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Se cumplen 25 años del incendio en una capilla de la Catedral de Teruel que puso en riesgo el templo Se cumplen 25 años del incendio en una capilla de la Catedral de Teruel que puso en riesgo el templo
Portada de DIARIO DE TERUEL el día después del incendio

Se cumplen 25 años del incendio en una capilla de la Catedral de Teruel que puso en riesgo el templo

El fuego empezó en una lamparilla
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Las imágenes de la catedral de Notre Dame ardiendo hicieron llorar a los parisinos, a los amantes del arte y a quienes el incendio hizo pensar en la fragilidad de la existencia; si las llamas pueden devorar un edificio imponente que llevaba siglos en pie ¿qué hay intocable? Lo que ardió el pasado mes de abril “no fue una catedral, fue el Universo entero” escribió aquellos días en este periódico el premio Planeta Javier Sierra. Tres meses después del incendio, Francia ha blindado por ley la reconstrucción del templo, pero los ingentes fondos necesarios todavía no han llegado. Hoy recordamos en esta edición de la Hemeroteca al Día otro incendio en un templo más cercano, en la Catedral de Teruel, del que el próximo mes de octubre se cumplirán 25 años. 

Al margen de creencias, estas catedrales siguen siendo una “magistral puesta en escena” para los sentidos que aún funciona para los turistas de este siglo, recuerda Sierra. Turistas que “se embriagan ante los impactos sensoriales” que diseñaron los “maestros en el arte del sentir”.

Y en todo esto, Teruel tiene su propia magia. La catedral de la capital es especial por tratarse de una de las construcciones más características del mudéjar en España, y una de las pocas construidas en este estilo, junto con la de Tarazona. Bien de Interés Cultural, Monumento Histórico-Artístico y con la torre, la techumbre y el cimborrio como Patrimonio de la Humanidad, sigue emocionando hoy al visitante gracias, entre otras cosas, a una buena dosis de suerte.

Hace casi un cuarto de siglo ardió la capilla de la Virgen de los Desamparados de la Catedral de Teruel, un espantoso incendio que no acabó en catástrofe, decía este rotativo, por la rápida intervención de los bomberos, avisados por la Policía Local, y por la suerte: La relativamente aislada situación de la pequeña capilla, y el hecho de que el siniestro no ocurriese de noche, cuando podía haber pasado desapercibido.

En la imagen de la portada del 18 de octubre de 1994 aparecían los bomberos actuando en el interior del templo y ya en páginas interiores encontrábamos más detalles del suceso, ocurrido en esta capilla que se sitúa en la parte posterior izquierda de la Catedral. El humo que salía por una de las claraboyas superiores fue detectado por la Policía Local hacia las tres y media de la tarde, hora en la que el templo estaba cerrado. Cuando llegaron los bomberos pudieron controlarlo rápidamente aunque nada se pudo hacer por salvar el retablo y otros enseres; una alfombra nueva, bancos, una lápida de mármol y algunos objetos de culto, detallaba el texto.

Causas

El canónigo de la catedral entonces, Abel Vicente, explicaba en aquellas páginas que la causa más probable del incendio fue alguna de las lamparillas, ya que se comprobó que no había sido nada de tipo eléctrico.

Pero esta vez, incidía el canónigo en el reportaje, la suerte había acompañado porque podía haber sido peor, “cualquier otro retablo habría ardido mucho más”. Además, se trataba, leíamos, de uno ‘de los de menor valor patrimonial del templo.

Las consecuencias habrían sido imprevisibles, decían, de haberse producido el siniestro durante la noche y por tanto no haber sido detectado desde el exterior con la rapidez que se dio en este caso. Así que los comentarios en general apuntaban a que había habido suerte y todo quedaba en un buen susto.

El temor estaba en aquellas primeras horas en saber si el artesonado, patrimonio de la humanidad junto a las torres mudéjares, recordaba la crónica, pudiese haber sufrido daños a causa del humo y el vapor del agua. El guía Luis Cortada indicaba que los bomberos habían subido al artesonado para abrir alguna ventana y ayudar a la evacuación de gases sin conseguirlo. Las vidrieras de esta parte son dobles y cerradas, mientras el sistema de iluminación impide abrir las ventanas decía el texto.

La noticia estaba ilustrada con una imagen de la Virgen y unos breves datos históricos de la capilla, junto a otra fotografía en la que se veía el camión de bomberos a la puerta de la Catedral por la que salía el humo.

En la edición del 19 de octubre la noticia principal de la primera página seguía siendo la del incendio, mientras el protagonismo informativo a nivel nacional estaba en la detención del financiero Javier de la Rosa.

En la foto de portada podíamos ver ya el estado en el que había quedado la capilla tras el fuego, que fue visitada por el director general de Patrimonio del Gobierno de Aragón de entonces, Manuel García Guatas; el de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, Jesús Viñuales; acompañado por el director del Instituto de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, Felipe Garín. Todos mostraron su alivio por cuanto el incendio fue poco importante cuando pudo haber sido una catástrofe señalaban en portada.

García Guatas alertaba también sobre la importancia de lo sucedido: “Es un aviso muy serio de lo que puede ocurrir en el futuro. Y hay que tener presente que tanto el artesonado como la Catedral son bienes de interés cultural, y sobre todo es Patrimonio de la Humanidad. La repercusión si aquí ocurriera un accidente no sería regional o nacional sino que sería internacional”. Por lo que decía que sucesos como el ocurrido obligaban a “revisar las medidas de seguridad, y sobre todo antiincendios” medidas que “parecen suficientes hasta que ocurren estos accidentes”.

Todavía tardaría en hablarse de la restauración, aunque pocos días después, leíamos que el Ayuntamiento de Teruel había anunciado que contribuiría con 100.000 pesetas a la restauración de la capilla quemada.

Velas que enciende el diablo

Parecía confirmado que el origen del incendio estaba en las palmatorias de culto que encienden los fieles y por ello el responsable autonómico de Patrimonio pidió cuidado con estos fuegos “porque un edificio de estos puede ser una tea”, y por tanto, destacaba el periódico sus palabras muy gráficas: “Los fieles que encienden las velas lo hacen con la mejor voluntad, pero a veces parece que las enciende el diablo”.

Otro elemento para la tranquilidad era que parecía que el humo no había provocado finalmente daños en la techumbre: “El humo tampoco fue tanto tiempo ni se concentró de una manera tan densa. Tiende a subir hacia arriba, lo que pasa es que tuvieron el acierto de poner en marcha el ventilador de la calefacción y eso lo aireó”, decía García Guatas, aunque a la espera de hacer un estudio más detallado y valorar la limpieza del artesonado como una de las medidas a tomar. “Llevaba unos años un poco sucio, pero este fuego ha sido lo suficiente como para que lo haya ennegrecido quizá un poco más de lo que estaba. Vamos a hacer un estudio para una limpieza seria  porque merece la pena” añadía.

El representante ministerial, Jesús Viñuales, aprovechó su visita a Teruel para explicar las características del futuro Plan de Catedrales, un proyecto cuatripartito entre el Ministerio, las Comunidades Autónomas, Ayuntamientos interesados y Conferencia Episcopal para invertir en estos templos, aunque no aclaró entonces si la de Teruel entraría en este plan, ya que era la Conferencia Episcopal la que determinaría los edificios en los que actuar. El anuncio lo hacían en un momento en el que varios de estos templos en España, recordaba el periódico, habían ocupado las páginas de los periódicos por sus problemas de conservación. “Las catedrales están de moda” decía Viñuales y por ello planteaba un “plan de Catedrales serio y racional” para recuperarlas.