La poesía de Usero y el calor de Rubielos rinden homenaje al artista José Gonzalvo

“Ese vuelo brillante en el tablado / donde estalla la danza vigorosa / al aire de la cuerda cadenciosa / esa es la jota de Aragón Calzado”. Así dice el segundo cuarteto del Soneto a la Jota bailada y cantada, compuesto por el escritor Juan Antonio Usero, y que este fin de semana abrió la intervención de Paz Risueño Villanueva con motivo del 90 aniversario del nacimiento de José Gonzalvo, que se celebró en la localidad de Rubielos de Mora.

Las actividades organizadas por la asociación Amigos del Museo Gonzalvo y que se desarrollaron durante el viernes y el sábado contaron con la participación de la propia Paz Risueño, fundadora de la asociación que desde hace algo más de diez años gestiona el Museo José Gonzalvo de Rubielos, de Fidel García-Berlanga, sobrino del cineasta Luis García-Berlanga, cuya madre era rubielana, y de los músicos David Montolío y Adrián Rius. 

Fueron precisamente estos los que abrieron los actos el viernes, con un concierto que tuvo lugar en el claustro del Convento del Carmen que acoge el museo del escultor y pintor turolense. Montolío es nacido también en Rubielos y uno de sus hijos insignes como tenor de gran poder vocal ademas de descendiente del tenor Andrés Marín que da nombre el teatro de la capital de la provincia. Además, el cantante es el actual presidente de la asociación Amigos del Museo Gonzalvo. Por su parte el valenciano catedrático en guitarra y virtuoso concertista Adrián Rius ya había visitado Rubielos en alguna otra ocasión, para actuar con el dúo Orphenica Lyra que forma junto a Montolío. 

Ante algo más de doscientas personas, con todas las sillas ocupadas y no pocas personas siguiendo el concierto de pie, Montolío y Rius ofrecieron un recital lírico con tema muy seleccionados, con instantes muy emocionantes y que fue de menos a más, para terminar con una jota muy aplaudida por el público. 

Al día siguiente, sábado, el acto de homenaje en sí al artista rubielano que falleció en 2010, y que de no haber sido por eso ese mismo día –27 de julio– hubiera cumplido 90 años, arranco con la intervención de Fidel García-Berlanga, sobrino de Luis García-Berlanga. 

Más allá de la anécdota de su abuela –madre de Luis– rubielana, Fidel habló de sus lazos con la localidad turolense y también de los recuerdos relacionados con ella que se hunden en su infancia. Sin tener una estrecha relación personal con José Gonzalvo, el hermano de Luis García-Berlanga y padre de Fidel, también llamado Fidel, tuvo siempre un talante y una serie de intereses, relacionados con el arte y la cultura, muy similares a los de el escultor. Así, Fidel hijo narró con cariño delante de un auditorio repleto de personas en el propio Museo Gonzalvo cómo su padre le llevaba al monumento al nacimiento del río Tajo y le hablaba de su autor, José Gonzalvo, durante horas. 

También explicó como ese talante y esos intereses se han mantenido y se han transmitido hasta él. Según explicó Ángela Gonzalvo, hija del artista y una de las organizadoras del homenaje del fin de semana, Fidel padre puso en marcha la Posada de San José en Cuenca, muy emblemática y que fue el germen del Museo de Arte Contemporáneo, y hoy en día Fidel García-Berlanga hijo gestiona la Venta de Contreras, en el límite entre las provincias de Cuenca y Valencia, actual sede de la Asociación para la Defensa del Patrimonio Conquense, “que es un lugar muy entrañable, donde se expone arte y al mismo tiempo constituye un centro de reunión cultural”. “Los dos son lugares que entroncan muy bien con los gustos y la actitud que tenía el propio José Gonzalvo”, asegura Ángela. 

