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Sasha Asensio, fotógrafo: “No debería haber ninguna diferencia entre retratar 
a una persona o a otra” Sasha Asensio, fotógrafo: “No debería haber ninguna diferencia entre retratar 
a una persona o a otra”
Sasha Asensio, el pasado viernes junto a una de las imágenes de la exposición ‘Skid Row 08001’, en el Museo de Teruel

Sasha Asensio, fotógrafo: “No debería haber ninguna diferencia entre retratar a una persona o a otra”

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Sasha Asensio participa por primera vez en Teruel Punto Photo con una exposición que no deja a nadie indiferente. Este fotógrafo presenta en el Museo de Teruel una serie de retratos captados en Barcelona y en Los Ángeles. Asensio se ha dirigido a las entrañas de estas dos grandes urbes para buscar personajes que había en barrios situados en sus centros desde el punto de vista geográfico pero en la periferia desde el punto de vista social.

-¿Conocía este festival de fotografía, que llega a su duodécima edición?

-En Teruel había estado en una ocasión, pero sí que conocía el festival y cuando me llamaron para participar en él me llenó de alegría porque es un encuentro fotográfico que sigo desde hace años y el cartel es muy bueno. Haber contado conmigo es un orgullo para mí porque es estar entre los buenos.

-En esta exposición, Skid Row 08001, se mezclan dos mundos lejanos, a más de 9.000 kilómetros de distancia, pero a la vez cercanos.

-Son dos lugares insólitos en el primer mundo, pero que no todo el mundo conoce o quiere ver. A mí me parecía interesante sacarle el polvo a este asunto y mostrarlo.

-¿Cómo se aproxima a estos personajes que luego van a ser los protagonistas de sus fotos?

-Con optimismo, con respeto y sin miedo. Con alegría y normalidad diría yo.

-¿Ese acercamiento lleva un tiempo? ¿Los va conociendo?

-En líneas generales sí. Conlleva tiempo, paciencia, feeling y tener conexión con las personas. Pero sí que es verdad que a veces hay estrellas fugaces, que pasan por la vida de uno y si puedo registro eso. Hay un poco de todo, incluso relaciones de años porque algunos son vecinos míos. Vivo en el distrito 08001 y a muchas de estas personas las voy viendo a lo largo de los años. Vuelvo a hacerles fotos y a retratarles. Es mi ecosistema. A veces no los fotografío pero charlo con ellos, es una relación a largo plazo.

-En el caso de Skid Row, ¿qué le llevo a trabajar allí?

 -Skid Row es una parte histórica de Los Ángeles. Es la concentración homeless quizá más grande del mundo o por lo menos  de Estados Unidos. Se da una serie de circunstancias como el clima y la historia que hace que sea así. Antes de la Gran Depresión ya iban los single workers y a partir de entonces fue como la meca para ellos. También acudieron soldados de la Segunda Guerra Mundial o de la de Vietnam.  Es un lugar muy curioso para conocer y saber que existe. Me desplacé en dos ocasiones y estuve durante un mes en cada viaje. 

-En el caso del Raval, donde lleva viviendo años, ¿ha visto una evolución del barrio?

-El Raval es muy complejo. Tiene una densidad demográfica inmersa y la idiosincrasia del barrio es difícil de entender y administrar, por tanto, los intentos son buenos pero no suficientes. Se juntan una serie de factores socioeconómicos y antropológicos que hacen del Raval un lugar intenso, vamos a decirlo así.

-¿Esa idiosincrasia se plasma en estos retratos?

-Por supuesto. En ellos hay residentes del Raval, un barrio que acoge a personas que no son aceptadas en otros lugares.

-¿Qué sistema y equipos utiliza para trabajar?

-Del equipismo no me gusta mucho hablar, pero sí que hay curiosos que les gusta saber con qué trabajamos los fotógrafos. Utilizo una cámara sin espejo, una Fiji X Pro2, una cámara relativamente pequeña, robusta y discreta que cumple con lo que necesito. Aunque uno siempre quiere más, estoy cómodo con ella. Con ópticas fijas y luz natural, así trabajo yo.

-¿Esa luz natural se refleja perfectamente en los relatos que se ven en esta exposición?

-Todo es luz natural en esta exposición, no hay nada de flash ni estudio. Como digo yo, no tengo estudio, el estudio soy yo, donde estoy y voy. 

-¿Qué es lo que ha pretendido con su charla taller que ayer ofreció dentro de las actividades de Teruel Punto Photo?

-Trato de explicar cómo acercarse a la persona o cómo lo hago yo.  Todos somos personas y aunque esto está muy manido, hay que pensar que se lo mismo hacer una fotografía a una persona que a otra. No debería haber ninguna diferencia. Tenemos que sentir esta normalidad a la hora de acercarnos a retratos que pensamos que son imposibles.

-En doce años de festival, Teruel Punto Photo no había abordado el retrato como tema central, pero es algo intrínseco al nacimiento de la fotografía.

-La fotografía surgió para retratar. Sustituye a la pintura y de alguna manera hace de registrador. Es curioso que a la policía enseguida les vino bien en las cárceles para registrar a los recursos. 

En  Oporto, en Portugal, hay un centro fotográfico muy interesante, que curiosamente está en una antigua cárcel, donde se muestra una edición de las primeras fotos que se hicieron así. 

-Todos tenemos en la mente las antiguas fotos familiares, los retratos de época.

-A mí este tipo de fotografía me gusta porque de alguna manera estoy influido por esa forma de retratar. Es el posado.

-Hoy en día ¿habría que reivindicar el posado?

-Sí, porque habría que pedir permiso y crear un clima que permita hacer el retrato.