a la oferta de trabajo, pero yo decidí probar a ver qué pasaba. Entonces la mujer me dijo que me fuera a hacer el servicio militar voluntario, para terminar antes, y que en cuanto acabara volviera otra vez. 

-No me diga que le guardaron el puesto...

-Dieciocho meses después de aquello volví a la oficina. Le dije a la recepcionista que tenía cita con la jefa de personal, y como no la veía en su agenda, le dije que me la habían dado hace 18 meses. Llamó a la jefa de personal y hablaron muy bajito, esta me hizo pasar al despacho de Pilar y, sin darme los buenos días, me preguntó si había hecho ya la mili. Cuando le dije que sí sacó del mismo cajón donde yo había visto que lo guardaba el mismo contrato. Y me dijo esto: Fírmalo, pero ya no te vas a Robledo. Porque en estos 18 meses hemos construido una estación para seguimiento de vuelos tripulados para el proyecto Apollo, y te vas a Fresnedillas. Así que eso cambió mi futuro profesional. 

-¿Entonces la base que participó en la misión fue Fresnedillas?

-Fueron las dos porque necesitábamos una reserva. Receptores había ocho y transmisores cuatro, pero si te fallaba la antena te fallaba todo el sistema. Así que era importante tener cerca otra antena de 26 metros. Así que en los tres puntos alrededor de la Tierra junto a la Estación de Seguimiento de Vuelos Tripulados tenía cerca una Estación de Espacio Profundo. 

-¿Es cierto que la estación de Madrid fue precisamente la primera que recibió la señal de que el Apollo 11 había aterrizado sana y salva en la Luna?

-Sí, lo es. Debido a la situación relativa entre la Luna y la Tierra estábamos siguiendo la nave y oyendo las conversaciones entre Armstrong y Houston. Cuando la nave se posó en la Luna por fin, Armstrong dijo: Houston, aquí Base Tranquilidad. El Águila ha aterrizado. 1,3 segundos después de pronunciar esas palabras las oímos nosotros en Fresnedillas y en Robledo, y desde allí hasta Houston la señal tardó otro medio segundo. Así que nosotros lo oímos medio segundo antes que Houston. 

-¿Qué recuerda de ese momento? Tuvo que ser indescriptible...

-Yo estaba allí asegurándome de que la comunicación de voz no se perdía en ningún momento. La responsabilidad era enorme. También tenía la emoción de pensar que al final iban a conseguir pisar la Luna e iba a ser un hito histórico, pero eso estaba en segundo plano. Lo más importante es que el receptor siguiera funcionando. Al oir a Armstrong decir que se habían posado sentí un estremecimiento pero no pude exteriorizarlo. Seguí trabajando hasta que la Luna se ocultó por el horizonte, perdimos la señal y se la pasamos a California, y entonces Houston nos dijo: Madrid, lo habéis hecho fenomenal. Muchas gracias y os vemos mañana. Y en ese momento sí que toda la adrenalina producida en ocho horas y media de seguimiento se desbordó, me empezaron a temblar las piernas y pensé que, aunque fuera una parte pequeñísima, había formado parte de un hecho tan histórico como la llegada del hombre a la Luna. 

-¿Cuántas personas formaban parte del equipo español que estuvo en el seguimiento?

- En Robledo había entre doce y veinte personas, y entre 60 y 80 personas en Fresnedillas.

-Desde entonces hasta lo de que "este es un pequeño paso para un hombre" pasaron como siete horas...

-Sí, y ese mensaje sí que lo recibieron primero en California, porque nosotros ya no teníamos la Luna a la vista y no estábamos en seguimiento. 

-Hay una leyenda urbana que cuenta que cuando el Apollo 11 alunizó, y cuando Armstrong saltó a la superficie lunar, se ordenó que todos los técnicos en la Tierra abandonaran las salas de control excepto un solo responsable, por lo que pudieran encontrarse allá arriba... ¿es cierto?

-Eso sí que es una leyenda urbana. No ocurrió nada parecido.

-Cualquier persona que viva en el siglo XXI ha visto cosas realmente increíbles... pero yo sigo pensando que el hecho más fantástico jamás televisado y radiodifundido ha sido la llegada a la Luna, incluso 50 años después...

-Estoy de acuerdo contigo. Además si lo piensas hoy en día no sé cómo llegamos hasta allí. Nos llevó hasta la Luna un ordenador con 180.000 veces menos memoria que un teléfono móvil actual de última generación.

