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Aitana Muñoz, educadora y pedagoga teatral: “La igualdad llegará cuando todos estemos convencidos, no porque lo diga la ley” Aitana Muñoz, educadora y pedagoga teatral: “La igualdad llegará cuando todos estemos convencidos, no porque lo diga la ley”
Aitana Muñoz, en Moscardón, donde impartió un taller. Begoña Sierra

Aitana Muñoz, educadora y pedagoga teatral: “La igualdad llegará cuando todos estemos convencidos, no porque lo diga la ley”

“Los modelos machistas que llevan en los cuentos cientos de años siguen viéndose en series y publicidad de hoy”
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Cruz Aguilar

Aitana Muñoz se dedica a la educación en general aunque es especialista el pedagogía teatral. Trabaja como autónoma en Castellón para diferentes administraciones, fundaciones y organizaciones y la pasada semana realizó un taller en Moscardón sobre igualdad.

-¿Qué tiene que ver la pedagogía teatral con la igualdad?

-En mis talleres por un lado diferenciamos expresión corporal, que se hace de forma consciente, y el lenguaje corporal, que es de forma inconsciente. Hacemos un trabajo de análisis de cómo afectan los estereotipos de género al lenguaje corporal, a los gestos. En la segunda parte analizamos las diferentes opresiones, que vienen dadas por la cultura machista, cada grupo tienen sus inquietudes, por eso en los talleres salen distintos temas.

-¿Se habla mucho de igualdad, pero el mensaje llega?

- Creo que a las personas nos llega sobre todo cuando tenemos oportunidad de participar en actividades, de recibir información estructurada, tener una vivencia  directa te ayuda a procesar esa información. Hablamos de muchas ideas que a veces son un poco abstractas, hay mucha desinformación. Por eso, cuanta más formación haya, más fácil es que integremos estos discursos, a veces confundimos cosas. Para alcanzar la igualdad habría que hablar de desigualdades, ponerles nombre y atajarlas.

-España estrenará pronto, esperemos, gobierno, ¿qué medidas tendría que tomar en materia de igualdad?

-Se van a implementar medidas con respecto a las desigualdades económicas y a las oportunidades reales de prosperar en el mercado laboral. Están genial y yo las apoyo, como otras destinadas a la conciliación, pero hay que completar las acciones, estamos hablando de una igualdad que es así porque lo dice la ley, y la igualdad real llegará cuando todas las personas estemos convencidas de ello, porque hay muchos niveles de desigualdad, hay que incidir también en la filosofía de vida y sobre todo en la manera que tenemos las personas de relacionarnos. Estas son medidas legales y formales, pero lo que hay que hacer es creernos ese discurso y pensar que es lo mejor para la población, que tener los mismos derechos es una ventaja y que cuando dejan de ser los mismos son privilegios. 

-¿Asumimos desde pequeños la desigualdad como normal?

-Creo que sí, forma parte de la cultura, la vemos reproducida en modelos tanto reales como ficticios. Los medios y la industria del entretenimiento ejercen una gran influencia y esos modelos son referentes.

-¿Son machistas los modelos?

-En muchos casos sí, ya se empiezan a ver ejemplos de publicidad y series con otras narrativas, pero sigue habiendo mucho peso de esos modelos anclados que están realmente desfasados, si los analizas te da la risa, modelos que llevan en los cuentos cientos de años y los seguimos viendo en las series.

-Cada día hay informaciones sobre nuevas manadas, ¿cree que hay más o que estamos más sensibilizados?

-No lo sé. Si hablamos de violencia de género en el ámbito de la convivencia no es que haya más, sino que se ven más. Aquí por desgracia los casos que ha habido y que han sido tan mediáticos y no han tenido una resolución ejemplar sí han podido ser un revulsivo y se han convertido en ciertos ámbitos en un modelo. Es una pregunta compleja, en la educación informal, que es la que tiene lugar día a día en las interacciones y la experiencia vital, esto también cuenta y si la sociedad manda un mensaje de que se puede violar a una chica y se tarda mucho en reaccionar y no hay una condena ejemplares un modelo que se está planteando. 

- ¿A qué cree que responden estas agresiones?

 Se producen porque vivimos en un mundo que es extremadamente machista, que se ha construido en torno a la figura falsamente universal del hombre masculino, nos falta la mitad de la inteligencia y de la aportación de la otra parte. El género femenino no encaja en este mundo, es un mero accesorio, de ahí que también haya discriminación con otros géneros diferentes, cuando el hombre no encaja en el patrón hombre. Este patriarcado sumado a otros factores que en nuestra sociedad se están yendo de madre han generado una cierta cultura de la violación, del trato hacia la mujer como un objeto sexual. Esto se suma a que además hoy en día no hay una educación afectivo sexual bien organizada, estructurada y abierta. Hay gente que está educada directamente en la pornografía y confundir la realidad con la ficción puede inducir a este tipo de cosas. Por otro lado, como somos una sociedad muy abierta, quizás demasiado, hay una hipersexualización de los contenidos, incluso en los infantiles. Por eso  y esto se une a la falta de una educación emocional, las frustraciones tampoco se toleran... hay muchos factores. Por eso la educación es fundamental, porque todos estos elementos están en el ambiente y debemos aprender a distanciarnos y observarlos de una forma crítica.

-El tratamiento a la víctima y la sentencia removieron conciencias. ¿Cree que el caso de la Manada ha marcado un antes y un después en la violencia de género en nuestro país?

-No ha sido un acontecimiento aislado, se han dado otros casos en otros países y, en  en un mundo globalizado donde la información está a un clic ha sido la suma.