En la intervención central del homenaje al escultor Paz Risueño Villanueva, agente cultural en el mundo rural, fundadora de la Asociación Amigos del Museo Gonzalvo y una de las personas que mejor conectó con el espíritu creativo del escultor, trazó una semblanza muy emotiva, que no solo arrancó con un poema de Juan Antonio Usero, gran amigo de Gonzalvo durante su etapa en Rubielos, en la que fue además colaborador asiduo de DIARIO DE TERUEL, sino que también estuvo plagado de referencias al escritor. “Juan Antonio es muy querido aquí. Tuvo que dejar Rubielos por enfermedad de su mujer, y la gente que lo echa de menos agradeció mucho esas referencias en una intervención que fue muy emotiva”, recordaba Ángela Gonzalvo. 

Paz Risueño recordó que una de las grandes pasiones que movió a Gonzalvo desde que su madre, Angelita, le dio a luz en el número 8 de la calle que hoy lleva el nombre de José Gonzalvo Vives, fue el amor por su pueblo y por sus gentes, amor del que fueron testigos y en parte se contagiaron los numerosos amigos de los que disfrutó en el ámbito del arte y la cultura. 

Ese amor se tradujo en corriente creativa y también reivindicativa, a través de ella, en mitad de “lo que hoy se denomina la España Vaciada”, recordó en su intervención del sábado Risueño, que también citó algunos fragmentos representativos del Pregón de la Vaquilla del Ángel que Gonzalvo pronunció en 2001: “A medida que iba vaciándose de gente que marchaba a las ciudades de la promisión mediterránea desde hace medio siglo, yo construía monumentos de hierro en los que daba libertad a mis conceptos artísticos, ligados siempre a sentimientos telúricos de la tierra y del paisanaje. Y fue así, admitido y secundado por algunos pueblos que anhelaban resaltar cultura, sentimientos y esperanza en la nueva mitología, como se erigieron monumentos en Alcañiz, Albalate, Andorra, Utrillas, Nacimiento del Tajo, Calamocha, Mosqueruela, Venta del Aire, Rubielos o Teruel”. 

Risueño también realizó una emotiva mención a Jose Luis Iranzo, nieto del pastor de Andorra a quien Gonzalvo inmortalizó con sus hierros y que murió asesinado a finales de 2017 junto a dos miembros de la Guardia Civil. “Ambos”, dijo Paz Risueño refiriéndose a Iranzo y a Gonzalvo, “ambos fueros locos que prefirieron demostrar que Teruel existe llenando Rubielos de Mora y Andorra de sueños, fuerza y vida”. 

Al final de su intervención que cerró el homenaje, fueron repartidos entre los asistentes ramitos de flores secas aromáticas con unas tarjetas, con la invitación a que cada cual escribiera en ellas un recuerdo, una frase o un pensamiento que les ligara a José Gonzalvo. Con todos ellos se confeccionó un centro de flores que desde el sábado puede verse en el Museo José Gonzalvo de Rubielos de Mora. 

Financiación

Ángela Gonzalvo gestiona el Museo José Gonzalvo que ocupa parte de las instalaciones del Convento del Carmen de Rubielos de Mora, y que reúne buena parte del legado artístico que dejó el escultor a su fallecimiento en 2010, y que no está como escultura urbana en numerosas localidades de la provincia y también como detalles arquitectónicos en muchas de las fachadas de sus edificios. Según Ángela, “el museo depende exclusivamente de la familia y desde que existe la asociación Amigos del Museo Gonzalvo hemos optado a alguna subvención para las actividades que desarrollamos, pero no para el mantenimiento del museo”. 

El museo se nutre de la entrada de sus visitantes, que pagan una cantidad voluntaria, y también de las aportaciones de los socios Amigos del Museo Gonzalvo de Rubielos. 

Durante el próximo mes de septiembre, precisamente, está proyectada una reunión de sus socios par realizar diversas actividades culturales y también para realizar una campaña y captar nuevos socios y simpatizantes. 

Cualquier persona puede hacerse socio o recabar información en el propio Museo Gonzalvo de Rubielos o a través de su teléfono 696 199 390. Se paga una cuota voluntaria anual de 15 euros como mínimo, y el carnet de la Federación de Amigos de Museos de España proporciona algunas ventajas como el acceso gratuito a todos los museos estatales.