-Ufff... ¿Cree que fue una irresponsabilidad que, con la tecnología existente en 1969, el hombre se embarcara en semejante aventura?

- (Risas). No lo sé... una de las características del ser humano es su curiosidad, sus ganas de explorar y su deseo de expandirse, y somos así. En aquel momento, cuando NASA empezó a contratar gente, se presentaron una cantidad enorme de candidatos. Pero la mayor parte de ellos se presentaron porque pensaban que iban a cobrar muchísimo dinero. Y cuando NASA les dijo que no iban a cobrar más que en sus puestos actuales, el que fuera capitán como capitán, y el que fuera comandante como comandate, se marcharon muchísimos candidatos. Pero los que se quedaron lo hicieron porque querían hacer eso, porque había que hacerlo. Había que llegar a la Luna antes que los soviéticos, y los soviéticos podían haberle ganado la partida a los americanos, si no hubiera sido por la muerte de Sergei Koroliov.

-¿Cuánto hubo de científico y cuánto de propagandístico en la llegada del hombre a la Luna?

-Yo estoy convencido de que el motor fundamental fue la propaganda. Era una cuestión de prestigio, pero había que adornarla. En cifras actuales el Proyecto Apollo costó 200.000 millones de dólares, que es una auténtica barbaridad. No se podría justificar ese gasto para ir a la Luna solo por ganarles a los soviéticos, así que se disfrazó recogiendo material lunar para analizarlo, dejando unos espejos especiales para que con unos láseres especiales desde la Tierra pudiéramos medir la distancia con precisión, dejando un sismógrafo para determinar la composición del suelo lunar, y muchas cosas más. 

-Pero el paseo lunar abrió muchos campos tecnológicos...

-Sí, sí, sin duda. La llegada del hombre a la Luna y esos 21 kilos de material lunar que se trajeron confirmaron lo que ya pensábamos, que el satélite era un trozo de la Tierra que se desprendió cuando estaba todavía en formación y fue impactada por un planeta. Hubo un retorno científico importante, y también hubo un retorno para el ciudadano medio. Las lentillas fueron un invento de NASA, los marcapasos mejoraron muchísimo, se consiguió que los microondas, que eran como un armario de tres cuerpos, se convirtieran en lo que son hoy en día. Los pañales ya existían, pero NASA consiguió una celulosa capaz de absorber 400 veces su peso, que es la que se usa hoy en día. Los cristales polarizados, los CDs, los trajes ignífugos de los pilotos de fórmula 1, los cascos... hay montones de cosas que usamos todos los días que se mejoraron mucho gracias a las investigaciones de NASA relacionadas con el Proyecto Apolo. Y económicamente se calcula que por cada dólar invertido la NASA recuperó diez. 

-España contribuyó a esta gesta con las estaciones de comunicaciones, pero he leído que también lo hizo de otro modo. Con una estampa de la Virgen de la Luna, de Pozoblanco (Córdoba), que se supone que viajaba en el módulo con Armstrong, Aldrin y Collins. ¿Eso es verdad?

-NASA contestaba cualquier carta que le llegaba de cualquier parte del mundo, y es cierto que cuando Pozoblanco envió las estampitas de su Virgen de la Luna diciendo que además iban a rezar para que todo saliera bien, NASA contestó dándoles las gracias muy efusivamente y diciéndoles que las imágenes enviadas iban a volar al espacio. Eso es absolutamente cierto, pero yo no tengo constancia de que realmente volaran o no. Y también es cierto que los astronautas enviaron después una foto firmada a Pozoblanco en agradecimiento. 

-Medio siglo después de que el hombre haya llegado a la Luna, el satélite sigue protagonizando una de las más célebres historias conspiranóicas... ¿Por qué hay gente que sigue sin creer que hemos sido capaces de pisarla?

-En el mundo hay gente muy inocente, y otra gente que es muy lista y que se inventa cualquier chorrada para vivir a costa de los que se lo creen todo. Estas personas que inventan estas conspiraciones, al mismo tiempo, escriben un librito contando sus teorías... Creo que hay uno que se te titula Cien razones por las que el hombre no fue a la Luna. Ese libro se vende como rosquillas, y el que lo ha escrito se está forrando a costa de los ingenuos que lo compran. Y si me apuras seguro que el que lo ha escrito sí se cree que el hombre pisó la Luna. Es lo mismo que los que ahora están con que la Tierra es plana... al final todo es ganar dinero a costa de la inocencia de la gente.